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CINE E HISTORIA DE ESPAÑA (VIII)

En el último y penúltimo artículo de cine e historia de España hicimos un listado de películas, series y documentales que, de una forma u otra, retrataron la dictadura de Franco. Una vez muerto el dictador, el país inició un proceso hacia una democracia tan largamente ansiada mientras intentaba abandonar los vestigios del fascismo, no siempre de una forma fácil. Si en anteriores artículos pudimos ver obras dedicadas al período de la Restauración, luego la II República, posteriormente la Guerra Civil Española, un artículo y otro para la posguerra y otros dos artículos más para el franquismo, en este momento abordaremos un período vital de nuestra historia a través del cine para poder entender qué vivimos en la actualidad.

  1. ASIGNATURA PENDIENTE (José Luis Garci, 1977)

Iniciada la película a punto de sobrevenir la muerte del dictador, Asignatura pendiente sigue los pasos de una pareja en las postrimerías del franquismo y los primeros conatos de cambio que llevarían a la consecución de la democracia en España, un relato sobre el cambio de un país no sólo en la política, sino en la mentalidad de unos españoles a los que les fueron arrebatadas muchas cosas. José (José Sacristan) y Elena (Fiorella Faltoyano) son dos antiguos amantes que se vuelven a reencontrar tras muchos años de separación cuando cada uno de ellos ha formado una vida independiente del otro. Lo que se inicia como un breve encuentro con un café acabará derivando en la reconstrucción de una historia de amor que tuvieron pendiente desde su juventud. Asignatura pendiente es una película que habla no tanto del futuro, sino de lo perdido por culpa de los corsés morales de la dictadura, pero demuestra ser un excelente documento de los inicios de la transición política española.

  1. LLACH, LA REVOLTA PERMANENT (Lluís Danés, 2006)

El 3 de marzo de 1976 en Vitoria tuvo lugar el asesinato de cinco personas a manos de la policía del régimen franquista. Apenas meses después de la muerte del dictador, la represión en una calle caliente que ansiaba libertad y en un país ávido de tirar abajo los rancios marcos franquistas llevó hasta los periódicos cinco muertes que fueron recibidas con estupor en una España cuya sociedad hacía tiempo que había dicho basta a la represión. Lluís Llach, en aquel momento representante inquebrantable de la resistencia antifranquista en la cultura catalana y compositor de “l’Estaca”, compuso “Campanades a morts”. Llach, la revolta permanent es una crónica detallada de los sucesos del 3 de marzo de 1976 con testimonios reales, del trauma que significó para todo un país, de la rabia de un cantautor al componer una canción terrible y del homenaje a las víctimas treinta años más tarde en Vitoria.

  1. CAMADA NEGRA (Manuel Gutiérrez Aragón, 1977)

Excesiva, sangrante, directa y desnuda, Camada negra es una de las películas malditas del cine español reciente. Estrenada en 1977 cuando el cadáver del dictador todavía se descomponía y antes de que se votara en referéndum nuestra carta magna, la película fue muy poco agradecida por los grupos ultraderechistas que todavía pululaban por el país y que pretendían que nada cambiara, y es que la historia de uno de esos grupos ficticios del que Tatín (José Luis Alonso), un joven ávido de madurez y sangre, quiere formar parte y gobernado por una madre terrible (María Luisa Ponte) que dirige un grupo ciego, pero ávido por evitar que nada cambie en un país con hambre de cambio, es una muy rara avis en nuestro cine. A caballo entre la narración fílmica y la labor histórica, Camada negra es un retrato negro de una España todavía más negra.

  1. EL DISPUTADO VOTO DEL SEÑOR CAYO (Antonio Giménez Rico, 1986)

En 1977 por primera vez España accedió a la democracia tras la larga noche de la dictadura. Los múltiples diputados de todo el país disputaban cualquier voto en cualquier circunscripción y la lucha encarnizada por los sitios en el parlamento llevan a tres personas del partido socialista a un espacio dictaminado por la austeridad de la vida y el paso lento del tiempo, que parece allí no existir. Basada en una obra de Miguel Delibes, El disputado voto del Señor Cayo es un relato de plena actualidad que habla desde múltiples fronteras mentales, desde el diálogo entre el rural y el urbano, desde la visión de una ciudad que no comprende al campo, desde los urbanitas que creen conocer lenguajes múltiples, pero chocan con la terquedad de una vida que escapa a sus propios convencionalismos. Antonio Giménez Rico consigue firmar una película copada por Paco Rabal y Juan Luis Galiardo, acompañados de Iñaki Miramón y Lydia Bosch, que obliga a detener el tiempo para comprender el significado de muchas cosas que nos pasan desapercibidas y que, a día de hoy, sigue siendo fresca y cargada de enseñanzas para un mundo que quizá no es tan diferente.

  1. EL DIPUTADO (Eloy de la Iglesia, 1978)

El Diputado quizá sea una de las mejores películas que mejor ha retratado el proceso democratizador de España, sus fantasmas olvidados del pasado y sus sueños del futuro en la piel de un diputado (José Sacristán) de un supuesto partido socialista que lucha por el liderazgo del partido y por la libertad de un país mientras oculta su homosexualidad al país entero. Grupúsculos de ultraderecha, libertades políticas, represión sexual, un país que no se reconoce a sí mismo e incluso otras formas alternativas de vivir y contemplar el mundo se dan cita en una de las mejores películas de Eloy de la Iglesia y de todo el cine español, retrato bestial de una transición que algunos todavía se empeñan en reconocer como modélica.

  1. LA ISLA MÍNIMA (Alberto Rodríguez, 2014)

Fue en 2014 cuando el genio de Alberto Rodríguez nos regaló una de las mejores expresiones de cine negro del cine español. Ambientada en 1980 cuando el país por fin contempla a Europa casi de igual a igual, en la zona de marismas del Guadalquivir allá donde parece que el tiempo quedó anclado a la dictadura, dos policías se personan en un pequeño pueblo olvidado por la historia, por los múltiples gobiernos, por la constitución y por todo el proceso democratizador que ha sufrido el país y que llega a su final. Su objetivo es investigar la desaparición y posterior asesinato de dos hermanas. Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo nos regalan dos papeles inmensos en una película que traza el retrato de una España que ya había nacido y de otra que se suponía largo tiempo enterrada, pero también una impresionante historia al más puro cine negro en un asfixiante ambiente rural donde todos callan y muchos actúan con el miedo todavía sobrevolando sus vidas. Hace unos años le hicimos una crítica desde nuestro medio que podéis ver aquí.

Javier Alpáñez

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