El Palomitrón

Tu espacio de cine y series españolas

Las series que deberías ver Anime primavera 2021 destacada - El Palomitrón
ANIME / MANGA GUÍAS, TOPS Y RECOMENDACIONES OPINIÓN REDACTORES

UN REPASO A LO MENOS SONADO DE LA TEMPORADA

Si echamos la vista atrás y nos paramos en 2019 y, respectivamente, 2020, la situación a nivel global ha cambiado muchísimo. Pero si adelantamos un poco los relojes y nos situamos a fecha de hoy, ya estamos en mayo de 2021. El tiempo no deja de correr, y aunque el mundo sufrió una desaceleración a todos los niveles a lo largo de 2020 a causa de la pandemia, ha sido en 2021 cuando estamos viendo realmente los efectos de ese «parón». Uno que llegó a todos y cada uno de los sectores, e inclusive —como no—, el de la animación nipona.

Un sector que pese a la desafortunada situación no ha dejado de funcionar en ningún momento. Quizá sintiésemos en 2020 un año un tanto irregular por el número de series o películas que se emitían cada temporada. Pero tranquilos. 2021 ha llegado para poner solución a todo esto. ¿Será un acierto o quizá 2020 debería haber sido un nuevo punto de estudio para tantear mejor los ritmos de producción? Creo que no seré la única en pensar que contar con más de 30 o 40 series una temporada es una auténtica barbaridad. No solo porque agobias al espectador —es imposible abarcar tanto contenido en tan poco tiempo—, sino porque maltratas a tu propia industria. Resultado de ello son trabajadores explotados, estudios a medio cocer o ritmos de producción que aguantan las primeras semanas de la carrera pero llegan al final extasiados y sin fuerzas para nada más —recordemos el caso de Wonder Egg Priority, por ejemplo—.

Aun con todo, Japón parece no tener suficiente y en 2021 ha querido suplir todos aquellos espacios que en 2020 quedaron sin llenar. Y la consecuencia directa de ello se ha empezado a ver, sobre todo, en la temporada de primavera. Una temporada colapsada e imposible de llevar al día por la cantidad ingente de producciones que habitan en ella. Una auténtica pena sobre todo por aquellos proyectos de menor escala que, incluso siendo pequeñas joyas escondidas, no consiguen brillar entre tanto estreno, polémica o continuación. Por lo tanto, a modo de recopilación e intentando demostrar al público que hay series más allá de la polémica Tokyo Revengers, la enternecedora y dolorosa To Your Eternity o el increíble retorno de Megalo Boxademás de muchas otras de las que ya hemos empezado a hablar por la redacción—, quiero exponer en este artículo un total de seis series —ordenadas alfabéticamente y no por prioridad personal— que considero que se han quedado un tanto escondidas esta temporada pero que, sin duda, poseen el potencial suficiente para sonar y que, al menos, se les otorgue la oportunidad que merecen.

Backflip!!

Quizá haya sido por la corriente que había creada en torno a la obra de Naoshi Arakawa, quizá haya sido porque su premisa no era lo suficientemente atractiva o, quizá, es porque el eco de Backflip!! no ha sonado lo suficiente como para contagiar su magia al número de espectadores esperado. Pero frente a todo esto y haciendo competencia directa a la adaptación animada de Sayonara Watashi no Cramer en multitud de facetas, Backflip!! nos traslada a un escenario repleto de pasión, ternura, deporte y, sobre todo, una excelente animación. Un punto más que destacable que incluso podremos comprobar desde su primer episodio. Un capítulo que no solo nos ofrecía una maravillosa puerta de entrada a este spokon centrado en la superación personal aunque también en el trabajo en equipo, sino al impecable trabajo de Zexcs si hablamos en términos técnicos. Porque quizá la gimnasia artística no te atraiga lo suficiente como para quedarte cada semana por el argumento central de Backflip!!, pero si lo tuyo es amor por la industria y las producciones bien hechas, te aseguro que esta serie te conquistará

Una obra original orquestada por Seishirō Nagaya, Toshimasa Kuroyanagi y Toshizo Nemoto cuya expectación se incrementa cada semana. Quizá los precedentes de anteriores temporadas o la propia adaptación animada de la obra de Arakawa no sean los mejores alicientes para entrar por aquí, pero si hay un motivo para hacerlo, es su animación. Y bueno, recalcar el encantador grupo de personajes que la orquestan y el amor que depositan en el deporte sin incitar, en ningún momento, a la toxicidad o a la competitividad más exacerbada. 

Bishounen Tanteidan

Es cierto que adaptar once novelas ligeras en, aparentemente, doce episodios quizá resulte un tanto abrupto. Pero también es cierto que no sería la primera vez que se consigue y que, además, se hace bien. Pues una adaptación no consiste en copiar al cien por cien el material original, sino tomar este como base y extrapolar al medio animado las claves principales de su historia para contarla a través de un medio diferente. Un medio que, posiblemente, otorgue un valor extra a una obra, quizá, no tan mediática. Un título como Bishounen Tanteidan. Una obra acuñada por el magnífico NisiOisin y que ha sido ahora, gracias a la apuesta de SHAFT en su contenido, cuando finalmente se traslada a la pequeña pantalla.

Un ejercicio centrado en narrar una historia de detectives y de búsqueda personal e incluso intergaláctica a través de cinco personajes bastante pintorescos, llamativos e interesantes capaces de resolver cualquier misterio. Personajes que sin duda nos recordarán a otros creados por NisiOisin, personajes que quizá no lleguen a todo el público pero que, realmente, están enfocados para una persona determinada. ¿No siempre puede llover a gusto de todos, no? Pero no solo la forma de ser de sus personajes, su puesta en escena e incluso lo descabellados que llegan a ser sus diálogos son los puntos centrales de la serie, pues será su animación y juego visual lo que hará de esta una apuesta totalmente segura. Quizá muchos de vosotros visteis en su momento alguna de las tantas partes que componen el universo animado de Monogatari Series, y posiblemente muchos de vosotros os sentisteis colapsados por la intensidad que imperaba su propia narrativa; pero estoy bastante segura que nadie —o muy poca gente— no se quedó para disfrutar de esos planos tan locos, esos juegos de sombras tan atractivos o esos colores capaces de venderte una obra que quizá incluso no entiendes. Pues bien, algo parecido ocurre con Bishounen Tanteidan, y aunque su narrativa no se complique tanto como Monogatari Series y su trama en ocasiones resulte  algo más estática, será la resolución de su misterio principal y lo imperioso de su apartado técnico lo que nos mantendrá expectantes de la serie cada semana

Joran: The Princess of Snow and Blood

Dejando un poco de lado aquellas series que, en cierto modo, hicieron que llegase a ellas gracias a un apartado visual de lo más atractivo; ha llegado el momento de hablar de Joran: The Princess of Snow and Blood. Otro de los títulos originales que protagonizan esta temporada de primavera y que, una vez más, siento que no está en boca de nadie; o de muy pocos, lamentablemente. Joran: The Princess of Snow and Blood se desarrolla en una versión alternativa del año 1931 en Japón, donde el shogunato Tokugawa nunca fue abolido y el emperador Meiji nunca volvió al poder. Una historia que seguirá las venturas y desventuras de una organización llamada Nue que trabaja para el shogunato y se asegura de que se cumplan sus leyes.

Una historia que, en esta ocasión, te atrapará rápidamente por su argumento a pesar de que sus inicios sean algo pausados; un punto que se puede entender si valoramos el riesgo histórico que pretende realizar y todas las ideas que desea volcar en su metraje. Pues a pesar de comenzar con un ritmo más latoso que el deseado, Joran supone una bocanada de aire fresco a una temporada copada por la acción, la comedia e incluso el romance. Una historia alternativa frente al shogunato Tokugawa que entremezclará el carisma de sus personajes, lo sobrenatural y un nexo cultural que, aunque diferente y conducido en pos de otra perspectiva, es cuanto menos interesante. Además, la obra también jugará con elementos como la picardía, la venganza e incluso lo provocador para dejarnos con un título al que, al menos, deberíamos darle una oportunidad. Un título que, según cómo sea tu visión frente al medio, pueda incluso sorprenderte a nivel estético pues jugará constantemente con diferentes estilos de animación para hacer de su propuesta una más sugerente. 

Mashiro no Oto

Si hay algo que no podía faltar en primavera es una obra cuyo eje central gire en torno a la música. Recordemos aquellos aclamados y jamás olvidados títulos como Kono Oto Tomare! o Your Lie in April; dos obras muy especiales para muchos de nosotros y que, casualmente, iniciaron su periplo animado en primavera. Una estación que, sea por lo que fuere, transporta a Japón hasta la música y la convierte en ese momento del año donde empiezan a sonar las mejores notas para el corazón. Notas que en esta ocasión nos llegan a través de Mashiro no Oto

Alejándose de los tropos más convencionales o de las líneas más clásicas que siguen obras como las citadas anteriormente, Mashiro no Oto centra su atención en un viaje de búsqueda personal fraguado a través de Setsu. Un joven cuya vida tiene sentido hasta la muerte de su abuelo, una figura que para él lo representaba todo e incluso le dotaba a sí mismo de sonido. Uno que, tras su muerte, parece haber perdido. Por ello, queriendo reencontrarse consigo mismo e intentando hallar su propia sonoridad a través del shamisen —instrumento que protagonizará la gran mayoría de notas de la obra—, Setsu cambiará por completo su vida para intentar cumplir su nueva meta. Un viaje en el que conocerá a nuevas personas, un periplo que le hará latir a otro ritmo; pero ante todo, será en este viaje donde logre hacer sonar todo aquello que siente por dentro. Así, Mashiro no Oto se postula como un título costumbrista, personal e intimista, aunque también como una obra de búsqueda siendo la música el camino que, quizá, le lleve al punto deseado al protagonista. Una apuesta silenciosa a pesar de su propia resonancia cuyo nexo con el espectador está ligado totalmente a los sentimientos y al corazón. 

Odd Taxi

Si hace unas líneas hablaba de cómo la música, de una forma u otra, llegaba cada año a nuestras pantallas; es ahora donde incido en otro «género» que parece no querer alejarse mucho de nosotros. Hablo de aquellas obras protagonizadas por animales antropomorfos cuya psicología va más allá de lo esperado y nos dejan con joyas como Beastars o, en esta ocasión, Odd Taxi; un título totalmente original creado por Baku Kinoshita y Kadzuya Konomoto. Una obra que, además de jugar con una animación de lo más curiosa y pintoresca sin exceder en detalles aunque suficiente para su mensaje, nos deja con una de las series más personales y críticas de la temporada.

Porque en Odd Taxi viajaremos, capítulo a capítulo, junto a Kotogawa. Un taxista de lo más excéntrico cuyo apellido parece ser soledad. Pero es en su silencio y forma de ser donde sus clientes depositarán su total confianza. Una que nos hará descubrir mil facetas humanas a través de personajes de lo más carismáticos en forma animal y que, además, fraguará al mismo tiempo una subtrama centrada en la desaparición de una joven. Es cierto que su ritmo atenuado o puesta en escena no sea del agrado de todo el público, pero será su misticismo y originalidad lo que debería, al menos, ser lo suficiente para darle una oportunidad. Una coyuntura que nos dejará, bajo la luz de la luna, frente a una historia que explorará la psique humana más de lo que nos imaginamos y que asegura que, a pesar de contar con superproducciones o con series de mayor escala, en Japón siempre hay hueco para obras de este corte. Títulos que quizá acaben algo escondidos pero que, posiblemente, sean incluso más disfrutables que aquello que parece ser del gusto más generalista. 

Super Cub

Tras hablar de cinco series, cuanto menos especiales, ha llegado el momento de cerrar este artículo. Posiblemente me deje algún que otro título que perfectamente podría estar entre estas líneas, pero particularmente era impensable no contemplar Super Cub para esta recopilación. Una serie que nació, en cierto modo, como un reclamo publicitario frente a un producto tan habitual como singular como son las motos y que, a través de una serie de elementos, se ha convertido en un remanso de paz tan necesario como lo era Yuru Camp. Un lugar donde pasar unos 25 minutos cada semana sin pensar en nada, relajarte e incluso disfrutar de piezas musicales capaces de hacerte viajar hasta Yamanashi. Ha llegado el momento de encender el motor, dejarle sonar y viajar junto a él.

Un periplo que en esta ocasión estará protagonizado por la joven, adorable y taciturna Koguma. Una chica sin padres, amigos ni pasatiempos con los que «llenar» su vida hasta que un día, sin saber muy bien cómo, acaba consiguiendo por muy poco dinero una moto que no solo pasará a ser su medio de transporte, sino su compañera vital. Una compañera un tanto peculiar que nos hará ver, desde otra perspectiva, cómo un vehículo puede ser algo más que un motor, dos ruedas y alguna que otra pieza más. Un ejercicio de lo más experimental pero que, si logras conectar con él, se convertirá sin duda en una de las series más exquisitas de la temporada. Un título que, pese a no contar con una animación perfecta o el staff más llamativo de la industria, posee un algo mágico y embriagador. Un algo de lo más curioso que nos llevará hasta una de las travesías más plácidas y cautivadoras de la presente primavera. Una temporada repleta de series pero también una iteración que cuenta con más de una joya escondida entre sus bambalinas.

Marisol Navarro

¿Te gusta nuestro contenido? Apóyanos a través de este banner y ayúdanos a seguir creciendo.


Banner KoFi 2020 - El Palomitrón

¡No olvides dejar aquí tu comentario!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Publicista aficionada de las películas, las series y el cómic en general. No tengo un género preferido, pero todo lo gore me apasiona. Adoro viajar, y si algún día consigo ir a Japón, sin duda para el trayecto tendré preparada toda la obra de Sui Ishida.