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LA CARRERA DE LOS GOYA 2021

Con la entrega de los Forqué se inicia la temporada de premios nacional, esta vez atendiendo al atípico año que hemos dejado tras de sí. Año convulso y año a niveles generales bastante pobre en cuanto a las dimensiones de producción y la calidad media de los títulos estrenados. En este sentido se explica que una película tan pequeña como mayúscula en su ajuar de emociones como Las niñas sea la clara favorita del año, desde que prácticamente el festival de Málaga la coronara. Ayer repitió el laurel en unos Forqué que comprendieron algunas pequeñas sorpresas, desde Nuevo Orden como mejor film latinoamericano, como los premios actorales de Patricia López Arnaiz y Javier Cámara, y terminando con las victorias en mejor cortometraje y mejor serie.

Un palmarés interesante, y muy repartido, para efectivamente un año de proporciones equitativas, porque así lo han planteado las películas estrenadas, frente a un ejercicio de series variado pero infinitamente superior. No es casualidad que las series alzadas en estos galardones, como en los Feroz, sean de tal extraordinaria calidad técnica y artística. Por supuesto que hablamos de Patria, Antidisturbios, 30 Monedas y Veneno, las grandes representantes de un universo de series variado y rico, que copa ahora parte de los premios cinematográficos. Hablar de esta especie de invasión admite un amplio análisis, que merece ser abierto una y otra vez, pero eso es harina de otro costal.

Los goya 2021
Las niñas de Pilar Palomero es la clara favorita de la temporada.

Volviendo al epicentro de esta temporada y su desarrollo hay que entroncar el foco en las diversas nominaciones de los diferentes premios que anteceden a los reyes de la temporada, los Premios Goya, que este año suman 35 ediciones, estos son: los citados Forqué y Feroz, los CEC y los ASECAN. También se suman a esta lista, aunque con carácter posterior, los Fotogramas de plata, los Sant Jordi, los premios de la Unión de Actores, los Gaudí, premios varios que podrían haber aprovechado el amplio calendario que manejan los galardones de cine este año, para por fin, de una vez, definir una carrera de premios nacional más precisa y coherente. No es necesario que los premios beban casi y exclusivamente del devenir de los Goya, pero sí que encuentren un posicionamiento temporal que tenga sentido y que les de valor y expresión mediática. Resulta absurdo el auténtico desfase que sufren algunos galardones en relación al desarrollo de la temporada de premios oficial.

Oficialidad que incluye al menos los premios citados: Forqué, Feroz, CEC y ASECAN, diferentes entre sí, pero concluyentes en cuanto al ejercicio tan repartido al que hemos atendido este pasado 2020. No hay ninguna película o películas que se impongan sobre las demás de manera significativa, como así fuera en 2019, gracias a obras tan rotundas como Mientras dure la guerra, Dolor y gloria y La trinchera infinita. Con ello, Las niñas y La boda de Rosa han conseguido definir su papel de favoritas por sus amplias menciones en los diversos premios acontecidos en sus nominaciones. Parecen las dos bazas claras de cara al anuncio de los Goya de mañana, en el que se espera reparto y sorpresa. Y sorpresa sería ver coronada de alguna manera una película tan al margen de la industria como fascinante como es El año del descubrimiento. Película cuyo eco no deja de crecer desde su estreno en el pasado Festival de Sevilla. Ya ha alcanzado las ternas de mejor película, dirección y guion en los Feroz, abriendo paso a caminos poco transitados por películas de la a veces mal utilizada denominación de documental.

Los goya 2021
El año del descubrimiento de Luis López Carrasco podría ser la gran sorpresa de los galardones nacionales.

Al margen de estos tres films, Adú, Akelarre, Sentimental, Historias lamentables y hasta Nieva en Benidorm perfilan bastantes opciones, tras varias menciones en Forqué, CEC y Feroz, especialmente la película vasca de Pablo Agüero, que tras su desigual presencia en la pasada Sección Oficial del Festival de San Sebastián se ha convertido en una de las películas más respetadas de este año, tal vez por su exquisito ejercicio de producción. Aquí podríamos incluir también óperas primas contundentes como El inconveniente, Orígenes secretos, Ane y El arte de volver, que querrán pronunciarse mañana, como así lo han hecho en anteriores premios. En cualquier caso, pase lo que pase, y venga lo que venga, está claro que las glorias pasadas eran mejores, y que ante un año como este, sólo se pide coherencia y en cierta manera riesgo a la hora de dar valor y expresión a un cine invisible que nunca lo ha tenido tan fácil como este año para dar rienda suelta a su exposición y hacerse notar en los diversos premios de nuestro plantel cinematográfico. Unos premios, que tarde o temprano, deberán mirarse a sí mismos y reafirmarse o desaparecer, porque es época de indecisiones, de cambios y de proclamar la necesidad de firmar una auténtica carrera de galardones, que culmine en esa guinda cada vez más expectante y aperturista que son nuestros galardones nacionales, por excelencia: los Premios Goya.

Alberto Tovar

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