ÉLITE: SEXO, DROGAS Y SUSPENSE
Entre la seriefilia nacional hay muchas expectativas alrededor de Élite, la segunda producción propia de Netflix en España. Nuestra juventud usuaria de la plataforma de streaming tenía que escoger entre series que les hablaran de gente de su edad estadounidenses (Stranger Things, Por trece razones, Todo es una mierda) o series en español pero de las que no eran su público objetivo (La casa de papel, Las chicas del cable). Ahora por fin tienen su serie. No por ello el público restante debe sentir alienación, puesto que Élite es una serie de intriga ejemplar con una factura técnica impoluta y con unos personajes bien dibujados.
El principal acierto de Darío Madrona y Carlos Montero, creadores de la serie, es conseguir combinar el drama de los personajes con el suspense. No es una aproximación novedosa, pero sí que requiere pericia mantener el equilibrio entre ambos estilos narrativos. La clave reside en fusionarlos, de tal manera que en las escenas más convencionalmente dramáticas (por ejemplo, las confesiones) siempre hay un elemento de tensión, mientras que las que sirven para hacer avanzar la trama (más de acción) siempre implican el desarrollo emocional de algunos personajes. Todo esto lo consiguen con la lógica del «menos es más», es decir, reduciendo el número de historias y personajes a un mínimo aceptable y compactándolos en solo 8 episodios de 50 minutos. Las historias personales se intersecan en múltiples puntos conectando protagonistas de formas inesperadas y economizando así la narración. Da la impresión de que le han dado un par de vueltas al guion y lo han escrito con una mentalidad pragmática.
Otro elemento que eleva la serie y que le permite rivalizar con hitos recientes de la intriga televisiva es lo bien que luce. El equipo detrás de las cámaras ha hecho un excelente trabajo de localización de escenarios. Hay una apuesta clara por ambientar conversaciones entre personajes en parajes parcialmente naturales, lo que permite que la historia respire, evitando así la artificialidad de rodar siempre en unos estudios de televisión. No obstante, al transcurrir la historia mayoritariamente en un instituto (Las Encinas), hay unos sets recurrentes donde se centra buena parte de la acción. Aquí entra la labor de diseño de producción de Antón Laguna y la dirección de Ramón Salazar (La enfermedad del domingo) y Dani de la Orden. Las escuelas no son edificios visualmente atractivos (aunque sean de élite, como en este caso), pero estas tres personas consiguen darle una textura artística estimulante.
Hemos hablado de guion y de acabado visual, pero todo este esfuerzo sería en vano si no hubiera un reparto a la altura. Eva Leira y Yolanda Serrano han hecho un magnífico trabajo de casting reuniendo a un grupo de jóvenes intérpretes que prometen mucho. Con más o menos experiencia previa, deben afrontar algunas escenas de alta intensidad y complejidad emocional, y sobresalen en ellas. Destacamos la naturalidad de Omar Ayuso, la introspección de Mina El Hammani, la capacidad de retratar un amplio abanico de emociones de María Pedraza, el minimalismo de Ester Expósito y la energía de Miguel Herrán. Aquí solo le ponemos un pero: como sucede en Riverdale, el numeroso contenido sexual de la serie implica que jóvenes de 16 años sean interpretados por gente con más de 20, lo que resulta ridículo y un poco perturbador.
Antes de acabar no podemos no mencionar el trasfondo sociopolítico de la serie y lo bien integrado que está en la trama. Para nada es una serie sutil en este aspecto, pero tampoco no lo es en ningún otro. La diferencia de clases es una constante a lo largo de la serie, diferenciándose así de sus homologas estadounidenses, que siempre evitan el tema. No es un mensaje muy radical, pero si contundente. También hay una voluntad por parte de los guionistas de hablar sobre machismo, islamofobia y homofobia, y aunque las intenciones son honestas, no sabemos si el resultado es demasiado sólido.
En resumen, Élite es una serie de intriga muy entretenida que, una vez empezada, acabarás en menos de 48 horas. Por si esto no fuera poco, también tiene unos personajes muy bien escritos, un reparto excelente, un (sub)texto social y una gran factura técnica. Vedla.
- Fecha de estreno: 5 de octubre de 2018
- Plataforma de emisión: Netflix
- Número de episodios: 8
- Duración aproximada: 45-50 minutos
- Te gustará si te gusta… Cómo defender a un asesino.
Pau Jané