Apostamos a que hay algún que otro millennial en la sala al que le resulta familiar Los misterios de Archie, la serie animada en la que un muchacho pelirrojo y sus amigos se las veían y deseaban con criaturas sobrenaturales y otras figuras de terror de serie B. Casi veinte años después, la nostalgia ha vuelto a llamar a nuestras puertas, esta vez dejando lo sobrenatural de lado y transformando los dibujos (basados a su vez en los cómics de Archie) en personajes de carne y hueso que residen en la ficticia localidad de Riverdale que da nombre a la serie.
Ayer día 12 finalizó la primera temporada de la ficción, y aunque lo más probable es que tengamos que esperar hasta 2018 para ver la segunda, esta ya tiene luz verde.
Riverdale se nos presentó como otra propuesta juvenil más, con su temática de instituto, fútbol, amoríos, batidos coronados por cerezas, autocine y otra serie de tópicos de high-school norteamericanos. No se puede negar que esta fórmula funciona, siempre aderezada con un halo de misterio que por lo general resulta en una buena cosecha de audiencias. El ejemplo actual más claro lo tenemos en Pequeñas mentirosas (que por fin se acerca a su desenlace después de nada más y nada menos que siete años en antena).
Por suerte para nosotros, Riverdale ha demostrado ser una opción fresca a la que por lo general no le da tiempo a hacer aguas durante sus 13 primeros episodios. Mantiene de sus personajes originales características físicas (un cast muy bien elegido, salvo algunas excepciones que dicta el guion) y en principio también su personalidad. Y decimos en principio, ya que el desarrollo de algunos personajes no ha corrido exactamente en paralelo a la idea que teníamos quienes veíamos la serie o leíamos los cómics. Las comparaciones son odiosas, pero para este último grupo de personas que crecieron con Archie es cuando menos desconcertante que prácticamente hayan omitido a Reggie (Ross Butler) o que a Jughead (Cole Sprouse, ¡cómo ha crecido Zack! ¿O era Cody?) no le falte su corona pero piense en algo más que en la comida. Y de Miss Grundy mejor ni hablamos.
Archie (K. J. Apa) sigue siendo pelirrojo, en eso no hay discusión. Sin embargo, su personaje ha sido bastante ninguneado en la serie, reduciéndolo a poco más que tocar en una banda de música o tener un lío amoroso prácticamente con cada chica con la que habla. Y esto, siendo el protagonista y líder de la pandilla, es bastante preocupante. Confiamos en que lo ocurrido en la última escena del season finale produzca un cambio en Archie (al parecer, podremos ver una versión mucho más oscura del personaje en la próxima temporada).
Pero ¿qué nos ha traído este último episodio? Al contrario de lo que suele ocurrir, Riverdale ha optado por resolver el misterioso asesinato de Jason Blossom (Trevor Stines) no en este, sino en el penúltimo capítulo. Una buena decisión a priori, que si bien ha permitido que los acontecimientos no se precipiten o acumulen en el finale, sí que han desprovisto a este de la expectación que hubiera generado reservar hasta el último momento el big reveal.
Aun así, el cierre a esta primera temporada ha tenido sus momentos de tensión (puntos extra a la escena con Cheryl (Madelaine Petsch) en el lago congelado), más que evidentes trazas del siempre pujante triángulo amoroso Archie-Verónica (Camilla Mendes)-Betty (Lili Reinhart) y algún que otro hilo destinado a envolver la madeja de la segunda temporada.
Tampoco podemos olvidar alguna otra revelación (a cierta protagonista le aparecen los hermanos como setas) que hace bastante probable la aparición de un adonis rubio próximamente. Y como curiosidad, el director creativo de Riverdale no ha descartado la futura incorporación de un personaje que seguro no relacionabais con el universo Archie: Sabrina, de la mítica serie de los noventa Sabrina, cosas de brujas. Respecto al resto del reparto, presumimos que continuarán manteniéndose las caras conocidas tanto en el caso de los más jóvenes como de sus respectivos padres, quienes han tenido bastante protagonismo hasta ahora (el drama familiar manda).
Ahora solo nos queda preguntarnos en torno a qué nuevo misterio girará la serie en su próxima temporada. ¿Tendrá que ver con la tragedia acontecida en el Pop’s? ¿Será cosa de las serpientes? Lo que es seguro es que volveremos a Riverdale sin pensárnoslo un segundo.
Aitziber Polo
