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Crítica de Modest Heroes destacada - El Palomitrón
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MODEST HEROES: EL NUEVO DESPERTAR DE STUDIO PONOC

Fue en 2015 cuando Yoshiaki Nishimura fundó en Tokio uno de los estudios de animación nipona más prometedores de la última década. Hablamos de Studio Ponoc. Lugar que ha dado vida a Mary y la flor de la bruja, el último trabajo de Hiromasa Yonebayashi (El recuerdo de Marnie, Serial Experiments Lain) y que llegó a nuestras pantallas el pasado 2018. Un título que no sólo dejaba claras las intenciones del estudio, sino que nos retrotraía a un estilo Ghibli «actualizado» de lo más atractivo.

Y así, tras sellar la impronta de Studio Ponoc, fue en marzo de 2018 cuando se anunció su nuevo proyecto: Ponoc Short Films Theatre. Una antología de cortometrajes de animación divididos según el tema principal de los mismos titulada Modest Heroes. Una antología que, inicialmente iba a estar compuesta por cuatro cortometrajes pero que tras el fallecimiento de Isao Takahata —una de las firmas seguras del proyecto—, se quedó con un total de tres títulos. Tres cortos que en esta ocasión estarían bajo el amparo de Hiromasa Yonebayashi, Yoshiyuki Momose y Akihiko Yamashita.

Yoshiaki Nishimura tenía claras sus intenciones frente a su nuevo proyecto, y tras saltar en boca de todos con Mary y la flor de la bruja, pretendía alejarse de ese espíritu Ghibli tan impregnado en la obra para crear la filosofía visual que definiría a Studio Ponoc. Una que, a pesar de contar con sus propios tintes y acentos, posee un aire un tanto conocido aunque agradable. Un aire que nos demuestra que por muchos años que cumpla el gran maestro Miyazaki su aura siempre permanecerá con nosotros. Y Studio Ponoc ha demostrado poner toda la carne en el asador para que esto se cumpla. 

Crítica de Modest Heroes cartel promocional - El Palomitrón

Y es ahora, prácticamente un año después, cuando podemos disfrutar de forma totalmente legal de Modest Heroes gracias a Netflix; plataforma que ha apostado por el nuevo trabajo de Studio Ponoc y que, junto a los tres cortos de animación, también nos ha ofrecido un pequeño documental con Yoshiaki Nishimura al frente para explicarnos ante qué tipo de proyecto estamos y cuáles son los objetivos de este estudio que tanto tiene que ofrecer al medio. Un estudio que aún siendo pequeño tiene el suficiente peso y valor para ser considerado, con menos de dos años de edad, «el sucesor de Studio Ghibli». 

Héroes Humildes Volumen I es una antología de tres cortos dirigidos por Hiromasa Yonebayashi, Yoshiyuki Momose y Akihiko Yamashita que poseen como tema central «la vida». Una palabra de cuatro letras que alberga un poder inmenso. Un poder que Studio Ponoc ha sabido exprimir al máximo y mostrarnos, a través de los tres cortos, diferentes aspectos que suceden en el día a día de una persona. Aspectos cuanto menos curiosos, diferentes y que denotan, una vez más, el verdadero potencial del estudio. Quizá las grandes mentes que hay detrás ayude mucho de cara a enfocar este trabajo, pero el entusiasmo que demuestra tener Yoshiaki Nishimura es digno de aplauso; y por ende, el resultado, también. Veamos qué hay tras los cortos.

Kanini y Kanino

  • Director: Hiromasa Yonebayashi
  • Música: Takatsugu Muramatsu

La primera obra que conforma esta antología narra la historia de dos hermanos pertenecientes a una especie de seres diminutos —similares a los cangrejos— que viven bajo el agua. El relato nos cuenta cómo Kanini y Kanino conviven con su padre desde que su madre salió del agua para dar a luz. Una convivencia que un día se ve fraguada debido a un accidente ocasionado por las corrientes de agua que les deja solos en el cauce de un río desconocido para ellos. Un lugar que alberga incesantes peligros que les harán aprender a sobrevivir apoyándose el uno en el otro. 

Lo más peculiar de este corto, además de la fantástica animación que posee y el juego que realiza con las perspectivas y los tamaños, es cómo es capaz de transmitir su mensaje sin mediar apenas palabra. Un corto donde impera el silencio humano para dejar paso al sonido de la naturaleza, del peligro e incluso de la emoción del reencuentro. Yonebayashi ha regresado para emocionar al público con una historia de superación, una historia donde no importa el tamaño, sino la intención. Y así es como Kanini y Kanino vencen los obstáculos del camino. Dos hermanos realmente encantadores que lograrán copar cada uno de los planos y que, gracias a su insistencia y perseverancia, lograrán cumplir su misión tras ser arrastrados por una corriente de agua que situaba sus vidas a las puertas de la muerte. 

La vida nunca pierde

  • Director: Yoshiyuki Momose
  • Música: Masanori Shimada

Saltamos de Hiromasa Yonebayashi a Yoshiyuki Momose, conocido por ser el director de animación en películas como Porco Rosso o El viaje de Chihiro. Una persona realmente importante dentro de la gran familia Ghibli que nos ofrece una historia que deja atrás el corte fantástico de Kanini y Kanino para brindarnos un slice of life centrado en uno de los temas menos recurrentes en ficción: la alergia al huevo

Shun es un niño como cualquier otro, aparentemente. Como el resto de chavales de su edad vive una vida normal a caballo entre la escuela y los deportes. Pero lo que le hace sumamente particular es que es alérgico al huevo. Y esto no significa solo que no pueda comerse una tortilla, no puede ingerir ningún derivado del huevo, ni rozarlo tan siquiera. Hacerlo le debate entre la vida y la muerte. Y eso hace que viva bajo las estrictas normas de una madre preocupada constantemente por su salud. Una madre que desde sus primeros meses de vida ofrece todo su tiempo y empeño en cuidar a su hijo frente a un mundo que le pone en constante lucha contra la muerte. 

Tal y como decíamos, al igual que el primer relato nos inspiraba una historia más fantástica aunque con cierto toque realista, en La vida nunca pierde contamos con una trama más que real; tanto que el propio Yoshiaki Nishimura confirma en el documental realizado por Netflix que se trata de una historia basada en la vida de un joven con su madre. Una historia que asola una verdad que pocas veces tenemos oportunidad de conocer pero que gracias al increíble trabajo de Yoshiyuki Momose en esta ocasión podemos hacerlo. Un trabajo que demuestra hasta dónde está dispuesto a llegar Studio Ponoc

Invisible

  • Director: Akihiko Yamashita
  • Música: Yasutaka Nakata

Tras cruzar por el fantástico Kanini y Kanino y experimentar cómo un alimento puede condicionar tu vida con La vida nunca pierde, llegamos a Invisible. El tercer y último corto de esta primera antología de Studio Ponoc que además de sacar a la palestra un tema tan importante como la conexión emocional entre personas también define una nueva forma de contar una historia. Una forma protagonizada por el movimiento, el silencio y por la ausencia de personas «reales». Y tú, ¿alguna vez te has sentido invisible? 

Akihiko Yamashita nos introduce en la piel de un oficinista de Tokyo con una vida anodina y repetitiva. Tanto que un día empieza a sentir que algo no encaja a su alrededor. Empieza a darse cuenta que nadie le presta atención, nadie le dirige la mirada, nadie le saluda, nadie le dice nada… Empieza a creer que no existe, que es invisible ante los ojos de la gente; incluso de aquellos que trabajan todos los días junto a él.

Y es que a través de Invisible el estudio nipón decide explorar un tema tan trascendental como la exploración de la soledad y la alienación del trabajador —en este caso japonés, pero que podría encajar con cualquiera realmente—. Studio Ponoc ha demostrado no tener límites, y si ya nos sorprendía con el relato del huevo, aquí sobrepasa todo lo trabajado hasta el momento para sorprendernos ante una historia tan realista que incluso llega a doler. Una historia de la que muchos formamos parte, ya sea en el trabajo o en el día a día. Y es que su puesta en escena es arrolladora; simula el movimiento a través de la invisibilidad mejor incluso que a través de la carne humana, y consigue conmover con una realidad que impera más de lo que debería.

Invisible pone el broche final a este primer volúmen de Héroes Humildes, aunque esperamos que no cierre la actividad final de Studio Ponoc. Un estudio que ha demostrado poseer muy buenas ideas y contar con personas que saben ejecutarlas realmente bien. Hace años dolió decir «adiós» a Studio Ghibli, pero actualmente podemos estar tranquilos porque su espíritu todavía sigue vivo. Un espíritu que todavía reside en el corazón de muchas personas y cuyo talento rebosa incesante en las mentes de tantos otros. Héroes Humildes es una demostración de ello y a pesar de que cuenta con ese poso Ghibli muy bien logrado, también ha sabido dibujar nuevas líneas en pos de nuevos trabajos que lo lleven hasta el lugar deseado

Marisol Navarro

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Publicista aficionada de las películas, las series y el cómic en general. No tengo un género preferido, pero todo lo gore me apasiona. Adoro viajar, y si algún día consigo ir a Japón, sin duda para el trayecto tendré preparada toda la obra de Sui Ishida.