HABLAMOS CON MARC CREHUET Y LOS PROTAGONISTAS DE ESPEJO ESPEJO
Tan solo dos semanas después del estreno en cines de La maniobra de la tortuga, Natalia de Molina vuelve a las pantallas para presentarnos a un personaje muy diferente. Espejo Espejo se estrena el próximo 20 de mayo y para hablarnos de ella hemos podido entrevistar a la actriz, junto a su director Marc Crehuet y otro de los protagonistas, Santi Millán.
P: Espejo Espejo inauguró el Barcelona Film Fest de este año. ¿Cómo vivisteis la respuesta del público allí presente?
Marc Crehuet: Pues muy bien, la verdad, porque la gente se rio, que era lo que buscábamos. Se rio mucho, en todos los gags. Y después, además, en un festival te pueden engañar, pero más que lo que te dicen es cómo te lo dicen, y percibimos que gustó.
Santi Millán: Sí, lo que dice Marc es cierto. Te pueden engañar. Pero cuando ya llevas un tiempo en esta profesión sabes cuándo las cosas han gustado, por lo que te comentan, por la expresión, por las ganas de hablar… Y la verdad es que la respuesta del público fue maravillosa. Sobre todo, cuando haces comedia, se ve muy claro cuando no funciona. Y yo creo que la película lo consigue. Todo lo que busca lo consigue. No solo la risa, sino otras muchas cosas más.
Natalia de Molina: Fue maravilloso ver la película con público y escucharlos reírse. El momento en el que salió Verónica fue como un suspiro colectivo. Vivirla en la sala, con público, y notar cómo la disfrutaban fue maravilloso. Ahora estamos deseando que la vea más gente, porque es una película muy divertida, muy original, pero que también abre muchos melones y que te puedes sentir identificada con todos los personajes.
P: Marc, este es tu segundo largometraje, después de la exitosa El rey tuerto. ¿Qué nos vamos a encontrar en estar película y cómo te llegó la idea? Porque hay que reconocer que es muy original y muy bien lograda visualmente.
MC: El tema de los espejos siempre me ha parecido curioso. Lo había ensayado ya en otros formatos, en una serie de televisión que se llamaba Pop Ràpid, en la que un personaje se miraba al espejo y veía a otra mujer; en una pequeña obra de teatro… Entonces, cuando se me planteó hacer una película con Rodar y Rodar, pues me quise meter de lleno en el tema y abordarlo a fondo. Y en ella nos vamos a encontrar muchos temas. Pero, básicamente, la identidad, así en un sentido amplio. La identidad humana, la complejidad de la identidad, los diálogos internos, la sociedad del narcisismo, las redes sociales… Es más exponerlos que dar un discurso unívoco. Hacer pensar.
P: En ese sentido, ¿qué fue lo más complicado de rodarla? Tanto técnicamente como para vosotros los actores.
MC: Técnicamente, a nivel de dirección y efectos especiales fue complicadísimo, porque no calculábamos la dimensión que tenía. Muchísimos planos de efectos especiales, tanto analógicos como digitales. Y después, a nivel de actores, tiene una gran complejidad. No solo por interpretar a dos personajes, sino por el hecho de la mímesis, que es algo complicado para ellos. Y cada uno tuvo que encontrar su manera de hacerlo, porque, además, cada uno son de su padre y de su madre.
NDM: Claro, lo más complicado ha sido a nivel técnico, porque, aunque luego queda todo muy natural, ha sido una película de efectos especiales. Era muy guay hacer dos personajes en uno, pero luego, al llevarlo a la práctica fue muy difícil.
S.M: Sí, claro, fue complejo, porque, además, hemos descubierto las cosas que nos iban quedando mejor a medida que la íbamos haciendo. Y, sobre todo, lo más complejo es que esos efectos especiales están metidos en una película que no es de efectos especiales, sino que pretende ser costumbrista. Entonces, tú, como espectador, cuando vas a ver una película, como código, aceptas que un hombre salte diez metros a un árbol. Pero aquí, el hecho de que se desdoblaran las figuras en el espejo, era un giro de guion que no sabías cómo podía quedar y si lo iba a entender y a recibir bien la gente. Pero, está muy bien hecho.
P: ¿Alguna anécdota que nos podáis contar?
NDM: Nos lo tomamos muy en serio. No fue un rodaje de comedia en el que estuviéramos todos de risa, sino que en el set había mucha concentración por lo complicado que era conseguir hacer el mundo de los espejos. Y luego que te ríes de los personajes, pero en el fondo lo están pasando mal. Pero sí me acuerdo que en el último día de rodaje todos mis compañeros ser pasaron todo el día cantando. Fue el día que tenía que rodar Carlos Areces el final en el que sale cantando y de repente fue como si viviéramos todos en un musical. Y fue muy divertido.
P: Cuéntame un poco sobre el proceso de casting. ¿Tenías a los actores ya en mente o tuvieron que pasar pruebas?
MC: Es que soy fan de todos ellos. Antes de hacer la peli. Es más, la primera sorpresa fue que quisiesen, que les gustase. Y, además, no hubo cambios. Las propuestas que yo tenía en mente son las que han acabado siendo. Y eso es maravilloso. Busqué actores que a mí me gustaban y yo quería trabajar con ellos. Lo bueno es que se ha establecido una buena complicidad y nos hemos entendido muy bien. Cada uno con sus métodos que, además, es muy enriquecedor. Y nos hemos reído. Ha sido un rodaje exigente, pero con risas. Y creo que hemos conectado con el sentido del humor.
SM: Yo creo que es muy importante. Realmente el trabajo del director en ese sentido es complicado precisamente porque tiene que hacer también de psicólogo. Porque no todos los actores trabajan igual, cada forma de abordar los personajes, de superar miedos y obsesiones… Y él tiene que lidiar con nosotros, tiene que conocernos y saber qué funciona mejor para cada uno. Entonces, pillar esos códigos, tener esa sensibilidad para saber cómo funciona esa empatía, en eso Marc es muy hábil.
P: Y para vosotros, ¿qué sensaciones os produjo leer el guion por primera vez?
SM: A mí me gustó mucho, porque empaticé mucho con mi personaje, por esa lucha que tiene. Llegar a los 50 años, que casualmente es donde me encuentro yo, con esa necesidad de renovarse y de cambiar paradigmas, de evolucionar. Él está anclado en un pasado muy beneficioso para él, en una posición de hetero blanco que no quería cambiar. Pero poco a poco se va viendo desplazado y tiene que cuestionarse y reflexionar. Y, al final, su reflejo toma las riendas y decide que tiene que cambiar. Y eso es lo que le pasa a mucha gente en su interior, que se da cuenta de que lo que le funcionaba antes ya no le funciona. No con los demás, sino con uno mismo, con la percepción de lo que tú eres o de lo que quieres ser. Y por eso se producen los cambios y las evoluciones en la gente, que no siempre tiene que ser a mejor.
NDM: Me reí mucho. Me pareció muy inteligente, muy original. Porque muestra esas conversaciones y esas peleas que podemos tener con nosotros mismos. Que podemos ser, o nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo. Me gustó mucho eso, cómo estaba contado. Y luego la posibilidad de hacer comedia y la crítica que había en el personaje de Paula. Entonces, cuando lo leí pensé en la suerte que me había tocado.
P: A la hora de crearlos, os basasteis en alguien que conocíais, en vosotros mismos o simplemente os limitasteis a cumplir con el guion.
SM: Yo creo que, al final, partiendo de la premisa de la que parte la película, de que no somos binarios, sino que somos un compendio de muchas cosas, somos poliédricos, tenemos muchas máscaras. Entonces, a la hora de crear personajes, lo que hago es abrir el cajón y buscar la máscara. Porque todos tenemos máscaras y todos hemos usado máscaras que nos avergüenza haber llevado. Y yo creo que para todos los personajes hay veces que lo que haces es potenciar esos lados más oscuros tuyos. O, al contrario, potenciar los lados más brillantes. Y, yo, la percepción de mí mismo es muy antagónica a Álvaro, pero Marc me ofreció el papel porque él veía algo de Álvaro en mí. Entonces, es muy probable que haya gente que la percepción de mí sea esa. Pero, como la percepción de la gente no la puedes controlar, de debes preocupar con lo que percibes tú de ti mismo.
MC: Me gusta eso que has dicho del cajón de máscaras. Porque en su personaje hay una caída de máscara. Y ahí, como actor, fuiste el hombre sin máscara. Un actor de drama, de conectar con la verdad.
SM: Sí, yo creo que una de las claves de la película es precisamente eso. Es una comedia, pero está contada en verdad todo el rato. No es una comedia buscada, apretada o forzada. La comedia surge porque surge, porque los conflictos que tienen los personajes a veces son de risa. Y es lo que pasa en la vida, que, si sabes mirarla con ironía, es muy divertida. Pero puede ser un drama. Entonces depende de ti. Y yo prefiero la risa.
NDM: Yo nunca me baso en mí misma. Sí que es cierto que mi sensibilidad me hace conectar de una forma u otra con los personajes, pero nunca lo llevo a mí. En este caso, mi personaje está muy en el mundo de las redes sociales, de las influencers, del maquillaje, de las youtubers. Entonces yo estuve inmersa en ello. Y, además, fue en el confinamiento, que fue como la explosión de todo ello. Y todo el mundo de repente estaba con el Tik Tok. Yo ni sabía que eso existía. Y me inspiré mucho en cosas que veía y en gente que he conocido.
P: Haciendo alusión al título, ¿creéis que los espectadores se van a sentir identificados? ¿Habéis pasado por las mismas crisis que vuestros personajes, ese miedo a no cumplir con las expectativas de los demás y ser rechazados?
NDM: Yo creo que sí, porque todos tenemos conversaciones con nosotros mismos. Todos queremos que nos quieran. A nadie le gusta que le rechacen. Y a día de hoy. Lo que pasa es que vas evolucionando y al final te vas encontrando más a gusto en tu propia piel. Intentas no ser lo que otros quieren sino estar tranquila con tus defectos, que en realidad se pueden convertir en tu virtud.
P: Sin hacer spoiler, vuestros personajes atraviesan una gran evolución. En ese sentido, ¿qué habéis aprendido de Paula y Álvaro?
SM: Lo que se aprende de Álvaro es asumir, aceptar, sobre todo relajarse de esa autoexigencia contante que tenemos con nosotros mismos, que es enfermiza y que nos lleva a sitios que normalmente son desagradables. Yo creo que el conocerse a sí mismo implica aceptar cosas que no nos gustan. Y es así. Lo importante es ser consciente de las cartas que tienes y aprender cómo se juega y cómo funciona el juego. Una vez así, puedes perder, pero tienes más opciones y, sobre todo, si entiendes el juego, es mucho más divertido.
NDM: Yo no he aprendido nada, porque en realidad es un personaje bastante hipócrita. He aprendido que hay que tener mucho cuidado con los libros de autoayuda, porque no sabes quién hay detrás de ese discurso.
P: ¿Cuál es la lección o mensaje que pretendes que el espectador se quede tras ver Espejo Espejo?
MC: Lo bonito de esto es que cada uno se quede con lo que quiera. Al final, nosotros lanzamos preocupaciones, preguntas, ponemos el foco en temas como la identidad, pero después cada uno se queda con lo que quiera. Porque la película es muy coral y no hay solo un discurso.
SM: Además, una de las mejores cosas que tiene la película es que no es aleccionadora.
P: En la película podemos ver una pequeña participación de Verónica Forqué, en lo que es su última aparición. ¿Cómo fue trabajar con ella?
MC: Fue muy divertido, fue intenso. Ella aportó muchas cosas al personaje y salían cosas de su forma de ser que decidimos incorporar a la escena con Santi y acomodarnos y poco a su personalidad. Porque también era fan de ella, soy fan de ella, de la Chusa de Bajarse al moro. Es un personaje que me marcó mucho. La última frase de Verónica es suya completamente. En un momento muy intenso, donde al personaje de Santi se le cae por fin la máscara. Y dice: “¿Nos tomamos un gin tonic?”.
SM: Yo creo que es una secuencia muy reveladora de la relación que tienen esa madre y ese hijo, de decir: “Tenemos un conflicto, pero no lo vamos a hablar, vamos a tomar un gin tonic y vamos a tapar toda esta mierda”.
P: Después de Espejo Espejo, ¿estáis inmerso en algún proyecto que nos podáis contar?
SM: Estoy esperando que escriba otro guion.
MC: Sí, tengo escrito varias cosas. Pero tengo aprendido con el tiempo que tengo que tener varias cosas a la vez. Pero también he aprendido que no debo hablar de ello, por si no salen.
NDM: Tengo pendiente Asedio, de Miguel Ángel Vivas, que es una peli de acción muy fuerte. Y Un año, Una noche, de Isaki Lacuesta, que es un drama sobre un episodio real, los atentados en la sala Bataclán.
P: Por último, recomendad a los lectores de El Palomitrón ver Espejo Espejo a partir del 20 de mayo en todos los cines
SM: Queremos recomendaros Espejo Espejo a toda la gente que leéis El Palomitrón porque es una película divertidísima. Estoy tan orgulloso de lo que hemos hecho que me encantaría compartirlo con vosotros. Así que si tenéis el detalle de ir a verla, os aseguro que no os arrepentiréis.
NDM: Tenéis que ver Espejo Espejo a partir del 20 de mayo en cines porque es una peli muy divertida, muy entretenida y muy original que os va a dar que pensar sobre cómo somos con nosotros mismos. Hay que saber escucharse y tratarse bien.