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25FCM: LA MANIOBRA DE LA TORTUGA

ANTECEDENTES

2015 cerraba con el debut en el largometraje de Juan Miguel del Castillo. Su película, Techo y comida, suponía una radiografía social de la España más golpeada por la crisis y contaba con una soberbia Natalia de Molina para sostener el conjunto con una naturalidad insólita. Siete años después el director firma La maniobra de la tortuga, una cinta presentada en el reciente Festival de Cine de Málaga que llega ya a carteleras adaptando la novela homónima de Benito Olmo.

LA PELÍCULA

 

La maniobra de la tortuga no deja de ser un thriller en su concepto más general, aunque incorpora una subtrama social muy fiel a los temas del director gaditano. La historia central fija el foco en un inspector que llega a Cádiz degradado, perseguido por su pasado y condenado a una soledad laboral impuesta por su particular visión y forma de actuar. Su tormento personal le conduce inexorablemente a tomar parte activa en la investigación de la desaparición de una joven que aflora en él su reciente tragedia personal (la pérdida de una hija). Serán sus investigaciones las que le hagan coincidir con su vecina, víctima de la violencia de género, y ambas tramas correrán en paralelo hasta que el cruce de ambas vidas se materialice.

Si bien la película en su vertiente thriller tiene muchas bondades, pese a lo lineal de este relato y a la visita a lugares comunes del género, lo cierto es que le conjunto queda desequilibrado con la trama más social, que se interpone a lo largo del relato lastrando una película que si hubiese elegido el thriller puro y duro habría acertado de pleno. Porque frente al dibujo del inspector Bianquetti, que aunque conocido por el espectador resulta sólido, nos encontramos con una coprotagonista que si al principio de la película parece que tiene cierta vida social, según avanza el metraje parece incluso padecer algún tipo de agorafobia que la impide llevar una  vida normal.  Esta difuminación del personaje resta veracidad a la trama más social de la película y entorpece el conjunto, que va poco a poco conduciéndose hacia un final poco sorprendente y demasiado intuitivo.

Y es una lástima, porque si el personaje de la enfermera estaba llamado a sanar físicamente las heridas que Bianquetti se va ganando con pulso según avanzan sus pesquisas, también lo estaba para sanar su espíritu y los remordimientos del inspector. El resultado no deja de ser decepcionante si atendemos a las posibilidades del qué podía haber sido y lo que finalmente ha terminado siendo.

Por el camino, y atendiendo casi en exclusiva al thriller, es necesario destacar la habilidad de Juan Miguel del Castillo para encuadrar y rodar escenas de alto voltaje (ojo a algunas escenas con bastante carga de violencia y fabulosamente rodadas) y para retratar los ambientes más turbios, desde bares y clubes hasta las propias catacumbas de la comisaría en la que Bianquetti expía su insubordinación. Nos queda por tanto un filme en el que podríamos decir que la violencia hacia las mujeres es la protagonista, tanto en la trama policial como en la social, pero que se queda a medio camino, especialmente porque su trama social hace tambalearse al conjunto pese a sus muchos aciertos.

ELLAS Y ELLOS

Si Fred Tatien convence y defiende su papel con solidez, es (y esto sí es una sorpresa) Natalia de Molina en su papel de enfermera la que lo tiene más crudo para transmitir una angustia vital que por momentos parece se acerca a la caricatura. Probablemente no sea problema de la actriz, y sí de un guion poco esmerado o coherente con su personaje, pero el resultado es bastante pobre aunque la actriz transmita esfuerzo por sacar adelante un personaje que reclamaba una revisión profunda antes de cerrar el guion. Junto a ellos, Mona Martínez en un papel que parece para ella, y con el que funciona con tanta seguridad como comodidad. Cero riesgos.

LA SORPRESA

La pericia técnica de Juan Miguel del Castillo para el thriller desbanca a su mirada social, y nos hace soñar con un director a tener en cuenta en el futuro si lima ciertos aspectos de su cine.

LA SECUENCIA/ EL MOMENTO

Todas aquellas en las que aflora la violencia que contiene el personaje al que da vida Fred Tatien. Muy bien rodadas.

TE GUSTARÁ SI…

Si te gusta el thriller con aroma patrio y los personajes que se revuelven ante el sistema. 

LO MEJOR

  • Fred Tatien
  • Algunas escenas de acción, rodadas con mucha efectividad

LO PEOR

  • La trama social de la película, con una protagonista mal dibujada y una desarrollo confuso

Alfonso Caro

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Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.