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VISITAMOS EL RODAJE DE ÚLTIMAS VOLUNTADES, ÓPERA PRIMA DE JOAQUÍN CARMONA

LLEGADA A MURCIA Y ENTREVISTAS

Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma. Y Murcia puede dar fe de ello. Después de unos días protagonizados por la lluvia intensa que azotó distintas regiones del país, llegamos a Murcia capital sin apenas rastro de ello, tras un viaje de nada más y nada menos que cinco horas. Un grupo de medios de prensa habíamos salido de Madrid invitados a pasar un fin de semana de cine gracias a la visita al rodaje de Últimas voluntades, la ópera prima del director murciano Joaquín Carmona Hidalgo. Y, por si eso fuera poco, también tendríamos el placer de entrevistar a sus protagonistas (Fernando Tejero, Óscar Casas, Nerea Camacho y Carlos Santos) y a algunos miembros claves del equipo, como al propio Carmona, que es, además, productor de la película junto a Daniel E. Moncho y Juan Mª Prieto (Biopic Films), Alejandro Rius (Maskeline, a visual Foundry) y Diego Rodríguez y Ferrán Tomás (La Charito Films).

Nada más llegar al hotel El Churra, situado en pleno centro de la ciudad (mención especial a todo su personal por su amabilidad y gran trato), Joaquín y los actores nos recibieron con sus sonrisas impacientes por charlar con todos nosotros. La ilusión por el proyecto se palpaba en el ambiente, a pesar del cansancio que conlleva estar en la penúltima semana de rodaje, y es que, por fin, estaba dando sus frutos. Había sido un camino largo, empezado hace seis años por parte del guionista Salvador Serrano. En palabras de Carmona: «Viendo un día a una persona indigente, se cuestionó la cantidad de prejuicios que tenemos ante ciertas personas, bueno, hacia todas las personas, en realidad, de las cuales no sabemos nada, y entonces pues le entró la curiosidad de hablar de segundas oportunidades y de marginalidad. Y esta inquietud le hizo escribir el guion y acudir a mí para producirlo».

Últimas voluntades nos traslada a Murcia para mostrarnos la historia de Coque (Fernando Tejero), un tipo de acaba de salir de la cárcel y lo que más desea es recuperar los años perdidos con su hijo (Óscar Casas). Según Tejero: «Es un thriller, pero, en definitiva, yo creo que es una historia de amor, de lo que es capaz de hacer un padre por un hijo o lo que es capaz de hacer una persona por amor a otro ser». Por su parte, Carlos Santos añade que la película bebe mucho de la tragedia griega, del destino, de películas como Atrapado en su pasado, en las que uno quiere huir de su pasado y rehacer su vida, pero se encuentra con dificultades. «La distinción de clases, de segundas oportunidades, de los prejuicios, de la homosexualidad, son temas que están ahí, que deben de tratarse y de estar siempre presentes. Y eso es lo que queremos transmitir, sobre todo, las segundas oportunidades que no todo el mundo tiene y que dan lugar a una serie de prejuicios que todos vivimos», termina aportando Carmona.

Y hablando de dificultades, Carmona recuerda todos los baches por los que tuvieron que pasar en esos seis años y medio, desde la fase de financiación y el rechazo de muchas instituciones, hasta el positivo por covid de un miembro del equipo cuando llevaban solo una jornada de rodaje, lo que supuso que, por el cambio de fechas, hubiera bajas tanto técnicas como artísticas. «Y entre medias, pues un volcán, una guerra en Ucrania… Pero aquí estamos», termina diciendo entre risas. Y, aunque el hecho de grabar en Murcia suponía un reto mayor, el director tenía claro que quería hacerlo en su tierra. «Para reivindicar nuestra región y para reivindicar que en Murcia se puede y se debe de apostar por el cine también. Y porque somos felices viviendo en Murcia y nos resistimos a irnos a otro sitio a tener que hacer nuestro trabajo».

Fue en ese instante de volver a rodar, cuando se unieron al proyecto Óscar Casas, Carlos Santos y Adriana Ozores, en sustitución de Alex Monner, Alberto San Juan y Pepa Aniorte, respectivamente. Por su parte, Fernando y Nerea Camacho son de esos privilegiados que consiguen ser elegidos directamente por el director, habiendo trabajado ambos anteriormente con Carmona en La chispa de la vida, cuando este era auxiliar de dirección. «Que alguien escriba un personaje pensando en ti para cualquiera es un regalo y para mí lo ha sido. Espero que el personaje llegue al corazón del público, que es desde donde yo estoy haciendo esta película«, comenta Tejero. Y, sobre Nerea, Joaquín añade: «La conocí cuando era una niña y me enamoré de ella artísticamente. Nos conocemos bien, trabajamos bien y pensamos en ella desde el principio también».

De la misma manera, los actores se rinden en halagos hacia el director, haciendo hincapié en su ilusión, pasión, emoción y buena escucha. Además, Óscar destaca su nivel de perfección a la hora de tener cada plano dibujado en su cabeza y confiesa haber aprendido mucho de él. «Por ejemplo, el cómo construir a personas como Andrés que no lo han tenido fácil en la vida, que han vivido cosas muy duras, y a la vez darles esa luz, porque una persona puede tener un pasado duro y muchas taras, pero también puede dar luz y ser feliz».

Para los demás también ha supuesto un reto y un regalo a partes iguales interpretar a sus personajes, tan distintos a ellos y a lo que nos tienen acostumbrados. En el caso de Nerea, lo más complicado fue ponerse en la piel de una chica de barrio, un poco choni y con un carácter muy fuerte, pero con el que pretendía «romper un poco esa idea de la chica dulce que siempre se enamora de un chico». Por su parte, Fernando admite que no le gusta que le encasillen en los personajes cómicos que ha hecho, como pueden ser Emilio de Aquí no hay quién viva, o Fermín de La que se avecina. «Sí es cierto que, como he hecho mucha comedia, cuando hago algún drama parece que es el primer drama que he hecho».

A pesar de su juventud, Óscar y Nerea cuentan ya con una larga trayectoria, tanto en el mundo del cine como de la televisión. Casas recuerda con mucho cariño sus inicios. «Desde pequeñito es lo único que a mí me concentraba. Yo siempre he sido muy pesado de pequeño y a mi madre la tenía loca, y cuando íbamos a grabar, al no haber niños en el set, era el único sitio donde me concentraba. Y desde los cinco años he conectado con eso y a día de hoy sigo conectando lo más grande. El 80 por ciento de mi mente y de mis sentimientos están en esta profesión». Por su parte Nerea recuerda al personaje que le cambió su vida, Camino, por el que ganó el Premio Goya en 2008 a Mejor Actriz Revelación. «Yo era muy niña y a lo mejor no era muy consciente de lo que me estaba pasando y de la importancia de ese premio, pero fue una etapa muy bonita».

Y algo curioso de esta película es que nos encontramos ante otros dos actores que han recibido ese mismo premio, Fernando Tejero por Días de fútbol en 2004 y Carlos Santos por El hombre de las mil caras en 2016. Mientras que Tejero recuerda ese momento con mucha ilusión «con esa ilusión del premio revelación, que sabes que solamente te lo pueden dar una vez en la vida», Santos confiesa que se alegró más por su familia y la gente que le quiere. «Los premios son para los demás, para tus amigos de toda la vida, para los que te han acompañado a lo largo de tu camino».

Llegando al final de la entrevista, todo este elenco de personas maravillosas nos adelantaron sus próximos proyectos. Por un lado, el director Joaquín Carmona tiene un segundo largometraje en proceso de guion y una serie de televisión de la que todavía no puede desvelar nada. Óscar Casas también se encuentra en esa fase de no poder decir nada aunque confiesa que son proyectos innovadores y con personas muy especiales. Por su parte, Nerea Camacho va a protagonizar próximamente un microteatro en Las Noches de la Suite junto a Canco Rodríguez que se llama Los profesionales. Y los que más ocupados van a estar son Carlos Santos y Fernando Tejero, que tienen un año repleto de estrenos, entre los que podemos nombrar El Test y La piel en llamas, respectivamente, ambas proyectadas en el Festival de Málaga.

EL RODAJE

Después de pasar un buen rato hablando con Joaquín y los actores y descubriendo más sobre Últimas voluntades, nos esperaba una suculenta cena acompañados por todos ellos. Carmona fue el encargado de ser el guía gastronómico y nos recomendó una serie de platos típicos de la comarca, como pueden ser La marinera, el zarangollo o el pan de Calatrava, a cada cual mejor.

Y llegó el día siguiente y, con él, la última actividad programada, que consistía en la visita al rodaje de una de las escenas de Últimas voluntades y que que tendría lugar en una sala de conciertos. Cuando llegamos, ya nos encontramos al equipo en acción y procurando que todo saliera perfecto, tanto es así que repitieron la escena muchas veces y desde los distintos planos que requería. Desde allí, siendo unos infiltrados más, disfrutamos como nunca de la magia del cine y de la profesionalidad y el talento actores como Fernando Tejero, Óscar Casas y Nerea Camacho. Lo poco que pudimos presenciar demostraba que estábamos ante una gran película. Ahora queda esperar al resultado final, que todavía no tiene fecha de estreno.

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