EN EL CORREDOR DE LA MUERTE: LA HISTORIA DE PABLO IBAR
En el corredor de la muerte: Pablo Ibar fue acusado en 1994 de un triple asesinato. La acusación se basó en una cinta de dudosa calidad, en el testimonio de su propia madre, preocupada de la vida y compañías que tenía su hijo, y en una primera confesión de Pablo que confundió el día por el que le estaban interrogando. Ni ADN ni testigo que lo situase allí aquella noche; ni siquiera el testimonio de su novia (hoy en día, su mujer), con la cual pasó la noche de autos. Pablo Ibar lleva 25 años encarcelado por unos crímenes que no cometió.
Basada en el libro homónimo de Nacho Carretero (En el corredor de la muerte, Espasa), fruto de las conversaciones que empezó, con el propio Ibar, en 2012. En el 2000, Ibar fue condenado a muerte por el triple asesinato, del que se salvó porque el Tribunal Supremo consideró irregular su juicio.
La historia de Pablo Ibar
Los cuatro episodios que conforman la nueva serie de Movistar+ nos ofrecen distintos puntos de vista, como el de Cándido Ibar (Ramón Agirre), el padre de Pablo, o el de su mujer Tanya (Marisé Álvarez), la cual estuve ocho años sin poder siquiera abrazarle. Pero, obviamente, la serie incide en Pablo, en la claustrofóbica y solitaria vida de un hombre al que le han privado de su libertad, pero también de su familia.
La perspectiva de un inocente que lleva 25 años en prisión nos la da Miguel Ángel Silvestre (Sense8), en uno de sus mejores trabajos. Silvestre ha hecho una labor de investigación que se ha basado en el estudio de vídeos de Pablo en Youtube, ya que la posibilidad de verle en persona era nula: a la espera de su nuevo juicio, Pablo no pudo ni ser visitado por su familia. La preparación física del actor se corona con una labor de dicción en la que consigue un acento cubano que hace tan suyo, que somos capaces de olvidarnos de la verdadera nacionalidad del actor. Se hace creíble y nos mete de lleno en la historia.
Bambú Producciones y las historias reales
Bambú Producciones es una vieja conocida en nuestra televisión nacional: grandes series como Gran Hotel o Velvet y novedades como Las chicas del cable o Instinto llevan su sello. Pero en los últimos años han apostado por las historias reales, por la ficción basada en aspectos de la misma sociedad que consume sus productos. El año pasado nos sorprendieron con la aplaudida y premiada Fariña, una adaptación de otro libro de Nacho Carretero, aunque en esta ocasión emitida por su cadena base, Antena 3. Durante este verano, El crimen de Alcàsser volvió a ser noticia por el documental que la productora estrenó en Netflix.
Ahora es el turno de Movistar+, que con estos cuatro episodios no sólo vuelve a poner el caso de Pablo Ibar en los hogares de todos, sino que además nos brinda la oportunidad de conocer a Silvestre en una faceta más seria y madura de su carrera como actor, lejos del galán al que le tenían relegado las producciones españolas. Sin duda, una serie necesaria, respetuosa y clara para conocer la historia de Ibar, la de un hombre inocente que lucha por su libertad en un país que la lleva por bandera.
«No voy a rendirme jamás. Y si muero antes de poder demostrar mi inocencia, espero que alguien pueda seguir mi lucha en mi nombre. Soy inocente».
Pablo Ibar.
Lorena Rodríguez