CRÍTICA: MEDITERRÁNEO
ANTECEDENTES
El barcelonés Marcel Barrena, director, guionista y montador regresa a las pantallas el 1 de octubre con un éxito asegurado: Mediterráneo. Y es que no es ni más ni menos que una de las tres películas preseleccionadas para optar por la estatuilla de oro a Mejor película internacional en los próximos Premios Oscar. Junto a ella están Madres paralelas, del imprescindible Pedro Almodóvar, y El buen patrón, de Fernando León de Aranoa. Pero Mediterráneo no es la excepción de Barrena. Su anterior película, 100 metros, protagonizada por Dani Rovira, fue todo un triunfo en nuestro país, consiguiendo numerables nominaciones en los Goya, los Forqué y los Gaudí.
En esta ocasión, es Eduard Fernández actor que lidera un reparto compuesto también por el mencionado Dani Rovira, el veterano Sergi López y los jóvenes, y ya proyectados actores Anna Castillo y Alex Monner.
LA PELÍCULA
Mediterráneo es una coproducción entre España y Grecia y está basada en la vida real del socorrista y activista español Oscar Camps, fundador de la ONG conocida como Proactiva Open Arms, que año tras año se deja la piel para salvar a miles de refugiados que huyen de su país tratando de encontrar una vida mejor. De esta forma, la narración arranca cuando un Eduard Fernández en el papel de Camps se hace eco de la crisis humanitaria que tiene lugar en el Mediterráneo y decide volar a Grecia para tratar de cumplir la Ley del Mar: no dejar a un náufrago a la deriva. Allí, junto a parte de su equipo, se encontrará no solo con la desesperación y el miedo de los refugiados que llegan exhaustos y sin fuerzas desde Turquía hasta Lesbos, sino también con el desprecio y la poca humanidad tanto de los cuerpos del orden de aquella zona como de la Unión Europea. Aun así, su gran labor hará posible que cientos de vidas sean salvadas.
A toda esta historia que desgraciadamente está tan de actualidad se le suma el gran compromiso por la verdad de Marcel Barrena, que pretende contar la historia tal y como fue, sin ningún tipo de floritura. Tanto es así que quiso rodar en el lugar original de los hechos (Lesbos, Grecia) y contar con los verdaderos protagonistas. Oscar Camps estuvo en todo momento en el rodaje para ayudar con la fidelidad de la historia e incluso muchos de los refugiados que aparecen en el filme son personas que realmente han llegado a vivir una situación similar en sus vidas.
Además, Barrena consigue que el espectador abra los ojos y se golpee con la realidad que no ve todos los días en la televisión, pues, al contrario que los informativos, esta ficción se centra en los rostros de cada una de estas personas y en el sufrimiento que son capaces de soportar para poder llegar a tener simplemente una vida mejor. O directamente una nueva vida. Todo ello se plasma sobre todo en las escenas de rescate a través de un ritmo frenético armado de primeros planos y de una cámara que se sumerge en el agua para transmitir la sensación de ahogo y de impotencia de los personajes. Y también a través de los títulos de crédito, donde se suceden imágenes reales del suceso mientras suena la voz de María José Llergo con la canción “Te espera el mar”.
ELLOS Y ELLAS
Eduard Fernández está inmensurable en su papel de Óscar Camps. De hecho, es increíble el gran parecido físico que comparten ambos. Pero lo que realmente consigue plasmar a la perfección el actor con este trabajo es la personalidad de Camps. Él no es un héroe perfecto, como se puede observar en la película, sino que es serio, irónico y en ocasiones agresivo y huraño con las personas de su alrededor; pero al mismo tiempo, su oficio de salvar y proteger a la gente del mar está por encima de todo. Y es ahí donde se ve su humanidad. Todo esto también se refleja en la relación que comparte con su hija, interpretada por Anna Castillo. La joven actriz demuestra una vez más que ha llegado para quedarse y quién sabe si para ganar algún que otro Goya más, tras su papel debut en El Olivo. Dani Rovira, que interpreta al socorrista Gerard Canals, vuelve a sumergirse, tras 100 metros, en una historia cargada de dramatismo y superación que le hace distanciarse de su reconocida tez cómica. Por su parte, Sergi López y Alex Monner tienen unos personajes más pequeños, pero sin los cuales la historia no hubiera avanzado y consiguen en ciertos momentos aportar la comicidad justa y necesaria.
Por último, y no por ello menos importante, es de recibo destacar el trabajo de los cientos de figurantes que se pusieron en la piel de los refugiados y que consiguen transmitir todo el dolor y el sufrimiento que supone dejar toda tu vida atrás para poder sobrevivir.
LA SORPRESA
Podría decirse que el momento más sorpresivo de esta película tiene lugar cerca del final, cuando tras un rescate, toda la población de la isla de Lesbos incluidas las autoridades, se vuelcan con los refugiados. Sin embargo, meses atrás, les dejaban morir en el mar. Aun así y frente a las cámaras, parece que la labor de nuestros protagonistas hubiera sido insignificante.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
Se podrían destacar todas las escenas que tienen que ver con los rescates, incluida aquella en la que Open Arms se encuentra frente a un centenar de chalecos salvavidas en alta mar y cuya imagen refleja la impotencia de encontrarse en esa inmensidad de mar. Pero destacamos una escena que nos supone el mayor momento de felicidad pese a que la situación no acompañaba: el reencuentro entre una mujer siria y su hija después de varios días buscándola sin mucha esperanza.
TE GUSTARÁ SI…
Buscas una historia con la que emocionarte, con la que pretendas sacar una reflexión y por qué no, quizás ser una mejor versión de ti mismo.
LO MEJOR
- Eduard Fernández en su papel de Oscar Camps.
- La fidelidad con la que se narran los hechos.
- Las enseñanzas que transmite al espectador.
LO PEOR
- Hay ciertas imágenes que pueden ser muy duras para el espectador.
Lucía Ruiz