DESDE RUSIA CON ACENTO INGLÉS
¡Madre Rusia, defenestrada por unos y adorada por otros! ¡País de las matrioshkas, el vodka y los gulags! ¡Hogar de Tolstói, Dostoyevski, el Cascanueces y Donald Trump Vladimir Putin! ¡Aupada como la esperanza del comunismo y tachada de enemigo número uno del sistema capitalista! Países anglosajones como Estados Unidos o Inglaterra se las han visto y deseado con Rusia a lo largo de la historia, casi siempre con conflictos bélicos de por medio. Y, sin embargo, parece que eso no ha sido suficiente para reducir la fascinación por un país con una historia fascinante a sus espaldas.
El estreno el próximo 20 de julio de Siberia, la película de Matthew Ross con Keanu Reeves a la cabeza, nos ha llevado a plantearnos la cantidad de veces que las industrias cinematográficas norteamericanas y británicas han ambientado sus historias en Rusia, desde monumentales adaptaciones literarias hasta apasionantes thrillers con la Guerra Fría como telón de fondo. A continuación os ofrecemos diez ejemplos en los que Moscú cambio «privet» por un «hello».
GUERRA Y PAZ (King Vidor, 1956)
El legendario King Vidor, responsable de títulos clásicos como Duelo al sol y, curiosamente, director no acreditado de las escenas situadas en Kansas de El mago de Oz, fue uno de los primeros autores estadounidenses en atreverse a adaptar la mastodóntica novela de Tolstói. Guerra y paz contó con un reparto de all-stars formado por Audrey Hepburn, Henry Fonda, Vittorio Gassman y Anita Ekberg para acercarnos la épica, el romance y la disección de la aristocracia de una de las cumbres de la literatura rusa.
LOS HERMANOS KARAMAZOV (Richard Brooks, 1958)
Richard Brooks se labró gran parte de su carrera y reputación a base de adaptaciones literarias sin que le temblase el pulso a la hora de trasladar a la pantalla las palabras de algunos de los escritores más reconocidos, desde el A sangre fría, de Truman Capote, a clásicos de Tennessee Williams como Dulce pájaro de juventud o La gata sobre el tejado de zinc. Precisamente en el mismo año en el que rodó esta última llevó a cabo otra osada adaptación de un clásico de la literatura rusa: Los hermanos Karamazov, de Dostoyevski. La protagoniza Yul Brynner, que un año después se atrevió con otro pilar de la literatura, esta vez estadounidense, El ruido y la furia (la novela de Faulkner adaptada por Martin Ritt).
DOCTOR ZHIVAGO (David Lean, 1965)
Si bien Tolstói y Dostoyevski son los mayores exponentes de la literatura rusa, el mayor éxito cinematográfico lo consiguió David Lean adaptando a otro autor ruso, uno que, a diferencia de los otros dos, sí ganó el Nobel de literatura: Borís Pasternak. La obra, claro, era Doctor Zhivago. Sus casi 200 (gloriosos) minutos nos transportan a la Revolución bolchevique y nos envuelven en una historia de pasión y supervivencia encabezada por Omar Sharif, Julie Christie, Geraldine Chaplin y Alec Guinness. El barrio de Canillas, de Madrid, se convirtió en las calles de Moscú, y los campos de Soria en las estepas rusas.
LA ÚLTIMA NOCHE DE BORIS GRUSHENKO (Woody Allen, 1975)
La obsesión de Woody Allen por la cultura rusa ha quedado reflejada en numerosas obras (Match Point, por ejemplo, inspirada en el «Crimen y castigo» de Dostoyevski), pero quizás la que mayor refleja ese apego/neurosis sea La última noche de Boris Grushenko, la película que rodó inmediatamente antes que Annie Hall. En tono satírico, Allen nos traslada a un pueblito ruso del siglo XIX en el que el enclenque Boris vive obsesionado (cómo no) con la muerte y el incesto. Una comedia insolente y divertidísima que los fans del director neoyorkino no se cansan de reivindicar.
GORKY PARK (Michael Apted, 1983)
A esta lista empieza a faltarle un buen thriller ambientado en la Guerra Fría, pero no empecemos a sudar todavía porque aquí está Gorky Park, del británico Michael Apted (que posteriormente dirigiría películas tan comerciales como El mundo nunca es suficiente y Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba). La historia se centra en la investigación de unos asesinatos acaecidos en el parque que da título a la película, situado en pleno centro de Moscú. William Hurt y Lee Marvin encabezan el reparto de esta historia de intrigas soviéticas que quizás mereció una mejor apreciación por parte de crítica y público.
ONEGIN (Martha Fiennes, 1998)
Martha Fiennes eligió a su hermano, Ralph Fiennes, para dar vida a Eugene Onegin en este melodrama británico ambientado en San Petersburgo acerca de un joven heredero atrapado en una historia de amor llena de infortunios. Le acompañan en el reparto unas jovencísimas Lena Headey (25 años) y Liv Tyler (21 años). La primera, por cierto, estrenó ese mismo año la película española Lluvia en los zapatos, de María Ripoll, con Penélope Cruz y Gustavo Salmerón en el reparto. Onegin tuvo una excelente recepción y obtuvo una nominación al Bafta como mejor filme británico. «Onegin», por cierto, significa «buen provecho» en euskera. Ahí queda eso.
ENEMIGO A LAS PUERTAS (Jean-Jacques Annaud, 2001)
El cineasta Jean-Jacques Annaud, tras triunfar en su Francia natal con El oso y El amante, inició una aventura internacional que le llevó a dirigir obras como Siete años en el Tíbet y la que ahora nos ocupa: Enemigo a las puertas. En un estilo cercano al wéstern, Annaud nos relata el duelo entre dos francotiradores (Jude Law y Joseph Fiennes) en plena batalla de Stalingrado. Fue la película europea más cara en su estreno y fue ampliamente aclamada por sus escenas bélicas, deudoras del Salvar al soldado Ryan que Steven Spielberg había rodado tres años antes.
TRANSSIBERIAN (Brad Anderson, 2008)
Británica con tintes españoles, Transsiberian relata la historia de dos turistas (Woody Harrelson y Emily Mortimer) que viajan a bordo del Transiberiano, el mítico ferrocarril ruso, y que pronto se ven envueltos en una trama criminal por culpa de un Eduardo Noriega dispuesto a arruinarle el viaje a la feliz pareja. La música de Alfonso de Vilallonga y la fotografía de Xavi Giménez completan la participación española en esta película que obtuvo dos nominaciones a los Premios Gaudí.
LA ÚLTIMA ESTACIÓN (Michael Hoffman, 2009)
Y volvemos a Tolstói, cuya biografía nos cuenta el británico Michael Hoffman en la excelente La última estación. Christopher Plummer da vida al célebre escritor que luchó por conciliar la fama con sus rígidos principios de austeridad, pero es Helen Mirren, en una de las más brillantes interpretaciones de su carrera, la que deslumbra por encima de todo lo demás. Ambos, Plummer y Mirren, obtuvieron merecidas nominaciones a los Oscar, aunque ninguno de los dos logró alzarse con la estatuilla. James McAvoy da vida a Bulgakov, discípulo aventajado del gran novelista ruso.
ANNA KARENINA (Joe Wright, 2013)
Existen múltiples versiones de la novela de (otra vez) Tolstói, pero merece la pena reivindicar la preciosista puesta de escena de Joe Wright en su adaptación de 2013. El director de Expiación y El instante más oscuro ofrece un auténtico recital de estilo en esta película que obtuvo el Oscar al Mejor vestuario, pero perdió incomprensiblemente el de Mejor diseño de producción contra el Lincoln de Spielberg. Keira Knightley, Aaron Taylor-Johnson, Jude Law, Domhnall Gleeson, Emily Watson y Alicia Vikander son solo algunos de los nombres propios dentro de un reparto lleno de estrellas. Una película fantástica y apasionada, dirigida con un sentido estético impecable.
Ya solo queda comprobar si Siberia será un título digno de incluir en esta lista y seguir confiando en que el cine nos acerque la gelidez de la estepa rusa a nuestras salas. Hasta entonces, do svidaniya.
Alex Merino Aspiazu