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Veneciafrenia
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VENECIAFRENIA

ANTECEDENTES

Lo nuevo de Álex de la Iglesia tuvo su premiere en la pasada edición del Festival de Sitges, y de forma similar a como ocurrió con La abuela de Paco Plaza (presentada en San Sebastián), su llegada a carteleras se ha hecho de rogar. Los proyectos de de la Iglesia siempre se aguardan con expectación, pero además Veneciafrenia viene a inaugurar  The Fear Collection, un nuevo sello para la producción de películas de terror que nos traen Sony y Pokeepsie Films, productora de Álex de la Iglesia y Carolina Bang, en asociación con Amazon Prime Video, donde eventualmente pasarán a estar estas cintas que tienen previsión de estrenarse a razón de dos por año. El segundo título de la colección será Venus de Jaume Balagueró.

LA PELICULA

Rodada en la ciudad de los canales en tiempos de pandemia con las dificultades que todo ello conlleva, Veneciafrenia nos invita a viajar al paraíso y al mismo tiempo nos quita las ganas de hacerlo. Se ha hablado de ella en términos de slasher o incluso giallo (atención a los créditos iniciales que son simplemente espectaculares, como suele ser marca de la casa), y quizás no deba catalogarse como ninguna de las dos cosas, aunque está plagada de ecos a otros productos de terror. Hostel es una de las referencias que más rápido acudirá a nuestra mente al vernos metidos de lleno entre jóvenes turistas desde los primeros compases de la cinta. Un grupo de cinco, tres chicas y dos chicos, dispuestos a pasar unos días de desenfreno en Venecia porque una de ellas se casa dentro de poco, e ir a Las Vegas salía bastante más caro.

Ninguno de los personajes nos despertará un apego o simpatía especial sino por momentos todo lo contrario, y al mismo tiempo están expresamente diseñados para ser el reflejo de un espejo en el que no nos gusta mirarnos. Veneciafrenia va directamente al meollo: la masificación turística es el verdadero hundimiento de Venecia, y hay quienes quieren ponerle remedio. A los protagonistas les basta con poner un pie en la laguna para saber a golpe de manifestaciones anti-cruceros, que no son bienvenidos. Álex de la Iglesia y su habitual guionista Jorge Gerricaechevarría saben cómo retratar un contexto de lo más palpable por lo real: el borreguismo de grabarlo todo en tiempo real aunque mientras tanto nos estemos perdiendo lo que verdaderamente está pasando en nuestras narices, lo vendidos que nos quedamos simplemente con que nos falten el pasaporte o el móvil, o la fama de escandalosos que tenemos los españoles que se nos nota allá donde vamos. En la otra cara de la moneda, las miradas cargadas de recelo de los venecianos enfatizan el mensaje anti-turista, y la hostilidad que se hace sentir durante todo el metraje.

Veneciafrenia

Escoger Venecia como escenario de pesadilla es la mayor baza de la película (junto con la banda sonora de Roque Baños); un lugar idílico con cierto pasado tétrico, y en el que por supuesto, las máscaras no podrían dar mejor juego. Porque si el asesino va disfrazado de bufón, es otro nivel. En este tipo de ideas es donde se deja ver la esencia de Álex de la Iglesia, que por lo demás no está tan presente como en otros de sus trabajos. El característico humor negro del director se ha quedado fuera, y tampoco es un festival de excesos, aunque los que hay (las muertes no tienen ni un pero), merecen bastante la pena. Lo que no falta es un final lejos de ser satisfactorio, algo que se le suele achacar a su cine. Quizás esta sea la pega más evidente que se le puede poner a la propuesta, pues en cierto modo deja la sensación de no haber sabido cómo resolver del todo la que a fin de cuentas, es la trama que articula el misterio.

A pesar de ello, Veneciafrenia es una película que sabe aprovechar su incuestionable atractivo visual y temático, y aunque termina siendo más rutinaria de lo que habríamos esperado y nos gustaría, hace gala de su título dándonos poca tregua y una buena dosis de entretenimiento.

ELLOS Y ELLAS

Los slashers no se suelen caracterizar por la construcción de personajes, pues al fin y al cabo el espectador asume que tienen una duración limitada en pantalla. En Veneciafrenia, Ingrid García-Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Nicolás Illoro y Alberto Bang funcionan de forma bastante natural como grupo, aunque más allá de eso no hay ninguna interpretación especialmente memorable.

Quién sí atrae toda la atención es Cosimo Fusco (que ya trabajó con Álex en 30 monedas), que impone y aterroriza por partida doble. Si a eso le añadimos que lo hace enmascarado en la mayoría de ocasiones, el logro es aún más meritorio.

LA SORPRESA  

Como hemos mencionado previamente, Veneciafrenia no tiene tan marcado el sello de Álex de la Iglesia, algo que hará la película más accesible a quienes no les guste demasiado el estilo del director, pero que dejará a los fans con ganas de algo una pizca más aberrante, delirante y excesivo.

Veneciafrenia Silvia Alonso Cosimo Fusco

LA SECUENCIA / EL MOMENTO

La de la fiesta es una secuencia muy bien rodada y conseguida, aunque como íbamos buscando lo grotesco nos quedamos con una secuencia que tiene lugar en un antiguo teatro que ha comenzado a ser devorado por las aguas.

TE GUSTARÁ SI…

Si lo que buscas es entretenimiento, una película de miedo que no de mucho miedo, y no eres demasiado aprensivo.

LO MEJOR

  • Venecia tiene un potencial enorme como escenario para una historia de desapariciones y brutales asesinatos.
  • La excelente partitura de Roque Baños sostiene la tensión durante la escasa hora y media de duración.
  • Las muertes y el componente malrollero que aportan con sus disfraces quienes están detrás de todo.

LO PEOR

  • Un final anticlimático que resta a la trama central de la película y a su faceta más crítica.
  • La intervención del personaje de Nico Romero a última hora, prescindible.

 

Aitziber Polo

 

1 COMENTARIO

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Criminóloga con sueños de directora. Pisé el cine por primera vez a los dos años. Con siete vi cómo un cocodrilo gigante se zampaba una vaca entera de un bocado en Mandíbulas, y empecé a leer a Stephen King (y así me he quedado). Mi película perfecta tendría guión de los Coen, banda sonora de Zimmer + Horner y plotwist made in Shyamalan.