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S2 de The Promised Neverland destacada - El Palomitrón
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THE PROMISED NEVERLAND S2: CAMBIOS EN POS DE LA LIBERTAD

Ganarse el beneplácito del público nipón y mantener el éxito en el tiempo en una revista de la envergadura de la Weekly Shōnen Jump es, actualmente, una labor digna de admiración y elogio. Muchas son las obras que lo intentan y pocas las que lo consiguen. Para formar parte de este selecto grupo no basta sólo con gustar, es necesario seducir a un público de masas. Y esto lleva consigo una dificultad mayúscula.

La obra que nos atañe comenzó su publicación en la mencionada revista en agosto de 2016. La conjunción del guion de Kaiu Shirai y el arte de Posuka Demizu tuvo un debut soñado gracias a un primer episodio que causó furor entre el público y que, a día de hoy, con sus 20 volúmenes publicados en Japón y cerrada su publicación, suma más de 26 millones de copias en circulación según apuntaban los últimos datos del pasado mes de diciembre. Una cifra realmente buena que se ha visto, en varias ocasiones, respaldada gracias a la magnífica adaptación animada que tuvo el pasado 2019. Una adaptación a manos de CloverWorks (Horimiya, Wonder Egg Priority) que nos dejaba con una primera toma de contacto realmente sorprendente y que, sin duda, se encontraba a la altura del título homónimo. Pero sus doce primeros episodios tan solo cerraban el que se podría considerar el primer arco de la historia de Neverland, capítulos que se ampliarán esta temporada con la segunda iteración de The Promised Neverland que, de nuevo, vuelve a contar con el mismo staff y, sobre todo, el mismo cariño ante una obra que ha supuesto un antes y un después en la Jump a lo largo de su serialización.

S2 de The Promised Neverland nueva libertad bosque - El Palomitrón

No queremos ser comidos

Hace unos años conocíamos por primera vez una de las obras que no solo ha obtenido el beneplácito del público y la crítica extranjera, sino que también ha conseguido, por méritos propios, apropiarse de estos títulos en nuestro país. Una obra que, gracias a la conjunción Shirai/Posuka se podría tachar como perfecta gracias a la trama que presenta y cómo se ejecuta ésta tomo tras tomo, capítulo tras capítulo. Ya lo hemos mencionado en ocasiones pretéritas pero, de nuevo, podemos emplear estas palabras para definir esta nueva temporada donde dejamos atrás sentimientos como la opresión, el miedo y la angustia; y donde, por fin, se empiezan a vislumbrar los primeros síntomas de libertad.

Tras los eventos mostrados en la primera iteración de The Promised Neverland, los huérfanos del Grace Field House tienen ante ellos la posibilidad real de dejar atrás su pasado y comenzar, de una vez por todas, su vida. Un nuevo comienzo que deja atrás un pasado nada esperanzador en el que, a través de un sistema todavía por revelar, pasaban a ser el ganado para unos demonios que habitan en el exterior de su orfanato. Unos seres que, a priori, parecen controlar las vidas humanas de aquellos que residen en las granjas y tienen la potestad de actuar frente a sus convicciones. Un futuro que no asolaba más de 12 años cambia por completo gracias al plan ejecutado por el trío protagonista; tanto ellos como la mayoría de los huérfanos del Grace Field House —dejando a los menores de cuatro años—, consiguen huir de este dejando atrás una llamarada vivaz en su interior y a una Isabella afligida y derrotada. Un éxodo definido, ante todo, por la planificación, la estrategia y el intelecto más perspicaz. Elementos que, desde el minuto uno, caracterizaban la obra y siguen estando presentes para recordarnos su tono y puesta en escena.

S2 de The Promised Neverland Isabella GFH - El Palomitrón

Una vez consiguen dejar de lado el Grace Field House, los niños no dejan de encontrarse un problema tras otro. Dejando de lado los obstáculos ante los que se enfrentan en el pasado, llegan a la peor tesitura de todas: la separación de bandos. Una separación que deja a Ray solo por completo para intentar salvar así las vidas de sus hermanos. Los demonios no han tardado en saber dónde se encuentran por lo que era cuestión de tiempo que fueran a por ellos. Ray logra trazar un plan que sirve como distracción frente a estos, pero la debilidad se hace presente tanto en él como en Emma y la obra se tiñe, de nuevo, por un azabache que apenas deja atisbar la luz. Parece que todo ha llegado a su fin; Emma no puede seguir adelante con sus hermanos y Ray, por otro lado, está acorralado por un grupo de demonios que amenazan con su propia vida. ¿Cómo lograrán salir de esta situación? 

Rescate

Dicen que, incluso en la oscuridad más tenebrosa de todas, siempre se exhala una pizca de luz. Una señal de vida. Y en estos momentos esa señal aparece a través de dos nuevos personajes; dos seres que ayudan a Emma y Ray liberándolos de las garras de los demonios y, por ende, dándoles otra oportunidad ante la vida.

S2 de The Promised Neverland Mujica - El Palomitrón

Ambas apariciones son sospechosas cuanto menos. No solo se ocultan tras una capucha que no deja ver claramente su rostro, sino que además todo apunta a que saben guiarse por ese bosque; un lugar en el que, aparentemente, tan sólo viven los demonios. ¿Quiénes son esas personas? ¿Son realmente personas? La obra no tarda en desvelarnos este secreto, uno que hasta el momento no podríamos imaginar pero por descontado la sorpresa en The Promised Neverland es un factor que no debemos olvidar. Es cierto que no es fácil encajar el nuevo plano de la obra pero cualquier aspecto es posible en ella, ¿por qué no presentarnos a dos demonios, aparentemente, buenos? Sí, habéis leído bien. Hablamos de demonios «buenos». Emma, Ray y compañía han podido huir de los demonios que ansiaban sus cabezas gracias a otros demonios. Unos llamados Son-Yu y Muyika y que, a pesar de su grotesca presencia, ofrecen cobijo y ayuda a los niños.

Todo parece lo que no es, pero en el mundo de los demonios también hay hueco para el bien. Es cierto que, en un primer momento, Emma y Ray sospechan de ellos y de sus intenciones; pero gracias a una serie de declaraciones y tras ver cómo han tratado a todos sus hermanos, poco tiempo tardan en aceptarlos y darles una oportunidad. Resulta un tanto extraño, pero tanto Son-Yu como Muyika son demonios que huyen de las tradiciones; de lo convencional. Debido a su forma de ser y de entender el mundo, ambos decidieron hace mucho tiempo no comer personas. Algo que, aparentemente, les aleja de los seres que tratan a los niños como pura mercancía y alimento. Los seres que habitan el exterior del bosque y no dejan de buscar ese bien tan preciado que acaban de perder.

Gracias a Son-Yu y Muyika, los niños del Grace Field House tienen un lugar donde descansar y trazar un nuevo plan. Uno centrado en ir a las coordenadas donde, supuestamente, les espera William Minerva. O, al menos, la siguiente pista para llegar hasta él. Los demonios deciden ayudarlos; no sólo les guiarán hasta las coordenadas, sino que a lo largo del camino les enseñarán cómo defenderse y sobrevivir en este mundo copado de maldad y seres malditos. En tan sólo unos días los niños progresan de manera exponencial, mejorando así sus habilidades frente a la caza y la supervivencia. En un primer momento llega a ser complicado encajar la facilidad de éstos frente a una situación tan peliaguda, pero a su vez la obra demuestra cómo los niños son capaces de adaptarse a las circunstancias; unas que dejan entrever su libertad y su lucha por dejar de lado un sistema condenado a la muerte. De nuevo, todos ellos nos sorprenden con sus habilidades pero será a través de Emma cómo The Promised Neverland nos repite, en voz alta y en mayúsculas, que todos ellos harán lo que sea por lograr esa ansiada libertad.

S2 de The Promised Neverland Son-Yu y Muyika 1 - El Palomitrón

Los dos mundos

Poco a poco, a través de los túneles subterráneos del bosque, van llegando a su destino. Un camino que les está fortaleciendo a todos y que, además, les está mostrando la realidad del mundo en el que se encuentran. Una realidad que, gracias a Son-Yu y Muyika, no tardarán en conocer. Aprovechando una de las veladas, la pareja de demonios aprovechan para contarles la auténtica verdad del mundo; una que escapa de las mentes de Ray y Emma, una que logra romper ese muro que parecía invisible en un primer momento. Es cierto que este relato define el inicio de esta nueva temporada, una caracterizada por el descubrimiento y la verdad, pero también postula a la obra frente a multitud de historias. En cierto modo el mundo que define a The Promised Neverland se asemeja un poco al construido por Hajime Isayama en Shingeki no Kyojin, pero a su vez logra distanciarse del mismo para instaurar nuevos paradigmas y nuevas reglas sobre el tablero. Prefiero dejar este punto para descubrimiento personal ya que merece ser visto e interiorizado por cada espectador, pero personalmente creo que estamos frente a uno de los puntos que marcan un nuevo horizonte en la obra y, a través del cual, los niños deberán decidir cómo actuar. Por el momento no sabemos si lograrán romper, o no, el tratado impuesto entre humanos y demonios; pero lo que está claro es que una nueva guerra está a punto de comenzar.

Nadie es totalmente inocente, y por descontado Son-Yu y Muyika tampoco lo son. Ha llegado el momento de las despedidas, el momento de emprender un nuevo camino en solitario. Un camino que deja atrás dos personajes llenos de sospechas y que, por el momento, no sabemos si volverán a estar con nosotros. Dos demonios que han establecido un nuevo punto de inflexión y que cada uno se ha postulado frente su propio ser; Son-Yu busca romper aquello que se erigió años atrás, mientras que Muyika ansía que los niños logren su objetivo y, de una vez por todas, exista una libertad paralela a todas las razas existentes. Es cierto que entre todos ellos se ha creado un pequeño lazo de confianza, aunque, como dicta la obra en todo momento, esa confianza apenas vale nada en un mundo donde la principal moneda de cambio es la propia vida. Veremos qué les depara a Son-Yu y Muyika, pero por ahora debemos quedarnos con su ayuda prestada y la verdad contada.

S2 de The Promised Neverland Emma - El Palomitrón

Ray, Emma y compañía vuelven a estar solos de nuevo. Ha llegado el momento de enfrentarse a la auténtica realidad; una que aparenta estar vacía y sin sentido. Tras vagar horas y horas sin rumbo casi sumidos en la desesperación, Ray consigue dar con la pista final que les llevará al lugar establecido como meta: B06-32. Parecía un sueño, pero en esa llanura desierta estaba la puerta que les llevaría al siguiente paso. Una puerta en el propio suelo que, una vez superada, les mostraría un lugar totalmente nuevo para todos ellos. Un pequeño refugio. ¿Dónde están exactamente? ¿Les espera en alguna de esas habitaciones William Minerva?

Poco a poco todos ellos se introducen en esta especie de cobijo y son pocos los pasos los que necesitan para llegar a una extraña habitación repleta de pantallas. Una habitación en la que se encuentra una persona, aparentemente, de carne y hueso. ¿Quién es? ¿Será William Minerva? De nuevo, y como ocurre en cada tomo, el cliffhanger vuelve a ser el verdadero protagonista; uno que en esta ocasión Shirai y Posuka se encargan de ponerle cara pero no nombre. ¿Ante qué nueva realidad nos encontramos?

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Marisol Navarro

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Publicista aficionada de las películas, las series y el cómic en general. No tengo un género preferido, pero todo lo gore me apasiona. Adoro viajar, y si algún día consigo ir a Japón, sin duda para el trayecto tendré preparada toda la obra de Sui Ishida.