BIBLIOTECA: QUEEN EMERALDAS
En su afán editorial por rescatar y ampliar el catálogo de autores y autoras que figuran en el panteón de leyendas del cómic nipón, Satori Ediciones comienza un nuevo año con la publicación de una de las obras de Leiji Matsumoto: Queen Emeraldas. Inédita hasta el momento en nuestro mercado, Queen Emeraldas está concebida en el mismo universo que títulos como Capitán Harlock, Space Battleship Yamato o Galaxy Express 999, todos ellos integrados bajo lo que se conoce como Leijiverso; un universo común donde los diferentes mundos y personajes que los habitan interactúan y entremezclan entre sí. Leiji Matsumoto es un autor que, a lo largo de su trayectoria, ha logrado la consolidación de un universo de ciencia ficción con unos rasgos y una personalidad inherentes que le ha granjeado una serie de distinciones y posición dentro de la industria. Nacido en los albores de la Segunda Guerra Mundial y criado en el Japón de la posguerra, Leiji Matsumoto traslada la temática bélica a una gran parte de su trabajo, pero ubicada en contextos futuristas donde la humanidad ha expandido sus raíces por el vasto universo.
La labor de Matsumoto supuso toda una revolución para el manga y el anime, siendo también uno de los principales padrinos de la space opera —subgénero de la ciencia ficción— en Japón. Bajo un imaginario y un código visual únicos, Matsumoto publicó Queen Emeraldas entre Capitán Harlock y Galaxy Express 999 —cronológicamente hablando—, e hizo que una de las leyendas del Leijiverso, Emeraldas, copara gran parte del protagonismo en un relato que aúna aventuras espaciales y trazas de existencialismo. ¿Qué lleva al ser humano a surcar el indómito, imponente y primigenio mar de estrellas?
Ha jurado vivir y morir en libertad. Su hogar son las estrellas, no hay cadenas que la retengan a ningún sitio y tampoco lazos que la unan a nadie. Es la dueña de su propio sino, de su propia nación. A bordo de su solemne nave, el Queen Emeraldas, surca el salvaje espacio sobreponiéndose a los numerosos peligros que allí aguardan. Bruja, pirata, caza-recompensas, libertadora… Múltiples etiquetas para alguien que se arropa en el hermetismo y la leyenda; nadie sabe qué busca, por qué lucha ni cuál es su propósito. Solo hay una única certeza: Emeraldas seguirá vagando incansable entre las estrellas hasta que la llama de su vida se apague y su estandarte de la calavera blanca sobre rojo sangre se desintegre en billones de átomos.
Leiji Matsumoto trabaja la leyenda en torno a su protagonista —que bien podría ser la contraparte de Harlock— desde las primeras páginas de Queen Emeraldas, ofreciendo en numerosas ocasiones un diseño de página muy enfocado en destacar el peso de monólogos internos que esclarecen, poco a poco, la personalidad, trasfondo y objetivos de la pirata espacial. Como si de una leyenda del western se tratase, Emeraldas es venerada y temida a partes iguales. Se dice que nadie que la haya visto en persona ha vivido para contarlo, pero dicha afirmación no podría ser más errónea. Hiroshi Umino, un huérfano que huye de la Tierra a bordo de un improvisado navío espacial confeccionado por él mismo, es la prueba de ello. Como si de un encuentro predestinado se tratase, Emeraldas conoce al muchacho y ve en su mirada algo que ella misma conoce muy bien: la osadía de aquel que persigue un sueño sin remordimiento ni vacilación. A partir de ese encuentro, Emeraldas se convierte en una especie de valedora o guía del joven Umino, interfiriendo cuando es necesario, pero sin llegar a ser un agente de cambio total en el destino del muchacho.
Así pues, Queen Emeraldas se alza como un relato donde el protagonismo está diseminado entre estas dos figuras. Matsumoto moldea la narrativa de su obra alternando entre la pureza e inexperiencia que bañan los pasajes de Umino y la veteranía y aires de fábula que impregnan los de Emeraldas. La construcción del personaje de Emeraldas está cimentada, mayormente, sobre un concepto: el de la libertad; libertad para elegir y soñar, libertad para ser. Es toda una declaración de intenciones que, a finales de la década de los 70, y en Japón, Matsumoto esgrimiera a través de un personaje femenino desvinculado de los tropos de la época un mensaje como éste y con la fuerza narrativa con la que lo hace. Porque Emeraldas es más que una persona, es un símbolo. Una figura independiente y tenaz, tan capaz de vagar sin rumbo por el espacio sin la ayuda de nadie como de servir de inspiración a los pobres diablos que viven en la superficie de los diversos planetas por los que pasa.
Como decía, Matsumoto alterna entre dos puntos de vista muy diferentes entre sí, imprimiendo un ritmo que quizá llega a sentirse algo apresurado en ocasiones y bajo un esquema moderadamente reiterativo. Y es que a pesar de apreciarse como una historia interconectada y cohesionada, el autor lleva a cabo la misma fórmula una y otra vez para unir los puntos entre sí. Factor que, por otra parte, no es excesivamente preocupante al tratarse de una obra de corto recorrido. Al margen de la libertad, Leiji Matsumoto teje en Queen Emeraldas —y en otras obras de su bibliografía— un monográfico de corte existencialista donde también hay espacio para hablar de la persecución de los sueños, de llevar las riendas del destino propio o de aquello que llamamos hogar. Queen Emeraldas es una oda a la vida y a la persecución de los sueños, un relato que insta a actuar y no tanto a pensar hasta el hastío, con un tratamiento del concepto del esfuerzo que se aleja de las falacias propias del discurso liberal del mismo.
Precisamente, Leiji Matsumoto no se priva a la hora de trasladar ciertas características inherentes a la personalidad del ser humano a este escenario futurista. La colonización espacial y los avances tecnológicos no han suprimido el gen egoísta, ambicioso e intolerante del ser humano, que contamina un enorme escenario sideral que tiene mucho de western, de ese sálvese quien pueda donde impera la ley del más fuerte. El creador de Capitán Harlock despliega esta respectiva crítica a través de ciertos personajes abonados al maniqueísmo, a la codicia y con capacidad de control. Casos como el de una colonia que vive en abundancia y no acepta a aquellos ajenos a su núcleo, o la ciudad que segrega a su población por aspectos tales como la belleza, siendo aquellos menos agraciados físicamente esclavos sin futuro alguno. Matsumoto plasma todas las temáticas planteadas a través de un arte sumamente característico que destaca por lo elegante y estilizado de las figuras femeninas, el característico diseño de los personajes y de todo el imaginario tecnológico-futurista que plantea; una visión artística atemporal, pues el diseño de muchas de las urbes y naves que aparecen en la obra podrían ser igualmente válidos a día de hoy.
A través de una composición de página muy característica, Matsumoto demuestra su querencia por el uso de paneles horizontes y splash page con los que poder expresar el sentimiento de soledad y melancolía que impregna la narrativa de Queen Emeraldas. Enormes y solitarias urbes, colosales y detallados navíos espaciales donde los tripulantes son poco más que pequeñas motas de polvo o el imponente vacío intrínseco al océano de estrellas. Leiji Matsumoto se aleja en esta ocasión de la épica espacial y la aventura clásica para trazar un relato de corte más íntimo y humanista, ofreciendo una carta de amor a la libertad y a la lucha por alcanzar los sueños que encuentra en las palabras lanzadas por una mujer al manto de estrellas el combustible de su gran maquinaria.
Cómo es la edición de Queen Emeraldas
Poca gente pondrá en duda que 2020 ha sido un año para olvidar. Pero a pesar de todos los problemas que hubo, hay, y seguirán habiendo, Satori Ediciones ha logrado llegar a un nuevo curso con los deberes más que hechos. Tras comenzar su línea manga hace escasos años, 2020 le ha servido a la editorial asturiana como año para, poco a poco, consolidar una apuesta editorial tan sobresaliente en calidad como firme en sus intenciones.
Tras la publicación de títulos de emblemáticos autores como Kazuo Umezz (El chico de los ojos de gato, La casa de los insectos), Daijiro Morohoshi (BOX) o Yoshihiro Tatsumi (Tatsumi), le ha llegado el turno a Leiji Matsumoto y a una de las tantas obras que componen el «Leijiverso»: Queen Emeraldas. Recogida en un total de dos extensos volúmenes, Queen Emeraldas es una aventura de acción y ciencia-ficción donde una mujer solitaria recorre el espacio en pos de un sueño: ser la dueña de su propio destino.
Dos tomos que se han puesto a la venta entre enero y febrero de 2021 por un precio de 21,00€ cada uno y que ya podemos hacernos con ambos a través de la página web de la editorial y librerías especializadas. Una obra imprescindible que sale al mercado bajo una edición de lujo que imita lo logrado con El chico de los ojos de gato. Pues tanto un tomo como otro, están compuestos por un total de 416 páginas en blanco y negro; más de 400 páginas bajo un formato A5 rústica con sobrecubierta (tapa blanda) y acabado en mate. Como decíamos, la calidad de los materiales que conforman estos tomos es indiscutible, en la línea de otras obras de la editorial. Aunque en esta ocasión hay que destacar la labor encomiable de traslación de material y cómo se ha adecuado a las necesidades actuales; además de la apuesta por introducir una breve entrevista al mangaka de la obra con motivo de la nueva edición que encontraremos al finalizar el segundo y último volumen. Satori Ediciones ha logrado una edición única que llama la atención desde cualquier rincón; y es que no solo está bien trabajado el diseño externo protagonizado por Emeraldas, en cuanto abramos el tomo nos encontraremos unas solapas de lo más estilosas, información adicional de la obra y el autor y una ilustración que rescata material de la edición original nipona.
Por último, mencionar que como sello exclusivo de la editorial, al igual que hacen con el resto de su catálogo, también nos encontraremos dentro de cada tomo un marcapáginas con un diseño basado en la portada. En cuanto a errores de impresión o diseño, no hemos encontrado ninguno. Tanto el entintado, como el sangrado y las viñetas gozan de una perfecta armonía en los tomos; una labor que finaliza con una perfecta localización a nuestro idioma gracias a la labor de Marc Bernabé (DARUMA Serveis Lingüístics, SL).
Edu Allepuz