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Reseña de Issak destacada - El Palomitrón
ANIME / MANGA REDACTORES RESEÑAS

BIBLIOTECA: ISSAK

Si hay algo que define a la perfección a la raza humana es su condición dominante. A lo largo de la historia de la humanidad no han sido pocas las masacres perpetradas, los linchamientos cometidos y los conflictos armados surgidos por precisamente eso, la dominación; la preservación de unos valores, creencias o rasgos étnicos por encima de otros. Nuestro pasado, nuestra historia, es un recordatorio perenne de nuestros pecados, de nuestros errores, por eso se debería acudir a ella más a menudo. Retrotraernos a ella para evitar caer en la misma trampa una vez tras otra. Pero, también está ahí para ser objeto de ficción, de emerger como un gran escenario sujeto a exposición, creación y metamorfosis. Así es como surge el género histórico, un tipo de ficción que parte de un contexto o un suceso histórico para echar sus propias raíces y fraguar su propio sino. 

Sin embargo, este tipo de historietas en el manga nunca han gozado de la popularidad y aceptación esperadas en el mercado español. Se ha intentado paulatinamente y, pese a contar con títulos «recientes» de enorme calidad como Vinland Saga, Innocent o Golden Kamuy que sí funcionan bien, aún no se ha vuelto a cosechar un caso de gran éxito como el increíble relato de la vida de Miyato Musashi en el Vagabond de Takehiko Inoue. De la fascinación y romantización de la figura del samurái japonés se han ideado multitud de tramas con cierta capacidad de penetrar en un mercado occidental sediento de este tipo de narrativa. La nueva apuesta de Norma Editorial por el género sigue esa línea, pero aunando piezas de Oriente con un conflicto y un contexto de corte europeo. El periplo de venganza de un samurái sin dueño a lo largo y ancho de las escarpadas tierras europeas que ejercieron de escenario en la Guerra de los Treinta Años.

Reseña de Issak Issak 2 - El Palomitrón

Septiembre de 1620. Electorado del Palatinado, sudoeste de Alemania. El viejo continente se encuentra sumido en un conflicto bélico a gran escala que transcurriría entre 1618 y 1648, enfrentando entre sí a las grandes potencias europeas de la época y que marcaría el futuro del conjunto europeo en los siglos venideros. Entre la podredumbre, la devastación y saqueos propios de la guerra, un hombre de ojos rasgados y exótico semblante acude al rescate de una joven mujer a merced de un par de tristes diablos, dos mercenarios con la mezquindad de creerse en la potestad de arrebatar la libertad humana. Los destinos del forastero errante y la joven protestante se verán cruzados de nuevo en el castillo de Huksburg, bastión de Fritz Heinrich y objetivo de asedio del ejército español. Allí, el soldado extranjero se unirá a unas filas diezmadas porque es su deber como mercenario, pero también lo hará para encontrar a su enemigo jurado. Su nombre es Issak, es un samurái procedente del país del sol naciente sin amo, pero sí honor. Su búsqueda de la venganza tiene como objetivo a aquel que arrebató la vida de su señor, que se llevó algo de sumo valor y que parece codearse entre las filas del ejército español: Lorenzo

Shinji Makari (guion) y Double-S (arte) son los artífices de orquestar una ficción que bebe directamente del conflicto armado europeo político-religioso —en sus inicios— para sazonar su narrativa con un ingrediente procedente de un exótico país nipón también sumido en el caos bélico tras la batalla de Osaka y la fundación del shogunato Tokugawa. Issak es el nexo entre dos culturas, el puente entre Oriente y Occidente. El misticismo en torno a su figura copa gran parte del interés durante los primeros compases de la obra, pues la aparición de un mercenario japonés en la Europa del siglo XVII podría suponer una rara avis, pero no por ello una carente de veracidad. Tal y como comenta el guionista, la idea de Issak surge del visionado de la reproducción de un mapa de la Europa del siglo XVII en el que podía observarse la ilustración de diversos soldados, entre los cuales destacaba uno japonés armado con un largo arcabuz. Tras una mayor fase de documentación, averiguó que cientos de japoneses emigraron al extranjero durante los comienzos del período Edo. Considerados excelentes guerreros, y extremadamente hábiles en el manejo de las katanas y arcabuces, éstos ingresaron como mercenarios en colonias holandesas, portuguesas y españolas dentro del Sacro Imperio Romano. 

Reseña de Issak Issak 1 - El Palomitrón

Shinji Makari juega con el rol del forastero parco en palabras venido de un lugar tan lejano como exótico en pos de consumar su venganza personal como núcleo central de Issak. Y lo cierto es que, a pesar de lo manido de la propuesta, es el único apartado narrativo que consigue transmitir algo. Porque a pesar de que la preparación previa y la recreación de las refriegas se retratan con cierta eficacia, la gran mayoría de agentes protagonistas se ven relegados al olvido. Duques déspotas, príncipes maquiavélicos o caballeros cuya reputación les precede se ven reducidos a meras caricaturas, ridículos espejismos de la imagen que quieren mostrar, personajes sin un ápice de interés narrativo pese a toda la pomposidad que, supuestamente, les rodea. Este hecho, junto al de contar con un ritmo narrativo pausado y muy marcado por la confrontación bélica, pueden hacer que la lectura de Issak no sea la más fructífera para aquellos que busquen un tipo de ficción con mayor peso en sus personajes y relaciones. 

Así, el leitmotiv personal de Issak se convierte en el único factor que otorga cierto halo de misterio e interés narrativo por el devenir de la obra. Son los sabores orientales los que dotan el libreto de Shinji Makari de cierta identidad, de no dejar caer en la más absoluta monotonía los primeros números de su obra. Al margen del peso del protagonista en el título y las carencias constructivas de muchas de las piezas de su elenco, Issak se nutre muy bien de la atmósfera decadente y de corrupción que baña el escenario bélico europeo. Contrapone la incredulidad e inocencia de aquellos que confían en la búsqueda de un lugar sin guerras y en paz con la crudeza del presente y los testimonios de aquellos que asumen el concepto de Dios como algo puramente imaginario, inexistente. Las tonalidades grisáceas y la amoralidad propias de la guerra —y el ser humano— también son intencionadamente tratadas a lo largo de las páginas de la obra, del mismo modo que la figura del mercenario y sus valores. 

«¿No te parece que ocurren demasiadas cosas horribles para afirmar que Dios existe?»

Reseña de Issak Issak 3 - El Palomitrón

Issak es una obra de corte histórico cuya narrativa muestra un mayor foco de interés en lo más tangible del conflicto armado; la estrategia bélica, la preparación y el choque directo entre batallones prevalece sobre la psique de sus protagonistas, su sólida construcción y coherente desarrollo. Los primeros compases del título de marras sirven como germen, como pequeño calentamiento para seguir indagando en el conflicto armado. Sin embargo, y tal como indicaba líneas atrás, lo poco atractivo que resulta gran parte de su elenco puede suponer una pesada losa para una parte del público que espere un tratamiento de los personajes similar al de títulos publicados como Golden Kamuy o Vinland Saga. En cuanto a su apartado artístico, Double-S —conocido por trabajos como Hasta que la muerte nos separese adecúa a la tonalidad de la narrativa con un estilo que recrea con cierta habilidad la crudeza del relato y que gana enteros en la ilustración de las grandes refriegas, en la espectacularidad del choque de aceros y el hedor a sangre que precede la venida de cuervos. Es en este tipo de escenas donde Issak muestra músculo artístico mediante un trazo muy marcado y sucio que apenas hace uso de tramas pero, de nuevo, cae a la hora de retratar los pasajes más costumbristas, los momentos de transición donde la interacción entre el factor humano de la obra copa las páginas.  

La obra firmada por el tándem de Shinji Makari y Double-S recrea un período histórico convulso, anegado por la muerte y la imposición de unos valores y culturas sobre otras. Con una clara tendencia hacia la acción y el frenesí propios de la guerra, Issak es un título que se siente cómodo en la crudeza de esa marcada línea, pero titubea a la hora de elevar a sus actores, de profundizar en ellos y dotarlos de matices. La balanza se inclinará hacia un lado u otro dependiendo de la mirada juiciosa frente a la que se someta.  

Cómo es la edición de Issak #1


Reseña de Issak portada - El Palomitrón

Tras más de un año desde su anuncio oficial, Norma Editorial publicó el primer volumen de Issak el pasado mes de septiembre de 2019. La editorial española se anima a seguir engrosando el catálogo de un género que no goza de gran reconocimiento en nuestro mercado, pero cuyos intentos por lograr que así sea nos han dejado con algunos títulos realmente sobresalientes. Issak #1 está compuesto por un total de 212 páginas en blanco y negro y presenta una edición rústica con sobrecubierta, formato B6 y una dimensión de 13 x 18 cm

Siguiendo con el análisis de la edición, mencionar que la calidad de los materiales que conforman este tomo es indiscutible —en la línea de este tipo de obras de la editorial—. La portada logra un gran impacto visual por su diseño, composición y tonalidades empleadas. El diseño de la misma respeta al máximo el original japonés, y muestra a su protagonista en acción en un plano medio que focaliza la atención en el arcabuz, arma de fuego de vital importancia en la obra y sumamente característico de los soldados japoneses de la época.

Issak #1 salió a la venta el pasado 27 de septiembre de 2019 a un precio de 8,00 €. Este primer tomo consta de un total de 3 capítulos y un breve epílogo donde Shinji Makari y Double-S recrean la Guerra de los Treinta Años como escenario de fondo del periplo vengativo del mercenario japonés Issak. En cuanto a errores de impresión o diseño no hemos encontrado ninguno. Tanto el entintado como el sangrado y el conjunto de todas las viñetas gozan de una perfecta armonía. Por último, la obra está perfectamente traducida a nuestro idioma cortesía de Marc Bernabé (DARUMA Serveis Lingüístics, SL).

Edu Allepuz

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Intento de muchas cosas y una de las piezas que hacen funcionar la sección manganime. Ávido lector de manga, enamorado de la tinta y de la tragedia de Sui Ishida. Firme defensor de la industria como arte y la abolición de estúpidas etiquetas.