PELÍCULAS Y SERIES QUE ROMPIERON LA CUARTA PARED
Estas navidades Black Mirror nos sorprendió con un nuevo capítulo especial, Bandersnatch, en el cual hacía al espectador partícipe y consciente de estar interactuando con el propio protagonista. Este episodio supuso una innovación muy original que rompía sin duda con los moldes preestablecidos en el visionado de series.
Sin embargo, no es la única vez que un personaje nos ha hablado directamente a la cara rompiendo la cuarta pared. Existen muchas películas o series que ya hicieron eso en el pasado (aunque en estos casos nosotros no tuviéramos ni voz ni voto en el desarrollo de la narrativa). A continuación, os dejamos con algunos ejemplos que tal vez no sabíais sobre personajes que se salieron de su esquema habitual para interactuar directamente con nosotros:
Asalto y robo de un tren (Edwin S. Porter, 1903)
Es considerada como la primera película en romper la cuarta pared. En ella, se puede ver en su escena final cómo el personaje dispara directamente al público, rompiendo los límites que nos separaban de la película. Todo un hito dentro del mundo del séptimo arte.
El gordo y el flaco (Jess Robins, 1921)
Desde que coincidieron por primera vez en su primera película juntos, The Lucky Dog, hubo una gran cantidad de cortos y films que desarrollaron después y que giraban en torno a este famoso dúo cómico. En muchos de esos vídeos se puede observar a Oliver Hardy mirando a cámara siempre que su compañero metía la pata y era él quien sufría las consecuencias.
Plumas de Caballo (Norman Z. Mcleod, 1932)
En este clásico de los Hermanos Marx, Groucho se dirige en determinadas ocasiones al público para compartir algunos de sus pensamientos y sugerencias. En otras de sus películas también se le puede ver haciendo guiños a la audiencia o hablándoles sin remordimientos.
Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960)
En su escena final se puede ver la mirada fija de Norman Bates, compartiendo con nosotros su más oscuro secreto. Es una de los planos más recordados y famosos que se pueden recordar en donde el personaje mira directamente a cámara. Otro plano igual de inquietante y muy parecido es el del protagonista psicópata de La Naranja Mecánica, cuya mirada se asemeja mucho a la de Norman Bates.
Annie Hall (Woody Allen, 1977)
Como es habitual en algunos de los largometrajes de Woody Allen, el personaje nos habla en confidencia compartiendo sus ideas con nosotros. En una de las escenas de Annie Hall, sucede precisamente esto. En ella se puede ver cómo el personaje interpretado por el famoso director, cansado de las opiniones de un hombre con el que comparte la cola de un cine, se dirige directamente a cámara y comienza a compartir su frustración con los espectadores. Y sí, después, en 1985, el director firmaría La rosa púrpura de El Cairo para rizar el rizo.
Todo en un día (John Hughes, 1986)
En esta ocasión, un adolescente de instituto nos va narrando un día especial en el que decide hacer todas aquellas cosas que normalmente no puede, aprovechando la ausencia de sus padres. En el transcurso de la película, comparte con nosotros pensamientos y opiniones sobre su vida. De hecho, en los postcréditos de Deadpool se puede ver claramente un homenaje a esta cinta.
La loca historia de las galaxias (Mel Brooks, 1987)
Una de las rupturas de la cuarta pared más graciosas e ingeniosas es la de este film. En una de sus escenas, los villanos reproducen la cinta de su propia película para comprobar la ubicación de los héroes y mientras la rebobinan se ven reflejados a ellos mismos en la pantalla.
Funny Games (Michael Haneke, 1997)
Tanto en su versión clásica como en su remake (ambas de Michael Haneke), la cinta juega con nosotros incomodándonos en varias ocasiones a través de la pantalla. Uno de los psicópatas nos mira fijamente con una sonrisa o nos lanza una pregunta directa que no esperábamos, pudiendo compartir por unos segundos la angustia de los personajes a los que torturan.
El Club de la lucha (David Fincher, 1999)
En uno de los momentos de esta película, Edward Norton nos enseña cómo funcionan los proyectores en los cines. A priori, puede resultar raro que te expliquen algo así, pero si estás atento y no parpadeas mucho comprenderás por qué nos lo cuentan. Y es que a lo largo de la película podrás comprobar cómo en algunos planos se cuela uno de sus personajes.
Malcolm in the Middle (Linwood Boomer, 2000)
Una de las series más recordadas por romper la cuarta pared (en todos y cada uno de los capítulos) es Malcolm in the Middle. Su protagonista se dirige a cámara conscientemente para explicarnos sus angustias y sentimientos acerca de las desventuras vividas con su alocada familia.
Scrubs (Bill Lawrence, 2001)
Cada capítulo de esta serie está narrado con voz en off desde la perspectiva de su protagonista. A lo largo de los capítulos podemos escuchar sus pensamientos, dilemas a los que se enfrenta y conclusiones que saca con respecto a lo que le va sucediendo. Incluso hay ciertos momentos en los que se atreve a romper por completo la cuarta pared para dirigirse exclusivamente a nosotros.
Kill Bill 2 (Quentin Tarantino, 2004)
Otra de los grandes films que han utilizado el recurso de ruptura de la cuarta pared es el díptico (o película partida en dos, para ser más exactos) Kill Bill. En ella, Uma Thurman, nos resume los hechos más importantes que ocurrieron en la primera parte, justo antes de comenzar la segunda.
The Office (Greg Daniels, 2005)
Al igual que Modern Family y otros mockumentaries, The Office (ambas versiones, inglesa y americana) utiliza esta técnica para que sus personajes puedan hablar directamente a cámara. Es un recurso que aporta mayor verosimilitud a la historia, nos ayuda a comprender mejor a sus personajes y nos deja momentos muy memorables.
Skins (Jamie Brittain, 2007)
En el último episodio de la 1ª temporada pudimos presenciar una secuencia musical muy impactante. En ella, uno de los personajes de su reparto coral, Sid, nos cantaba una canción («Wild World») mientras miraba fijamente a cámara. Fue curioso ser partícipe de este momento mientras se iba alternando la música con escenas que derivaban en un cliffhanger a la espera de su segunda temporada.
El lobo de Wall Street (Martin Scorsese, 2013)
En uno de los papeles más recordados de Leonardo Dicaprio, el personaje nos va contando los acontecimientos de sus últimos años según va escalando hacia la gran cima de Wall Street. Con mucho humor y soltura podremos presenciar de primera mano las locuras que hicieron de Jordan Belfort toda una leyenda, en El lobo de Wall Street. Ni un reto ni un sorpresa para la audiencia conocedora de la filmografía de Scorsese, que en Taxi Driver plasma una de las rupturas (no directas) más famosas e icónicas de la historia del cine.
House of Cards (Beau Willimon, 2013)
Uno de los ejemplos más ilustres del mundo seriéfilo en realizar esta práctica es House of Cards. En ella, podemos ver cómo los personajes rompen constantemente la cuarta pared para dialogar con la audiencia, haciéndonos cómplices de sus particulares puntos de vista.
Deadpool (Tim Miller, 2016)
El superhéroe más gamberro de Marvel no se corta al hablar directamente al espectador a lo largo de sus películas. Nos suelta de forma muy descarada y desvergonzada toda clase de barbaridades que se le van ocurriendo. Nos recuerda ligeramente al personaje interpretado por Jim Carrey en La Máscara, actuando de la misma forma y rompiendo también la cuarta pared, aunque en aquella ocasión la película iba destinada a todos los públicos, ¿la recordáis?
En esta lista hemos recopilado algunos de los ejemplos más famosos y memorables. Sin duda, hay muchísimos más (La Gran Apuesta, Austin Powers, El abogado del diablo, Amelie, La máscara, Alfie, Parks and Recreation…) y los que quedan por haber.
¿Vuestras favoritas? ¿Se nos olvida algún título?
Iván Rodríguez