El Palomitrón

Tu espacio de cine y series españolas

CINE ENTREVISTAS REDACTORES

HABLAMOS CON CARLOS CHAMARRO Y ANA MILÁN, DOS DE LOS PROTAGONISTAS DE CAMERA CAFÉ, LA PELÍCULA

Ernesto Sevilla deja por un momento su cualidad de actor para atreverse a ponerse detrás de las cámaras con su ópera prima. Camera Café, la película es el regreso cinematográfico de ese universo tan particular que nos tuvo a todos enganchados y sin poder dejar de reír durante los años 2005 y 2009 (podéis ver las claves de su éxito en el siguiente enlace). Ahora, trece años después, sus personajes vuelven. Mismos actores, misma esencia, pero a lo grande.

SINOPSIS

Regresamos a la oficina para redescubrir a los personajes de la mítica serie más allá de la máquina del café. Quesada, Julián, Marimar, Cañizares, Victoria y compañía se enfrentarán a una crisis que está a punto de hundir la empresa y, lo que es peor, deberá salvarla su nuevo director, que es nada más y nada menos que el rey del escaqueo, Quesada. ¡VUELVE CAMERA CAFÉ!

Camera Cafe, la película - El Palomitron

Pero antes de su estreno en cines el 25 de marzo, Camera Café, la película se presentó recientemente en el Festival de Málaga antes miles de espectadores que recibieron con grandes aplausos a sus protagonistas. Según nos contaron dos de sus actores, Ana Milán y Carlos Chamarro: «Fue un exitazo. Primero, la gente se reía durante la película, y espontáneamente, porque la risa no es algo que se pueda forzar. Y, al final, cuando acabó la proyección, la gente se levantó, se giró al palco donde estábamos todos los actores y nos hicieron una ovación. Entonces nos dio el subidón de decir: “Ha gustado como creíamos que iba a gustar. Como nos ha gustado a nosotros”. Ahora solo falta que este finde se estrene y al público le guste también».

Ahora, años después, vuelven a interpretar a esos personajes que tanto les dio. Para ambos, la noticia del regreso de Camera Café «no fue algo inesperado». Y es que la versión original, la francesa, ya hizo en su día una película cuando ellos todavía seguían rodando la serie, por lo que entre todos comentaban la posibilidad de hacer algo así algún día. Como anuncia Chamarro: «Esa idea siempre estuvo ahí. Hasta que no hace mucho se acabaron los derechos, los compró Jorge Pezzi, de la coproductora, se los ofreció a la productora de Arturo Valls y dijeron: “Venga, vamos a hacerlo”. Y ya cuando se estaba escribiendo el guion y nos llamaron, vino la pandemia. Pero la oportunidad ya estaba ahí y estábamos todos con muchos nervios por grabar y ver cómo se desarrollaba el guion».

Y, precisamente, detrás de ese guion se encuentran Ernesto Sevilla, Joaquín Reyes y Miguel Esteban, tres actores que se hicieron muy populares con sus sketches de Muchachada Nuit y Museo Coconut, tiras cómicas con un estilo muy similar al de Camera Café. Sin embargo, Ana Milán asegura que es un tipo de humor que ella no entiende mucho, y es que al leer los guiones pensó que no tenían ni pies ni cabeza: «Pero como todo en el mudo Chanante. O sea, yo creo que puedo interpretar a Victoria porque a Victoria estos no le hacen ni pizca de gracia ni a mí tampoco. Es como: “Pero, ¿de qué habláis, manchegos? Que sois más raros…”. Y entonces ahí estaban ellos, con su lío, que es un lío absolutamente genial, pero que soy incapaz de entender». En cambio, Carlos Chamarro destaca ese humor especial, auténtico, novedoso e inteligente «que ha dado un paso más hacia adelante en el humor en este país». Además, para él también era muy importante que los fans de la serie no se sintieran defraudados «porque contemos otra cosa totalmente diferente», algo que han conseguido con creces estos tres guionistas, «que se se reconozca la serie que fue tan exitosa para los fans, pero que también se pueda ver al margen de si has visto la serie o no».

A la hora de hablar de Ernesto Sevilla como director, tanto Ana como Carlos destacan su gran cultura cinematográfica y su precisión a la hora de dar órdenes, teniendo muy claros los planos que quería en cada momento, fruto de haber trabajado también en el proceso de guion. Además, como añade Chamarro: «era muy fan nuestro, del tipo de humor nuestro, y entonces también tenía ese respeto y sabía que, como personajes, no nos tenía que decir nada porque ya los teníamos integrados. Y era solamente dirigirnos en ese nuevo espacio, en esos nuevos giros de salir a la calle, salir de esa oficina, volver, y seguir jugando con esas locuras que tenía también la serie y que tenía también La hora Chanante o Muchachada Nuit, aunarlos, juntarlos y meterlos en una coctelera, con un humor berlanguiano también, o un humor físico de la época francesa de cine mudo».

También, ambos están de acuerdo en que volver a ponerse en la piel de sus personajes después de tantos años no fue nada complicado, porque: «son personajes que cuando los has hecho durante mucho tiempo los tienes integrados». De hecho, tampoco puede observarse ningún cambio en ellos de una etapa a otra, sino que «más o menos todos están con el mismo bucle atemporal que tenían en la serie». Victoria, el personaje de Milán, sigue con esa estructura de hierro tan característica y Julián, el personaje de Chamarro, sigue siendo el fiel escudero de Jesús Quesada (Arturo Valls) y, mientras que este es «alguien que no tiene miedo, un caballero andante que quiere pelear contra molinos y que se enfrenta a todos sin miedo, por ignorancia a veces, Julián es quizás la parte realista, quien le dice: “Cuidado, porque te pueden despedir del trabajo”. En ese sentido, cuenta Chamarro que en la película eso se ha constatado un poco más.

Para Ana, el reencuentro con sus compañeros fue maravilloso, aunque, como se puede ver en la película, sus tramas únicamente coinciden con el personaje de Arturo Valls, con quien, como es normal, se rio muchísimo. «La primera anécdota que me viene a la cabeza es del primer día de rodaje, con Arturo, en medio de un abrazo, y me dijo: “Ay, Ana, qué ganas tenía de que me volvieras a insultar”. Y eso me pareció graciosísimo». También con quien más coincidió Carlos fue con Arturo, su mejor amigo en la ficción, y ambos comparten una anécdota en la que «teníamos que correr porque nos asustábamos de una cosa y, en vez de falsear esa secuencia de los dos corriendo, Ernesto Sevilla quería que corriéramos de verdad a toda velocidad. Entonces, pusieron una cámara en un carrito de golf, dentro de un hotel, y teníamos que correr detrás del carrito a toda castaña». Y grabaron nada más y nada menos que 17 tomas. «Ernesto quería que lo hiciéramos de una manera determinada y acabamos sudando y agotados».

Y en una película como esta donde las risas están aseguradas para el público, es fácil pensar que en el rodaje también tuvo que ser difícil para los actores mantener la compostura. Pero Carlos Chamarro explica que hacer humor es muy complicado, incluso más que el drama, y que hay que tomárselo muy enserio. «Cualquier actor que haga comedia te puede hacer drama, pero cualquier actor que haga drama no te puede hacer comedia, porque es más difícil«. Algo que también comparte Ana. «La risa es espontánea, no es un proceso mental, no va entrando poco a poco como el drama y acaba haciéndote estallar, sino que es una ráfaga, es un rayo, y es muy complicado hacer reír». Y acaba apuntando que las risas son «lo único que ahora mismo nos puede dar algo de espacio en el pecho para que entre el aire».

Llegando ya al final, ambos actores nos confiesan que la serie supuso un antes y un después en sus carreras y en sus vidas. Acostumbrados a trabajar en teatro o proyectos más pequeños, Camera Café les otorgó el reconocimiento necesario para poder dedicarse a esta profesión tan difícil. Como explica Chamarro: «Cuando de repente te empiezan a parar por la gente, reconociéndote por el personaje que estás haciendo, te das cuenta del poder que tiene la televisión, que te puede llevar al éxito y a la fama en muy poco tiempo, aunque también hay que saber manejarlo». De hecho, a partir de entonces, Ana Milán no ha hecho más que interpretar a personajes tan recordados y queridos por el público como pueden ser Sonsoles, de Yo soy Bea u Olimpia, de Física o Química. Como confiesa: «Tengo la sensación de ser una mujer muy afortunada, tanto como actriz como como mujer. Realmente tengo mucha suerte en la vida». Para ella todos ellos son como sus hijos, pero nos manifiesta que interpretarse a sí misma en By Ana Milán «fue un regalo […] un sueño loco que nunca pensé que me llegaría». Sin embargo, la serie de ATRESplayer ha tenido que decir adiós tras dos temporadas (aunque la actriz no descarta que pueda haber más episodios en otra plataforma).

Por último, ambos nos contaron los proyectos en los que están inmersos y que podremos ver próximamente. Por un lado, Carlos Chamarro vuelve a hacer teatro, esta vez con su amigo Agustín Jiménez. Perdidos es una obra escrita por Ramón Madaula y dirigida por Ignasi Vidal. También comparte con su mujer un proyecto audiovisual de entrevistas a personajes peculiares. Se llama Están entre nosotros y se puede ver en Instagram. Por su parte, Ana Milán está a punto de estrenar En Temporada Baja, el séptimo largo de David Marqués, empieza el rodaje de otras dos películas y está terminando su próxima novela. Vamos, un año repleto de trabajo.

Pero antes de todo eso, podréis disfrutar de los dos actores en Camera Café, la película a partir del viernes 25 de marzo. ¡No os la perdáis!

¡No olvides dejar aquí tu comentario!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.