Fue el pasado mes de abril cuando Netflix abrió sus puertas, una vez más, a una de las franquicias más preciosistas de los últimos años. Hablamos de Violet Evergarden, aunque en esta ocasión nos centraremos en su última producción: Violet Evergarden Gaiden. Un proyecto que se ha visto lastrado desde sus inicios y que, en cierto modo, sufrió las consecuencias más directas del incendio que asoló a Kyoto Animation hace prácticamente un año. Unas llamas que se llevaron consigo años de trabajo, pero también múltiples firmas que caracterizaban su motor interno. Manos que nunca se olvidarán, pero también mentes que ayudaron a crear la nueva generación del estudio. Y de una de ellas es de la que hablaremos a continuación. Una voz con fuerza propia inspirada por el talento de la propia Naoko Yamada (Koe no Katachi) y que ya participó junto a Taichi Ishidate en la dirección de la serie original de Violet Evergarden. Nos perdemos en el trabajo de Haruka Fujita, en la frágil pero cálida historia de Violet Evergarden Gaiden y en cómo Kyoto Animation ha perdurado a pesar de convivir con ese sombrío fuego carmesí.

Unas llamas atroces, pero no eternas

Fue el 18 de julio de 2019 cuando Kyoto Animation sufrió una de las acometidas más violentas y crueles que han ocurrido en Japón a lo largo de la última década. Un ataque incendiario provocado en su estudio de Kioto que no solo dejó al edificio completamente en ruinas sino que se llevó consigo a más de 30 personas que trabajaban en él. Un incidente sin precedentes que, incluso siendo intencionado, provocó más daños de lo esperado. Un altercado que pretendía dejar al estudio sin un ápice de vida ni trabajos con los que proseguir. Pero, a pesar de todas las pérdidas con las que ha tenido —y tiene— que convivir Kyoto Animation, su alma y motor perduran junto a todos nosotros. 

Fueron varios los meses los que pasaron hasta que pudieron retomar su trabajo; meses en los que profesionales de la industria se volcaron con su causa, pero también múltiples personas de alrededor del mundo llevando a cabo una campaña de recaudación de fondos para la prosperidad de Kyoto Animation. Acciones que han demostrado lo importante que es el estudio para la industria, pero también para sus compañeros de profesión y su público. Acciones que han hecho que Kyoto Animation vuelva a respirar, retome sus proyectos, y a pesar de los aplazamientos, regresar a la pantalla con esa excelsitud que irradia en cada una de sus producciones. Así, el primer trabajo con el que retoman su puesta en escena es Violet Evergarden Gaiden, una de las últimas producciones previstas de la franquicia junto a su película original y que ha sufrido, junto al estudio, uno de los retrasos más dilatados de la historia. 

Violet Evergarden Gaiden: El nuevo despertar de Kyoto Animation 

La película paralela de Violet Evergarden es un trágico remanente del impoluto trabajo de multitud de artistas de Kyoto Animation cuyas vidas se vieron lapidadas por las llamas del fuego. Un remanente que, aún con todo el dolor causado, debe funcionar como Ave Fénix del propio estudio en pos del devenir de sus próximos proyectos. Una mirada hacia el futuro del estudio de animación, una mirada frente a una nueva generación de creadores que ahora más que nunca están destinados a convertirse en las próximas voces que definan el estudio. 

Así, Violet Evergarden Gaiden: La eternidad y la muñeca de recuerdos automáticos se convierte en ese primer proyecto que ve la luz tras todo lo acontecido. Un proyecto que nunca quiso ser uno, sino dos episodios adicionales para la serie en forma de OVA —tal y como ocurrió con el episodio especial—. Finalmente, y debido principalmente al hercúleo trabajo del personal y su férrea dedicación frente al proyecto, Violet Evergarden Gaiden acabó convirtiéndose en un largometraje. Una cinta que cerró su producción el día antes del ataque incendiario de Kyoto Animation y que no fue hasta septiembre de 2019 cuando se estrenó en los cines nipones. Un estreno que supone el fin de una era para Kyoto Animation además del antes y el después de su motor interno. Hablar de este proyecto evoca dolor, pero también inspiración por el devenir del estudio. 

Bajo la dirección de Haruka Fujita, el amparo de Kyoto Animation y la música de Evan Call nace Violet Evergarden Gaiden. Una película envuelta en sucesos externos de lo más desgarradores pero que en ningún momento se convierte en una historia de luto, sino todo lo contrario. Dividida en dos mitades —intentando evocar así las intenciones iniciales del proyecto—, sus dos temas principales se encuentran yuxtapuestos; pasado y pérdida VS futuro y sueños. La historia se centra principalmente en un encargo más para la joven Violet, aunque en esta ocasión dejamos la literatura algo más de lado para centrar el punto de atención en la instrucción de cómo ser una dama en la alta sociedad. 

Un viaje que le hará toparse con Isabella, la heredera de una casa noble que reside en una escuela para mujeres por elección de su padre. Para Isabella este hermoso lugar bañado por un sol radiante y camelias blancas no es más que una prisión. Una jaula edulcorada por riquezas y buenos modales que le han hecho renunciar a todas sus esperanzas y expectativas para su futuro. Pero es cuando conoce a Violet y todo lo que puede ofrecerle en su vida cuando empieza a atisbar los primeros rayos de luz en ese gris que imperaba su día a día. Por lo tanto, es esta primera toma de contacto la que caracterizará la primera parte de la cinta. Una historia melancólica bañada por las experiencias de Violet y su interacción con Isabella a través del aprendizaje, pero también una historia sobre la amistad y los retazos del pasado. Nos dotará de magníficos momentos, y aunque a un ritmo lento, nos preparará para la segunda parte de la película. 

«Di mi nombre siempre que te sientas sola»

Preferimos no desvelar el nexo que une a ambas partes ni tampoco aquello que esconde la producción para cerrar la historia, es mejor descubrirlo viendo la película; pero sí que podemos afirmar abiertamente que será en este segundo tempo donde las emociones florecerán y veremos a las protagonistas principales de la película ofreciendo lo mejor de sí. Tras el cierre de un baile preciosista y brillantemente animado, la película inicia su segundo viaje. Lo hace incluso sumando tres años más a la historia; y aunque en un primer momento parezca que nada vaya a estar conectado, será el paso de los minutos lo que nos irá hilando cada una de sus porciones y descubriendo el verdadero significado de esta película. Una historia que rebosa sinceridad, comprensión en pos de las palabras y aceptación de los sentimientos propios de pérdida. Una historia que se envuelve con la propia tragedia de Kyoto Animation pero que nos devuelve una Violet Evergarden en toda su esencia e incluso sabiendo equilibrar sus vivencias con el resto de los personajes dejando a esta en un plano algo más alejado del protagonismo central. Un trabajo mayúsculo en muchos niveles pero que, sobre todo, exalta por lo que significa para KyoAni. Una despedida, pero también un renacer. 

«Di mi nombre y nuestro vínculo será eterno»

Haruka Fujita: Los primeros rugidos de una nueva voz 

Hemos hablado de cómo nace Violet Evergarden Gaiden y qué ha supuesto realmente para Kyoto Animation, pero todavía queda un punto realmente interesante que tratar y que no podemos, ni debemos, obviar. Hablamos del papel de Haruka Fujita en la producción y cómo su debut como directora total del proyecto ha supuesto un soplo de aire fresco para el estudio. Datos que hemos podido leer gracias al portal de información Sakuga Blog y del cual hemos extraído los más pertinentes para la ocasión. 

Haruka Fujita parte de haber trabajado previamente junto a algunas de las personalidades más influyentes del estudio. Desde el director Taichi Ishidate hasta el diseñador de personajes Akiko Takase, dos personas que también han estado involucradas en el proyecto inicial de Violet Evergarden pero que han dejado volar a Fujita en Gaiden. Un vuelo que ha dejado en el suelo a Ishidate para emprender su propia ruta pero que se ha valido de la impronta de Takase para seguir luciendo como lo hacía la obra desde sus primeros compases. Aunque no solo ellos han sido partícipes del proceso de aprendizaje de Haruka Fujita, pues Naoko Yamada e incluso Kana Akatsuki también han dejado huella en esta directora que promete ser una de las voces más prominentes de la nueva generación de Kyoto Animation.

Lejos de una toma de decisiones diferente a la habitual, Haruka Fujita ha demostrado tener la suficiente fuerza y el suficiente coraje para ponerse al timón de una producción propia, no dejar nada sin hacer e incluso dotar con su propio sello a un título que ya venía definido de serie. Decisiones que han gustado en el estudio, pero también a Kana Akatsuki. 

En definitiva, por todos es sabido que Kyoto Animation ha conjugado una amalgama de directores a lo largo de su historia que poseen rasgos similares. Atributos que, en cierta medida, definen el trabajo del estudio. Pero lo más significativo de este sello es que siempre trabajan en grupo en cada uno de sus proyectos; una gestión que en ocasiones puede llegar a ser complicada pero que demuestra la cultura de trabajo de Kyoto Animation en pos de una actuación conjunta y no individual. De esta forma han conseguido crear algo muy complicado a día de hoy, una cultura conjunta donde, si falla alguna pieza, se consigue seguir adelante con cualquier proyecto por la implicación global existente. 

Es cierto que a lo largo de la historia de Kyoto Animation el estudio ha contado con multitud de artistas, voces que se acercan a cada obra desde diferentes ángulos. Perspectivas que, en cierto modo, han dotado a sus trabajos de múltiples miradas, definido épocas e incluso engranajes de la industria. Pero por encima de todo, y a pesar de que los caminos se vayan disipando y cambiando a lo largo de los años, los objetivos del estudio nunca han permutado; y todos esos valores son los que representa Haruka Fujita. Una nueva voz que representa las nuevas directrices de Kyoto Animation pero también esos ecos que permanecerán para siempre. Ecos que se han ido en cuerpo, pero no en alma.

El estudio afronta actualmente uno de sus mayores retos: hacer que los recién llegados se eleven y sigan, por lo tanto, asegurando la diversidad dentro de un estudio que de otro modo estaría aislado de la industria del anime en general. Es cierto que Violet Evergarden Gaiden ha supuesto una carga pesada y compleja de llevar, pero Fujita ha demostrado estar lista para el desafío. Lo ha superado y además ha confirmado estar dispuesta a afrontar el futuro con optimismo. Un futuro que marcará la próxima generación de Kyoto Animation; una generación que debe estar dispuesta a mantener la esencia del estudio, remar hacia delante y no dejar, en ningún momento, que el viento deje de soplar. 

Marisol Navarro

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