ANTECEDENTES

Tras un primer corto de 2018 llamado La muerte de Don Quijote, Miguel Faus en 2020 dirigió su segundo cortometraje, Calladita, protagonizado por una desconocida Paula Grimaldo. Tomando impulso, cuatro años más tarde y tras una campaña para poder recabar el dinero suficiente como para convertir este corto en un largometraje, Miguel Faus se presenta en el BCN FILM FEST con una película de nombre homónimo con la que abordamos este final del festival tras haber visto y escrito sobre La casa, Escanyapobres, Disco, Ibiza, Locomía y Mala persona.

LA PELÍCULA

Ana (Paula Grimaldo) es una empleada del hogar colombiana que vive y trabaja en una casa rural propiedad de unos marchantes de arte. Su trabajo durante ese verano es duro y la familia para la que trabaja le pide, además, que sea discreta y calladita para aguantar ese verano y así poder gestionar sus papeles en septiembre. Ana, obediente, hace su trabajo, pero las condiciones del día a día, la constante presión de los señores y su paciencia limitada acabarán por desbordarla, algo a lo que ayudará su nueva amiga Gisela (Nany Tovar), también empleada interna de los señores de la casa de al lado y quien le enseñará la realidad no sólo de la legalidad en España, sino también de cómo vivir mejor esos días de verano para quien se pide que sea siempre calladita.

Gota a gota, plano a plano, diálogo tras diálogo, Calladita cala, cala y cala hasta desbordar un vaso de paciencia que no sabemos cuándo se llenó. Calladita es la historia de una interna colombiana trabajando para una clase alta demasiado pendiente de sí misma, pero son muchas cosas más, puesto que la cascada de temas y subtemas que yacen en la hora y media de película convierte a esta historia breve, pero intensa, en uno de los máximos exponentes de aquello que decimos que, por breve, es más que bueno. Racismo, xenofobia, clasismo, migración, machismo, sororidad. Los temas que podríamos deshilvanar seguirían creciendo y creciendo, pues cada plano, cada diálogo, cada mirada está encaminada a levantar una historia que bien hizo en haberse alargado hasta convertirse en un largometraje.

Podríamos decir muchas cosas de Calladita, quizás empezando por sus actrices que luego se quedaron a un coloquio posterior con el público y el director en el que nos demostraron que la química en la pantalla es la misma que en la vida real, quizás por esa fotografía nítida y milimétrica que nos dice mucho de la casa donde ocurre la hora y media de película y también de la clase de señores que la habitan, quizás por esa banda sonora minimalista que acompaña sin embrutecer la historia o quizás, simplemente, porque Calladita es una gran historia contenida en muy poco espacio, muy poca música, muy pocos actores y muy poco tiempo, pero que cuenta temas inmensos sin que nada falte ni sobre.

El trabajo de Miguel Faus por levantar un proyecto como este siempre creyendo en su historia y contando para ello con una Paula Grimaldo fiel que aceptó alargar su personaje en una película es digno de admirar y el resultado está a la vista. Sin lugar a dudas, Calladita es una de esos tesoros escondidos de los festivales que deseamos que se vuelvan grandes con el tiempo. Tiempo y espectadores que sepan apreciar esta maravilla por la que seguimos pisando las salas de cine.

ELLOS Y ELLAS

Si bien la gran carga de la película recae en una grandísima actriz todavía desconocida como es Paula Grimaldo (Black Roses Synmphony, Ahora no) en el papel de Ana, su amiga Gisela con el rostro de Nany Tovar (Ellas aman, ellos mienten, Nora) es también un peso importante en una película que se nutre de sus actores. El matrimonio de marchantes de arte formado por una gélida y etérea Ariadna Gil (La casa entre los cactus, Escenario 0) en un papel sutil para devenir extraordinario como todos los suyos, y un Luis Bermejo (Galgos, Teresa) como el marido erigido por encima del bien y el mal, pero consciente de su posición de poder económico y de padre de familia, hacen un tándem interpretativo sublime para encarnar esa burguesía catalana demasiado pendiente de sí misma. Sus dos hijos en la ficción, un Pol Hermoso (Sagrada Familia, Polar) como el hijo ricachón y machista de una familia a la que le sobra el dinero y una Violeta Rodríguez (Saben aquell, Un amor) como la hija encantada de haberse conocido cierran una historia que se sostiene sola sobre esos seis pilares.

LA SORPRESA

Sin ninguna duda, una Paula Grimaldo y una Nany Tovar maravillosas que condensan en sus cuerpos, sus rostros y sus miradas todo un mundo de opresión, vergüenza, trabajo y sufrimiento que viven muchos migrantes, pero también vida. Que Miguel Faus nos haya descubierto a estas dos actrices es la gran sorpresa de esta película.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

Si bien la película está salpicada de múltiples momentos icónicos, quizás destacaríamos ese momento en que la interna, lejos del mundo, la ciudad y la gente y en un país desconocido y sin papeles, se ve sola en mitad del campo en una casa con cinco hombres.

TE GUSTARÁ SI…

• Aprecias esas historias que parece que dicen poco, pero contienen un mundo.
• Realmente disfrutas de películas que ridiculicen a las clases altas hasta decir basta, pero siempre sin entrar en la parodia.
• Buscas cine social con una buena y original historia detrás.

LO MEJOR

• Paula Grimaldo y Nany Tovar, seguidas de una siempre incombustible Ariadna Gil.
• Que en una hora y media es capaz de recrear los conflictos de un mundo entero.

LO PEOR

• Quizás un final que, dentro de los posibles que el director expuso, pueda parecer algo forzado.

Javier Alpáñez