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CINE CRÍTICAS FESTIVALES, EVENTOS Y GALAS REDACTORES Sitges 2022

55 SITGES. SECCIÓN PELÍCULAS: LA PARADOJA DE ANTARES

ANTECEDENTES

Luis Tinoco debutó en la pantalla con su cortometraje Caronte, una manierista propuesta de efectos especiales que, estrenado en 2017, ganó 65 premios internacionales. Apreciado como un maestro y también alumno de la ciencia ficción y pese a un enorme reconocimiento internacional por un cortometraje rodado de forma pausada y artesanal, Tinoco intentó por todos los medios llevar adelante varios guiones que acabaron en nada. Cansado de batallar contra los molinos de viento de la industria cinematográfica, decidió él mismo poner en marcha un proyecto de la forma más personal posible, La paradoja de Antares, una de las pequeñas joyas de este festival que está consiguiendo un reconocimiento y unos aplausos largamente esperados y que hemos tenido la suerte de visualizar en este festival junto a los cortometrajes El umbral, El semblante y el largometraje Viejos.

LA PELÍCULA

La ciencia ficción ha sido siempre terreno abonado para cualquier tipo de historia que quiera tender puentes con otros géneros. Desde las crisis existenciales de Blade Runner y sus preguntas sin respuestas sobre la naturaleza humana o el terror puro de Alien hasta la acción de Matrix, entre otras muchas, el género de la ciencia ficción siempre ha trascendido sus propias fronteras hasta permearnos con historias que beben de otros géneros y lanzarnos cuestiones sobre nuestra condición como humanos y como humanidad, como individuos en el océano de la vida humana o como especie total frente al otro o a los otros. En el caso del cine español, la ciencia ficción no nos lleva hasta los límites del universo, sino que nos nutre con tremebundas historias sobre nuestra realidad, como Abre los ojos o Los cronocrímenes, o nos invita a imaginar a escala pequeña un escenario irreal donde lo humano es sujeto a la experimentación, como El hoyo. Sitges es siempre una buena pista de aterrizaje para cualquier producto de fantasía, ciencia ficción o terror que se precie y la primera propuesta del director Luis Tinoco hace su entrada en el festival catalán como un surtidor de imaginación fílmica pocas veces experimentado en España.

La paradoja de Antares cuenta la historia de una sola noche de Alexandra (Andrea Trepat), científica de un observatorio que forma parte del proyecto SETI, dedicado a buscar vida inteligente en otros planetas. Hastiada de recibir críticas más por lo maniqueo que parece su puesto laboral que por la verdadera naturaleza de este, Alexandra se dispone a pasar una nueva noche en el observatorio bajo una tormenta que amenaza con pausar su trabajo durante esas horas de oscuridad cuando recibe una señal proveniente de Antares, estrella de la constelación de Escorpio, que podría ser una verdadera señal de vida inteligente, la primera hallada en toda la historia de la humanidad. Sin embargo, esa misma noche recibe otra llamada bien diferente de su hermana para advertirle de que su padre está al borde de la muerte. Alexandra deberá elegir entre el mayor hallazgo de la humanidad que nos podría cambiar a todos como especie o pasar sus siguientes horas en el hospital con las últimas horas de vida de su padre.

La paradoja de Antares fue presentada como una película que deja sin respiración y que nos mantiene pegados a las butacas, y así es. La primera película de Luis Tinoco es un artesanal trabajo de maestría fílmica rodada en un espacio pequeño y en unas pocas semanas, pero que nos regala una experiencia inmersiva suficientemente potente como para considerar su visionado. Desde una maravillosa Andrea Trepat que carga ella sola con todo el peso de la cinta, el acompañamiento de unos secundarios que permean de realidad todo lo que acontece en esa pequeña sala durante el tiempo del visionado y una banda sonora que le pone el acento a la acción que se desarrolla en la pantalla, La paradoja de Antares es un exquisito y artesanal trabajo mimado en su elaboración como toda verdadera obra de arte que se precie, y es que el trabajo pausado de sus realizadores no hace sombra a la inmensa obra que tenemos ante nosotros.

La película abre cuestiones que nos condicionan a nosotros como humanos, cuestiones que abordan la existencia humana y nuestra propia experiencia de vivir desde la distancia al otro y desde la comunicación con el otro, si es que esta existe. Puede ser quizá una de las películas menores del festival no por lo que cuenta sino por el trabajo que hay detrás alejado de las grandes superproducciones, pero se hace grande en sus planteamientos y en su desarrollo y gana presencia a medida que transcurren unos minutos que nos hacen plantear nuestra propia existencia en relación con nosotros mismos y con el mundo que crece a nuestro alrededor. ¿Estamos solos en el universo o estamos solos con nosotros mismos y nuestro propio universo particular?

ELLOS Y ELLAS

O, más bien, ella. La gran protagonista de la cinta es Andrea Trepat (Caronte), pero igual de importancia tiene el contrapeso que ejerce su hermana Ana en la piel de Aleida Torrent (El inocente, Hogar), quien la empuja constantemente a salir de ese observatorio para marchar al hospital. El padre de ambas se encarna en la piel del actor Jaume de Sants, mientras que las voces intermitentes de David Ramírez (El inocente) en el papel de Fernando, compañero de Alexandra, se alterna con la de Dani, becario del observatorio en la piel de Ferran Vilajosana (¡García!, Chavalas).

LA SORPRESA

La gran sorpresa de esta película no es la película, sino el descubrimiento de un director de inmenso talento que con muy poco ha sido capaz de crear algo tan valioso.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

  • El momento en que la primera imagen de la pantalla por fin se encuentra a mitad de metraje y entendemos la razón por la cual Alexandra llora en el suelo.
  • Los múltiples momentos en que Alexandra empieza a descomponerse.

TE GUSTARÁ SI…

  • Aprecias las grandes historias contenidas en espacios pequeños.
  • Quieres ver algo original que hable de nuestra existencia diaria contado desde la magnitud de la ciencia ficción más terrenal.

LO PEOR

  • Que una de las grandes dudas de la cinta no llega a resolverse.

Javier Alpáñez

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