Si bien hay ocasiones en las que la publicidad de Netflix llega a resultar invasiva (no hay más que ver las promociones de Por 13 razones o Stranger Things), otros muchos estrenos pasan tan desapercibidos que cuesta saber que existen. Este es el caso de The Hollow, una serie original de la plataforma estrenada el pasado 8 de junio.

Pero ¿qué es The Hollow? Es una serie de animación canadiense creada por Vito Viscomi, Josh Mepham, Kathy A. Rocchio y Greg Sullivan (creadores de Nerds and Monsters en 2013) con su productora Slappy Happy Cartoons. Netflix y esta compañía se unen para traer a la plataforma diez episodios de 24 minutos en los que el misterio conduce la historia de Adam (Adrian Petriw), Mira (Ashleigh Ball) y Kai (Connor Parnall), tres chicos que despiertan en un búnker sin recordar cómo han llegado ahí. A continuación os dejamos las claves (sin spoilers) de una serie que nos ha sorprendido gratamente.

El estilo de animación

En un mundo donde predominan el diseño de Cartoon Network y el estilo de Disney, ver series con estéticas alejadas del canon siempre es reconfortante. Y es que The Hollow presenta un diseño de personajes, sobre todo de los tres protagonistas, que llama la atención por no ser lo mismo de siempre. Junto a ellos, todas las criaturas que van conociendo a lo largo del camino sorprenden por su creatividad; aunque hayamos visto mil veces minotauros o brujas, la ficción sabe cómo introducirnos estos personajes con un aire renovado.

Cabe destacar que los dibujos animados canadienses suelen diferir del estándar estadounidense, como veíamos en series como Total Drama Island (2007), aunque en muchas ocasiones nos encontremos con coproducciones entre ambos países (Arthur, Johnny Test). Así, la animación del cartoon es similar a la de cualquier serie actual, pero el diseño de personajes tiene personalidad propia.

El trío protagonista

No podemos obviar que los personajes principales no son más que clichés reformulados, lo que no quita que funcionen. Tenemos al amigo pardillo que le tiene miedo a muchas cosas (Kai), el líder que siempre parece tener un plan (Adam) y la chica (Mira), que por suerte no se queda únicamente en ese papel que han adquirido durante mucho tiempo los personajes femeninos en series donde los protagonistas son un grupo de amigos.

La personalidad de los protagonistas ayuda a casar rápidamente con ellos y empatizar con la situación que están viviendo, por mucho que sigan siendo dibujos animados. La frustración, la incomprensión y el cansancio son sentimientos que vivimos con ellos a lo largo de los diez episodios, con una tensión que crece exponencialmente según avanza la trama.

Una historia sci-fi de aventuras

Si coges parte del surrealismo que plantea Rick y Morty y le sumas una buena dosis de aventuras sci-fi de Gravity Falls, te acercas al guion de la serie que nos acontece. Dejando el humor un poco atrás (lo que no quiere decir que no tenga sus puntazos), la serie se adentra en mundos de lo más rocambolescos donde los protagonistas estarán tan desubicados como el espectador. Y eso, evidentemente, funciona.

Viajaremos por parajes áridos, antárticos y frondosos en una completa aventura en la que la vida de los jóvenes siempre estará en juego. Un guion ágil y entretenido que sabe dónde frenar para crear interés en el espectador. Criaturas fantásticas, genios inestables y poderes sobrenaturales que irán convirtiendo la aventura en un complejo entramado de acciones-reacciones que darán, en muchas ocasiones, resultados impredecibles.

El romance entre Netflix y la animación continúa

Para los fans de la animación para adultos, la labor que está haciendo Netflix es una puerta abierta a un mundo lleno de posibilidades. No solo está introduciendo en su plataforma series como Más allá del jardín, Rick y Morty o Padre de familia, sino que está apostando por la creación de su propio contenido con series como F is for Family, BoJack Horseman, Big Mouth o (Des)encanto, entre otras.

Siendo un formato en auge, que plataformas apuesten por la difusión y creación de estos contenidos supone un fuerte impulso a una parte de la industria que puede continuar trayendo muchas alegrías. Porque la animación permite crear escenarios que en acción real requieren millones de dólares, convirtiendo los dibujos animados en un mundo donde cualquier cosa que puedas imaginar es posible.

Cristina Domínguez