En ocasiones la industria sorprende para bien. Lo que parecía un flamante fracaso cuando se anunció ha terminando consolidándose como una de las mejores producciones de animación de 2019. Y es que si algo predominaba entre los seguidores de la obra original escrita e ilustrada por Paru Itagaki era un hercúleo escepticismo. El esfuerzo de trasladar al audiovisual la complejidad del universo antropomórfico de Beastars recaía en el estudio de animación Orange, ampliamente reconocido por su sobresaliente trabajo con Houseki no Kuni. Y tras ese escepticismo a raudales que se dejaba ver en redes tras el visionado de todo tipo de material promocional llegaría octubre; y con él no solo la llegada de la caída de las hojas, sino también la de cualquier atisbo de duda. Porque Beastars se proclamaba rápidamente como una producción irreverente —en el buen sentido de la palabra—, un producto capaz de plasmar toda la narrativa original bañada de aires cinematográficos y arte de corte europeo para conjugar a la perfección el 3DCG con animación «tradicional».

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Crítica de Beastars: Un rugido directo al corazón

Tras 12 episodios de puro drama adolescente en continuo crescendo que no titubea a la hora de establecer unos muy firmes símiles respecto a nuestra sociedad, la producción de Orange se despedía no sin antes alentar a sus seguidores y anunciar una segunda temporada vía teaser tráiler. Así, y tras ese clímax final que abre múltiples caminos por explorar, la adaptación del manga de Paru Itagaki contará con una segunda temporada a una fecha todavía por confirmar. Sin embargo, todo apunta a que será en algún momento de 2020 y que contará, de nuevo, con el equipo técnico que ya figuró en la primera temporada. Para disfrutar de la serie en completa calidad y de manera legal, en los próximos meses estará disponible en Netflix. Si no podéis aguantar la espera y/o ansiáis conocer cómo prosigue la historia, en España la publicación corre a cargo de Milky Way Ediciones.

¿Qué esconde BEASTARS?

Beastars es un título atípico, tanto por la concepción de su universo como por su desarrollo. Un imaginario cuyos protagonistas son animales antropomorfos dentro de una sociedad construida por y para ellos. En un mundo poblado por animales antropomorfos, herbívoros y carnívoros coexisten en aparente armonía. Para los adolescentes de la Academia Cherryton, la vida está llena de amor y esperanza… pero también de inseguridades e inquietudes que atormentan sus pobres almas desesperadas por superar esta etapa tan difícil de la vida; sobre todo para Legoshi, un lobo miembro del club de teatro que pese a su aspecto amenazador, es terriblemente… sensible.

Edu Allepuz

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