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BIBLIOTECA: LA BLANCANIEVES PELIRROJA

Hablando claro y alto, las demografías siempre me han resultado un método tan ineficaz como absurdo a la hora de catalogar aquello que, como lectores y lectoras, consumimos. Estigmatizaciones y barreras que, al fin y al cabo, impiden al público acceder a la inmensa biblioteca que se nutre del trabajo de los artistas. Y si, quizás, utilizar el verbo “impedir” es quitar demasiada responsabilidad a quienes se atienden a ellas, si bien es cierto que son un formato ideal para etiquetar y excluir aquellas obras que, por consideración ajena, no se encuentran dentro del espectro general del manga. 

Ahora Norma Editorial da un golpe sobre la mesa y, más allá de su propuesta por acabar con el uso de las demografías, apuestan por un shojo —recordemos, siempre en el punto de mira del público e injustamente excluido por sus raíces y consideraciones— que va más allá de lo que asociamos al género para constituirse como una de las grandes licencias del año. Hablamos de La Blancanieves Pelirroja

Reseña de La Blancanieves Pelirroja #1


La llegada de la obra de Sorata Akizuki, especialmente reconocida por la emisión de su adaptación anime años atrás, es una no sólo lógica, sino también inteligente. Una que se anunciaba, por sorpresa, en el mismo lugar y tiempo en que Mizuho Kusanagi visitaba el Salón del Manga de Barcelona. Y es que las obras de las autoras —salvando las distancias— tienen mucho en común. Pero, más allá de sus similitudes más evidentes, la verdadera fuerza de ambas reside en cómo son capaces de atravesar los muros de las pretensiones y acabar con un ideario que encaja a su demografía, el shojo, en brazos de una lectura afirmada, únicamente, en el romance. 

Y es así como, con una clara declaración de intenciones, la autora abre su primer volumen con una fuerza digna y una joven Shirayuki abandonando su pueblo natal tras intentar ser obligada a servir como concubina del príncipe de su país. Es en su camino donde se cruzará con el príncipe Raj y sus compañeros, dejando claras las licencias que su autora toma en representación con el clásico de los Hermanos Grimm y cómo convierte a su protagonista, una joven herbolaria, en un símbolo de fortaleza e integridad femenina.

No es todo lo que la autora pretende vender en su historia y pronto nos encontramos con un factor de comedia romántica que toma forma —mucho más rápido de lo que podría esperar— entre la protagonista y el joven Zen. Algo a lo que se suma, siempre y en todo momento, el delicado estilo de la autora en la representación de sus páginas y un notable humor que se da la mano con la aventura y la capacidad de la chica como herbolaria, dejando en el aire las similitudes con otra de las licencias de la editorial, The Ancient Magus Bride

Con todo, su primer volumen sirve las veces de presentación de la obra y, pese a que se siente demasiado acelerado —casi como si quisiera dejar claro cuál es el concepto de la misma—, lo cierto es que cumple con su trabajo e intenciones. En tan solo su primera entrega entendemos las aspiraciones de la joven, que lejos de aprovecharse de su posición cercana a la monarquía reinante, decide tomar el camino largo y conseguir un sitio en palacio por su propia cuenta. Más allá de ello, la relación entre sus protagonistas se fragua ya en este primer volumen, dejando de lado ese desarrollo interpersonal tan aferrado al género pero que promete, por otro lado, una exploración de dichas relaciones desde otro punto de vista. 

Incluso así, y siendo notables los ideales de la autora, sigue estando demasiado presente la idea del príncipe salvador. Y es que, en esta carrera narrativa que parece desatarse en esta primera entrega, Shirayuki es salvada en todas sus desventuras por el príncipe, aunque sin hacer que este ocupe el papel protagonista y siendo ella quien pone medios propios antes de su aparición. Un concepto que resulta algo confuso en la evolución de su historia pero que, por otro lado, demuestra el potencial de la obra, capaz de generar diversas situaciones límites en una primera entrega que ya consigue ponernos en la piel de sus personajes y esperar su posterior evolución. Sin duda, La Blancanieves Pelirroja tendrá mucho que decir a lo largo de su ya notable extensión. 

Cómo es la edición de La Blancanieves Pelirroja #1


La Blancanieves Pelirroja es la obra escogida para el estreno de Sorata Akizuki en nuestro país. Una licencia que no nos coge del todo por sorpresa tras el éxito de Yona, Princesa del Amanecer pero que ha llegado con una notable fuerza, siendo uno de los títulos más esperados por los seguidores y seguidoras del género

A la hora de hablar de su formato, la edición de Norma Editorial respeta la edición original japonesa, adaptando su portada tal y como sucedía con la obra de Mizuho Kusanagi y permitiendo que la ilustración de la autora sea la verdadera protagonista de la misma. Sobre un simple fondo blanco podemos ver a una sonriente Shirayuki, papeles en mano y demostrando su independencia y fuerza a través de una ilustración que, sin necesidad de entrar en términos de complejidad, demuestra cuanto tiene por ofrecer la obra en su primera entrega.

Una edición que si bien destaca en sus cambios frente a la versión japonesa también tiene pequeños detalles que objetar. Y es que la calidad de su impresión no es la mejor que podríamos esperar. Un error recursivo y que también se hace notar a través de otras editoriales extranjeras que se encontraría debido a la falta de materiales originales para su edición fuera de Japón. Una cuestión que no se hace notar en el papel pero que no pasará desapercibida para aquellas personas con ojo por la edición.

Entrando en el apartado técnico, La Blancanieves Pelirroja se estrena en nuestro mercado con el clásico formato de rústica con sobrecubierta y un total de 200 páginas en blanco y negro que añaden, además, una historia corta firmada por la autora, Los colores de las estaciones en agosto. Además, en excepción al precio actual de su catálogo, la obra se mantendrá en toda su extensión a ocho euros.

Óscar Martínez

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Escribo más que duermo. Ávido lector de manga y entusiasta de la animación japonesa. Hablo sobre ello en mi tiempo libre.