Hacia tiempo que no estrenaba película. Lo último fue su colaboración en Abracadabra (Pablo Berger, 2017), pero Quim Gutiérrez (Barcelona, 1981) no ha parado de trabajar. Recién llegado de Hollywood donde acaba de rodar una película (Jungle Cruise de Jaume Collet-Serra) ha vuelto a España para promocionar uno de los últimos filmes que ha rodado, Litus. En la película comparte protagonismo con algunos de los mejores actores de su generación: desde Belén Cuesta a Adrián Lastra pasando por Marta Nieto o Alex García. Con motivo de este estreno realizamos un repaso por la carrera de este actor catalán que no ha parado de encadenar proyectos, tanto cinematográficos como teatrales y televisivos, desde que Daniel Sánchez Arévalo lo descubrió, para el gran público, en su ópera prima Azuloscurocasinegro en 2006.
Inicios en su tierra natal
Quim Gutiérrez ha contado en alguna ocasión que su interés por el mundo de la interpretación ya apareció cuando aún era pequeño. “Siempre había tenido una cierta inclinación a ponerme delante de la gente y hacer el número (…) No busqué la profesión sino que de alguna forma nos encontramos”. Sus primeros encuentros con este mundillo se produjeron en Barcelona cuando entró a formar parte del elenco de la serie catalana Poblenou donde llegó a participar en casi 200 capítulos en 1994. Después no abandonó la interpretación, ya que estuvo estudiando teatro, pero la dejó un poco aparcada para centrarse en la carrera de Humanidades. No fue por mucho tiempo ya que en 2000 se incorporó a la serie catalana El cor de la ciutat en la que estuvo durante cinco años.
La fama le llega en 2006 donde ya empieza a hacer producciones a nivel nacional. Series como Génesis: en la mente del asesino donde desempeñaba el papel de un investigador y, por supuesto, Azuloscurocasinegro (Daniel Sánchez Arévalo, 2006) la película por la que consiguió el premio a mejor actor revelación en los premios Goya y que supuso su trampolín hacia una carrera más que prometedora y exitosa.
Su relación profesional con Daniel Sánchez Arévalo
El primer contacto que mantuvieron Daniel Sánchez Arévalo y Quim Gutiérrez fue en una reunión donde el director le expuso todo lo relacionado con el personaje protagonista de Azuloscurocasinegro. “Tuve la suerte de que mi primer contacto con el papel no fue leyendo un guion sino que Dani me contó el personaje. Hicimos una entrevista, antes de hacer una prueba, en la cual él como gran narrador que es me contó el personaje. No pude hacer otra cosa que callarme y escuchar. Salí de esa entrevista con la sensación de que me sentía extrañamente cercano a lo que contaba Jorge (el protagonista)”.
Esa sensación le animó a aprenderse rápidamente el papel para hacer la prueba y, efectivamente, Quim Gutiérrez no se equivocó ya que se quedó con el papel y consiguió hacer una de sus mejores interpretaciones. Probablemente esa cercanía que sentía con lo que su personaje contaba le ayudó a la hora de elaborar el papel y conseguir una autenticidad en una película tan personal de un chico “que lucha contra sus miedos para conseguir lo que quiere” como dijo el propio Gutiérrez, algo emocionado, cuando recibió el premio a mejor actor revelación en los premios Goya de 2007.
Tras otra colaboración momentánea en uno de los cortos de Sánchez Arévalo, Traumalogia (2007), actor y director se volvieron a encontrar en Primos (2011) que continuaba la historia del corto (Uno de los) primos (2010) donde Quim Gutiérrez era el protagonista junto a Raúl Arévalo y Adrián Lastra. El actor se había acercado al género de la comedia anteriormente pero sería a partir del filme de Sánchez Arévalo donde se reafirmó lo que ya se intuía: Quim Gutiérrez es un actor con una gran vis cómica. En La gran familia española (Daniel Sánchez Arévalo, 2013) lo pudimos ver en un tono cómico, pero más intimista que podría recordar incluso a ese primer papel de Azuloscurocasinegro.
Después de este filme, la colaboración entre Gutiérrez y Sánchez Arévalo ha disminuido debido a que el director tan solo ha rodado una película más que estrena este año (Diecisiete) y que no cuenta con el actor entre el reparto. Donde si contó con Quim Gutiérrez fue en dos cortometrajes de corte más publicitario: Un beso de película (2015) y Brigi: el poder de la red (2018). No cabe duda de que hay un entendimiento entre los dos y más tarde o más pronto volverán a trabajar juntos.
Un actor versátil
El actor ha contado en alguna ocasión que sufrió un pequeño bache cuando, después de recibir el Goya a mejor actor revelación, se pensó que todos los papeles que le iban a llegar iban a estar relacionados con el de Azuloscurocasinegro y no fue así: “Pasé la crisis de los 30 a los 28 (…) por primera vez desde los 12 años me pasé 6 meses sin trabajar. Y para mi fue extremadamente traumático”. Este hecho puede estar relacionado con las películas y series que hizo a partir de 2008: Sangre de mayo de José Luis Garci donde compartió protagonismo con Paula Echevarría donde, por primera vez, se enfrentó a un filme histórico centrado en uno de los Episodios Nacionales (El 19 de Marzo y el 2 de Mayo) de Benito Pérez Galdós. Además, en 2009 hizo un descanso en su filmografía para hacer un Hamlet en Teatro Español.
La comedia Una hora más en Canarias (2010) de David Serrano marcó un punto de inflexión en su carrera ya que empezó a hacer más comedia: aparte de los filmes con Daniel Sánchez Arévalo realizó Tres bodas de más (2013) y Anacleto: agente secreto (2015), ambas dirigidas por Javier Ruiz Caldera, ¿Quién mató a Bambi? (2013) de Santi Amodeo y la comedia romántica Sexo fácil y películas tristes (2014) de Alejo Flah.
La versatilidad de Quim Gutiérrez le ha llevado a compaginar drama y comedia durante todos estos años. Después del filme de José Luis Garci anteriormente comentado llegaron algunos otros: la mini-serie El precio de la libertad (rodada para TVE en 2011 y estrenada hace poco tiempo) que versaba sobre el terrorismo de ETA; Todo es silencio (2012) dirigida por José Luis Cuerda en la que se hablaba del tráfico de drogas en Galicia durante la década de los 70; Los últimos días (2013) de los hermanos Álex Pastor y David Pastor donde se planteaba un futuro postapocalíptico ambientado en Barcelona y protagonizado por Gutiérrez junto a José Coronado; la miniserie El padre de Caín (2016) basada también en un suceso de los años 80 relacionado con ETA; la serie El accidente (2017) donde compartía protagonismo con Inma Cuesta o La niebla y la doncella (Andrés M.Kopell, 2017) con Verónica Echegui.
Todos ellos son algunos ejemplos que demuestran cómo Quim Gutierrez ha sabido mantener un posible equilibrio entre papeles más desenfadados con otros más serios o comprometidos.
El galán de la sonrisa (im)perfecta
Con aspecto de galán, modelo y con un físico marcado por la bella imperfección de su sonrisa no es que Quim Gutiérrez cuente en su filmografía con papeles donde tenga que ejercer un rol parecido a su figura de chico atractivo (aunque la aproveche de manera profesional) sino que las personalidades de sus personajes, sobretodo en comedia, tienden más a otros registros con algo de más profundidad (o personalidad) dramática, caricaturesca o reprimida. Esa es una de las diferencias que le separan de otros de los actores de su generación que igual tienden más a escoger papeles a su medida, sin arriesgarse y sin tener que construir personajes demasiado complicados.
También hay que tener en cuenta que muchos de los actores no tienen, tristemente, la opción de elegir qué trabajos hacer y qué no. Otros sí y quizá esa sea la causa de que, en los últimos años, no hayamos visto demasiadas veces a Quim Gutiérrez en la gran pantalla. Quizá por falta de papeles sugerentes, quizá por miedo al encasillamiento. Quién sabe.
Lo importante es que el nombre de Quim Gutiérrez vuelve a sonar con fuerza gracias a que Dani de la Orden le dio uno de los papeles protagonistas de su nueva película, Litus.
Litus
Después de una serie de trabajos menos personales e independientes se podría decir que Quim Gutierrez vuelve un poco a sus orígenes, a ese registro de Azuloscurocasinegro o incluso el de Sexo fácil, películas tristes (Alejo Flah, 2014). Es decir, a películas que no giran demasiado por el sendero de lo mainstream, de lo comercial y que demuestran tener un sello propio, una personalidad o, por lo menos, un intento de ello.
Por este motivo, no desentona Litus dentro de la filmografía de Quim Gutiérrez y dentro de los papeles que ha estado desarrollando a lo largo de los años. En el filme de Dani de la Orden se produce el reencuentro de una serie de amigos después de la muerte, meses atrás, de uno de los miembros del grupo (Litus). Toni (Quim Gutiérrez) es el encargado de llevar a cabo esta reunión. No cabe duda de que en esta película Gutiérrez ha dejado una de sus mejores interpretaciones, hemos visto la película y lo hemos podido confirmar.
Próximos proyectos
Además del estreno de Litus Quim Gutiérrez tiene pendiente de estrenar algunas películas: Ventajas de viajar en tren de Aritz Moreno que tendrá su presentación en el próximo Festival de Sitges; Te quiero, imbécil de Laura Maña pendiente de estreno en enero de 2020; la serie El vecino para Netflix donde por primera vez se adentrará en el género fantástico casi de superhéroes o la película Jungle Cruise de Jaume Collet-Serra que ha rodado en Hollywood y que está ambientada en una atracción de Disneylandia.
Ha estado algo ausente durante estos dos últimos años pero todo parece indicar que estos próximos meses, y el año que viene, eso va a cambiar en la carrera de Quim Gutiérrez y para muestra de ello están todos los proyectos que hemos mencionado. Pero, por lo pronto, no os podéis perder Litus, que se estrena este viernes 13 de septiembre.
Javier Valera
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