La que es la serie de habla no inglesa más vista en Netflix vuelve a la carga con una nueva entrega. La Casa de Papel estrena su tercera temporada el 19 de Julio, y como podéis adivinar la espera nos está matando. Ahora bajo el amparo del éxito y la ayuda del gigante rojo busca explorar nuevas vías.

Un nuevo atraco

Tras el visionado del primer episodio y aunque los spoilers estén prohibidos, sus creadores nos dieron unos datos de lo más relevantes. Para Alex Pina, showrunner de la serie, y Javier Gómez Santander, coordinador de guion, reabrir la historia fue una cuestión difícil de meditar. «Tuvimos muchas dudas. Surgió como una serie cerrada. Habían salido de la boca del lobo y teníamos que encontrar una manera de volverles a meter. Por ello, el único motor para desarrollar una nueva entrega tenía que ser el factor emocional. El dinero ya lo habían conseguido antes. No queríamos repetir el robo material y defraudar al espectador”. Es en este punto cuando entra en juego el desencadenante de la temporada, la detención de Río, que como se puede ver en el tráiler, no parece pacífica.

En términos de producción, La Casa de Papel ha superado enormemente las cifras de anteriores entregas, aumentando en hasta un 30%. Asimismo, han aumentado sus jornadas de grabación en un 80%, pasando de 13 jornadas de rodaje a 22 por episodio. Las consecuencias de este aumento vienen derivadas en cierto modo por el rotundo éxito que la serie ha supuesto para la plataforma de streaming.

Identidad latina

A raíz de este éxito es importante hablar de su identidad. Sus creadores tienen la certeza de que la serie es una reivindicación de la producción televisiva hispanohablante. «Hubo muchas voces durante el proceso creativo, pero finalmente optamos por lo que habíamos hecho anteriormente. La Casa de Papel tiene una voz hispana y eso forma parte de su identidad, sobre todo cuando el género que trata se suele asociar más a lo anglosajón. La marca España es importante”.

Aunque esta nueva temporada cuenta con su reparto habitual: Úrsula Corberó (Tokyo), Álvaro Morte (el profesor), Miguel Herrán (Río) Alba Flores (Nairobi) etc., se unen nuevas voces a un casting cada vez más sobresaliente. Entre las nuevas incorporaciones destaca Rodrigo de la Serna (Yucatán), Hovik Keuchkerian (Toro) o Luka Peros (El fotógrafo de Mauthausen). Pina y Gómez Santander aseguran que la incorporación de estos personajes es orgánica y nada forzada. «Los nuevos personajes funcionan como si hubieran estado siempre ahí. Generan extrañeza pero a la vez respeto. Además aportan nuevas perspectivas muy interesantes de cara al futuro. Hay 700 millones de hispanohablantes y eso hay que defenderlo, por ello hemos optado por una mayor diversidad latina”.

Cambio de aires

Con esta nueva temporada, llegan también cambios. Una identidad hispana o una renovación de la música son algunas de las novedades que promete. Sus creadores son muy conscientes de la relevancia del proyecto. “La Casa de Papel es importante para Netflix por muchas razones. No solo por sus cifras sino también por su iconografía pop y comic, su fandom o incluso ese término de identidad emocional característico. Nos gusta especialmente ese carácter hiperbolizado presente en gran parte de la trama”.

Una cosa que todavía no sabemos es si la serie ha vuelto para quedarse. ¿Nuevos atracos, nuevos peligros? Alex y Javier tienen las cosas claras. “El primer proyecto de este estilo que llevamos a cabo fue Vis a Vis, y la Casa de Papel va por ahí. Son series más cortas en las que tenemos claro su cierre. No son de esas historias que se alargan durante 100 episodios. El relato avanza ágil y rápidamente. No vamos a traicionar nunca al espectador. Lo vamos a contar todo con la menor cantidad de episodios posibles”.

Aunque la espera se nos pueda hacer pesada, siempre podemos maratonear sus anteriores entregas para calentar motores. Únicamente tenemos una cosa clara. Se va a liar pardísima.

Alonso Muñoz