HERIDAS: NO HAY NADA COMO EL AMOR DE UNA MADRE

Jorge Gutiérrez Leguina 17 abril, 2022

Tras el estreno en Netflix de la quinta temporada de Élite hace apenas una semana, Atresmedia estrena este domingo 17 de Abril Heridas, una serie que, a pesar de contar con una menor campaña publicitaria que Élite, puede conseguir fidelizar a gran parte del público de Atresplayer. Digamos que no es una serie que dé un gran salto de calidad respecto al nivel habitual de las series televisivas, pero lo cierto es que su fórmula funciona a la perfección.

Heridas nos presenta a Manuela (Ugarte), una joven que vive sola en una cabaña donde estudia los humedales andaluces. A los 28 años, su vida gira en torno a contemplar las aves. A pocos kilómetros vive totalmente desatendida Alba (Cosette Silguero), una niña de siete años cuya madre, Yolanda (María León), trabaja de noche como pole dancer y duerme de día. El día en el que Manuela encuentra a la pequeña Alba, comenzarán un viaje que obligará a Manuela a enfrentarse a los demonios de su pasado y a cuestionarse los pilares de su vida.

EL DOLOR REFLEJADO EN LOS OJOS DE UNA NIÑA

Alba, la niña sobre la que la trama gira, es la encargada de dotar a Heridas de ese halo de ternura y de compasión que la caracterizan. Y la verdad es que lo hace bien. Cosette Silguero apunta maneras con una interpretación en la que, a pesar de su corta edad, entiende a la perfección lo que le pide su papel. Y es en eso, precisamente, en lo que consiste su trabajo. Más allá de la extraordinaria labor de Silguero, la antagonista de esta niña tiene también mucha culpa (en el buen sentido) de que Alba sea percibida por el espectador como una niña indefensa, tierna y emotiva. El papel de mala de esta historia lo encarna María León, que interpreta a una madre cruel y descarnada. El duelo interpretativo entre Silguero y León es maravilloso, tanto que es imposible entender el papel de una sin la otra.

Más allá de las interpretaciones de madre e hija, es interesante que la serie nos muestre todo lo que sucede desde los ojos de una niña pequeña, ya que es algo a lo que no estamos muy acostumbrados. En los últimos tiempos vemos series que enfocan la realidad desde un punto adolescente o adulto, pero es imposible entender el comportamiento de una persona adulta sin comenzar antes por comprender su infancia, por lo que el valor de Heridas al acercarse a la visión de una niña es inmenso. El dolor en los ojos de Alba es creíble y es real. Chapeau por ello.

LA ESPERANZA LLAMA A LA PUERTA

Toda persona que se encuentra en un mal momento necesita a un referente que le guíe en el difícil camino que debe recorrer. Algunos se agarran a una religión, otros a un ídolo de masas, mientras que, en alguna ocasión, ese referente aparece en tu vida por arte de magia. Sin saberlo ni pensarlo, pero aparece. Esa esperanza que llama a la puerta de Alba se llama Manuela, y es un personaje interpretado por Adriana Ugarte, actriz que nunca defrauda. Tampoco lo hace aquí.

La forma en la que Manuela es representada en la serie facilita que sea vista como la salvación que Alba necesita, ya que Manuela da la sensación de ser una persona autosuficiente y valiente, que no necesita a nadie para ser feliz. Más bien, es ella la que procura la felicidad de los demás. Así son las buenas personas, las que te sacan de un mal momento. Buena parte del éxito de la caracterización de este personaje lo tiene también el guion y la propia dirección, ya que todo se presta a que Manuela sea percibida como la gran oportunidad de Manuela para ser feliz.

CUANDO NO TIENES UN AS BAJO TU MANGA…

Las series son largas. En ocasiones, demasiado largas. Nunca se debe hacer una serie sobre un tema que fácilmente puedas contar en una película y que, para convertirlo en una serie, debas crear capítulos de relleno sin ninguna trascendencia. Todo debe estar bien motivado, y todo debe tener un sentido obvio. Todavía no hemos podido ver todos los capítulos de Heridas, pero el primero de ellos resuelve gran parte de la trama. Da la sensación de que va a ser difícil que el nivel de la serie no decaiga, ya que parece haber revelado demasiadas cosas en su primer capítulo. Es cierto que las mejores series siempre sorprenden, pero me atrevería a decir que Heridas no cuenta con un as bajo su manga lo suficientemente impactante como para lograr que su nivel se mantenga hasta el octavo capítulo. Tan importante como empezar bien, es que los capítulos no sean una simple continuación del primero, sino que cada uno de ellos, de forma independiente, justifique la atención del espectador y el dinero invertido. Veremos si Heridas es capaz de conseguirlo.

LA IMPORTANCIA DE FIDELIZAR ESPECTADORES

Heridas es una serie que podemos englobar dentro del contenido al que nos tiene acostumbrados Atresplayer. Duelos interpretativos, misterios sin resolver, personajes empáticos y una dirección centrada en conseguir que el espectador no aparte la mirada de la televisión. El objetivo principal del director o directora en este tipo de series es dar una continuidad que impida que, en algún momento, cojas el mando y cambies de canal. Es algo que los creadores no pueden permitirse. Es por ello que, prescindiendo de conversaciones y de un tempo que podría hacer a muchas series alcanzar la genialidad, se apuesta por un formato más comercial que atraiga a todo tipo de espectadores. Esto también sucede en Heridas. Es algo entendible. A pesar de ello, da la sensación de que Heridas es una apuesta que busca fidelizar a los seguidores de Atresplayer. Se complementa a la perfección con la cartelera habitual de la cadena y ofrece a su público lo que pide. ¿Qué más se puede pedir?