El director valenciano Vicente Villanueva se encuentra a punto de estrenar su nueva película, Sevillanas de Brooklyn. Con una amplia trayectoria en el formato del cortometraje, esta película se convierte en la cuarta película del director, quien nos recibe para explicarnos con detalle su experiencia respecto tras las cámaras en esta comedia americano-andaluza. Lo encontramos montando su nueva película a estrenar en 2022, El juego de las llaves, y nos responde sobre su visión de la película a punto de estrenarse, las expectativas con respecto a esta y el trabajo acumulado detrás de muchas horas de rodaje.

Muy pronto el director se nos revela contento con respecto al producto final y nos cuenta cómo desde un primer momento quedó enamorado de un guion que hablaba por sí solo. El choque entre la cultura andaluza y la americana pronto le dejó cautivado y fue una de las razones que más peso sostiene en la conversación, especialmente para una comedia que, según él, «no se levanta sobre los chistes constantes, sino sobre un libreto que habla por sí solo y que no necesita de más presentación». Ese contraste entre dos mundos y la simpatía que desprende la película es algo que le cautivó desde el principio.

Preguntado por sus actores y los personajes que encarnan, Vicente Villanueva está contento por un trabajo coral que permitió no sólo a actores profesionales participar de toda la grabación de la película, sino también dar cabida a actores amateur como el personaje del hijo pequeño. Según nos cuenta, «todos los personajes hablan por sí solos y los actores que los encarnan sólo tuvieron que confiar en el guion y trabajar en su propia parcela». Al fin y al cabo, remarca que le gusta poner atención sobre el trabajo de los actores, pero que todo fue solo. Añade que, aunque la historia de fondo es la historia de amor entre Ana (Carolina Yuste) y Ariel (Sergio Momo), la verdadera protagonista de toda la película es la madre, Carmen (Estefanía de los Santos), a quien no duda en describir como una Lola Flores pasada por el filtro del cine italiano.

No es casual este punto, puesto que se detiene en añadirle capas a una comedia que comprende más de una lectura. Si bien no oculta las raíces italianas en las que se inspiró para construir el personaje principal, nos subraya también la capacidad de esta película para concatenar muchas películas dentro de una sola. A modo de ejemplo, y para los espectadores que se acerquen a las salas para ver la película, el director recuerda la escena del piso en un momento de la película como un vodevil, dando ejemplo de las múltiples películas dentro de una sola. Al fin y al cabo, el director sostiene que está «todo hecho desde la verdad en el intento de crear una comedia clásica imperecedera para la que el tiempo no pase, como los clásicos».

Casualmente, el día anterior a nuestra entrevista con el director se celebró el preestreno de Sevillanas de Brooklyn, que fue un éxito, y el ánimo de la sala, dice Vicente Villanueva, sirvió para marcar distancia con respecto a su propia película. Momentos tan mascados y trabajados para ellos de repente cobraron nueva vida ante las risas del público. Preguntado con respecto a momentos cómicos que pudieran llegar a ser interpretados de estereotipos racistas, el director es claro: «La película cae tan simpática que es imposible odiarla».

¿Y qué espera el cineasta del cine en un futuro a corto plazo? A los efectos de la pandemia sobre las salas del cine o el auge de las plataformas, no sabe responder, pero sí añade un dato esperanzador: «Se está creando ficción como nunca». Quizá esta sea la gran frase reparadora de este diálogo ya que abre, a su vez, una puerta de esperanza a la ficción por venir que promete cintas tan interesantes como estas Sevillanas de Brooklyn que pronto copará las salas. Si todavía tenéis dudas os dejamos estas cinco razones para no perderos una de las comedias patrias del año.

Javier Alpáñez