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David Production y el éxito del anime Fire Force destacada - el palomitron
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FIRE FORCE: MOLDEANDO LA LLAMA

La industria de la animación nipona funciona como una enorme maquinaria que no entiende de tiempos ociosos, de respiros. La cantidad de producciones que ven la luz a lo largo del año es abundante y, pese a los más que manifiestos síntomas de que hay aspectos que deben cambiar en el entorno laboral de dicha industria, éstos parecen no ser suficientes para ser primer punto del día. Porque mientras, la máquina sigue rindiendo, y aunque cada vez parece estar más desgastada, continúa generando cantidades ingentes de capital. Si en la temporada de primavera podíamos encontrar más de una decena de producciones a las que valía la pena seguir la pista, la temporada de verano se presentaba cuanto menos prometedora con estrenos como Dr. Stone, Vinland Saga, Kanata no Astra, Araburu Kisetsu no Otome-domo yo, Given o Fire Force. Concretamente, este último llamaba especialmente la atención por ser la adaptación del actual manga de Atsushi Ohkubo, creador de Soul Eater, y por todo su contenido promocional, uno que invitaba a creer que David Production tenía entre manos un producto muy superior a la media de este tipo de producciones.

Cambio en el plan inicial y buena gestión

Tras su estreno el pasado 5 de julio y con dos entregas ya disponibles, el anime de Fire Force es la prueba de que todo aquel espectáculo visual previo no era un engaño. David Production se ha sumado a la lista de estudios que elevan y mejoran el material original —algo similar a lo que está haciendo Ufotable con Kimetsu no Yaiba—. Con una programación —ya confirmada— de 48 capítulos, cuesta imaginar que lo que se ha visto en estos primeros compases de la serie pueda, como mínimo, mantenerse en el medio y largo plazo. Pero, tal y como indican desde Sakuga Blogmedio de gran calidad especializado en el análisis de la animación japonesa— el conjunto de una serie de factores ha traído consigo la eficiencia y el talento creativo capaces de hacer que la calidad de Fire Force sea sostenible en el tiempo. Que el polivalente fuego de Ohkubo brille con la intensidad que merece.          

David Production y el éxito del anime Fire Force Shinra - el palomitron

Aunque nunca llegó a hacerse público, en realidad la producción a cargo de David Production estaba programada para estrenarse en la temporada de primavera de 2019. Esa es la principal razón por la que el primer material promocional salió hace tan solo seis meses aproximadamente; pero también es el motivo que ha dado ciertas alas, cierto respiro a un equipo capaz de mantener el nivel de calidad a lo largo de las entregas. La intención es convertir los momentos de sakuga en un hábito, alejarse de la concepción de que su presencia en pantalla se vea relegada a momentos fugaces. Es común ver cómo multitud de producciones animadas comienzan con fuerza pero, posteriormente, su calidad en el apartado técnico mengua. Y la causa de que esto sea algo común es la presión de los horarios, de disponer de un escasísimo margen de maniobra. Las deadlines se convierten en una soga que aprieta el talento creativo, pero con un buen horario y una buena gestión es más fácil que dicho talento fluya y se deje palpar. El retraso de Fire Force era lo mejor que le podía ocurrir a la adaptación, pues ahora el staff implicado cuenta con ese valioso tiempo, ese preciado margen que permite marcar la diferencia en un mercado fuertemente saturado

Éxodo en Shaft: Yuuki Yase como guía    

Disponer de más tiempo y tener una eficiente gestión son, sin duda, dos factores cruciales para determinar el rumbo del nuevo trabajo de David Production. Sin embargo, sería un grave error pasar por alto la importancia que juega aquí el estudio Shaft; o, mejor dicho, la fuga de talento del estudio nipón. El staff de Fire Force está compuesto por multitud de trabajadores que tiempo atrás formaban parte de Shaft y dejaron la compañía. Una situación agravante para el estudio detrás de la franquicia Monogatari que, lejos de encontrar un punto de reversión, parece que su destino más próximo pasa por seguir sufriendo en silencio un éxodo de talento creativo de valor incalculable

La elección de Yuuki Yase (Mekakucity Actors, Zaregoto) como director de la serie puede haber traído consigo el pensamiento —algo erróneo— de que es la razón principal que explica la congregación de talento proveniente de Shaft en Fire Force. Cuando, en realidad, David Production lleva contratando a exempleados de Shaft desde hace varios años tanto en puestos creativos como de administración. Sea como fuere, lo que sí es innegable es que la influencia de Yuuki Yase como máximo representante del proyecto y su particular visión del medio fueron un dulce muy goloso al que era complicado ignorar.

David Production y el éxito del anime Fire Force Arthur - el palomitron

Yuuki Yase llevaba en Shaft desde 2010 y prácticamente no había realizado ningún otro trabajo fuera del estudio. Bajo la sombra de otros directores que sí lograron un impacto mediático mucho mayor como Tomoyuki Itamura o Yukihiro Miyamoto, con Monogatari y Puella Magi Madoka Magica respectivamente, Yase tiene en estos momentos la oportunidad de dar el salto mediático. Un proyecto con renombre y un equipo que rebosa calidad le sitúan ante un punto de inflexión en su carrera. Porque ahora tiene la posibilidad de demostrar el potencial que tiene como creador y el potencial que puede adquirir como director. 

La aglomeración de extinto talento de Shaft en torno a Yase se materializa a través de importantes figuras como la de Hideyuki Morioka, director de animación y encargado del diseño de personajes en Fire Force. Morioka ha trabajado regularmente para Shaft durante más de una década, aunque verle trabajar en proyectos de otros estudios no era algo extraño. Con experiencia previa en series como D.Gray-man, Zoku Sayonara Zetsubou Sensei o Kizumonogatari, Morioka se postula como uno de los rostros más visibles de Fire Force. Morioka comparte en esta ocasión tareas de supervisión de la animación con Yoshio Kozakai, otro peso pesado dentro de la franquicia Monogatari que ya trabajó mano a mano con Hideyuki en la trilogía Kizumonogatari. Una dupla de directores de animación con una sólida trayectoria detrás bajo el amparo de Shaft que busca nuevos retos bajo el mandato general de Yuuki Yase. Pero no solo hay que poblar de talento la zona de los altos mandos, también debe figurar —y figura— en los principales animadores del equipo. Nombres como los de Hiroyuki Ohkaji, Riki Matsuura o Kazuhiro Miwa también dejaron su respectiva impronta en Shaft y ahora lo harán en la adaptación de la obra de Ohkubo. 

La visión de Yuuki Yase

No es casualidad que todos los artistas mencionados a lo largo del texto hayan participado en mayor o menor grado en trabajos de Shaft. Existe una tendencia clara, un éxodo del talento muy pronunciado que se debe principalmente a un escenario empresarial de mala gestión en la producción que termina afectando al grueso del trabajo creativo. Reportes internos de los propios trabajadores aseguran esta gestión ineficiente, cuyos efectos inmediatos se traducen en la demora absurda de proyectos o en una celeridad que facilita la producción de errores y rebaja el estándar de calidad. El entorno de Shaft ha actuado como un agente limitador para sus trabajadores, con independencia del nivel de talento inherente. Algo que, por el contrario, no parece estar en el entorno de David Production. 

David Production y el éxito del anime Fire Force grupo - el palomitron

El material promocional de Fire Force lanzado meses atrás sorprendía por una increíble animación fluida y dinámica; un diseño de personajes excelente y un trabajo en la recreación de fondos impecable; un auténtico caramelo en lo visual. Cualquier duda que pudiese existir se esfuma tras el visionado de un primer capítulo que te absorbe por su músculo técnico, y de una segunda entrega que lo hace por su dirección, por decisiones que se alejan de la mera imitación del contenido original. Acciones donde se nota la mano de su director, Yuuki Yase, y que buscan ahondar en una faceta más introspectiva; jugar con los elementos y herramientas que proporciona el medio audiovisual para potenciar la fuerza del material original. No sabemos si Yase y su equipo lograrán mantener el tipo durante la cuantiosa cifra de 48 episodios que tendrá la producción; casi medio centenar de capítulos divididos en cuatro partes que coparán la cartelera televisiva nipona durante más de un año. Pero, teniendo en cuenta los entresijos del proyecto de David Production creo que es fácil creer en ello. Porque Fire Force es el claro ejemplo de que, a veces, un cambio en los planes iniciales —como puede ser un retraso— es lo mejor que puede ocurrir. Esperemos que la libertad creativa ganada por los extrabajadores de Shaft no entre en combustión con motivo del contenido fanservice de Atsushi Ohkubo.  

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Edu Allepuz  

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Intento de muchas cosas y una de las piezas que hacen funcionar la sección manganime. Ávido lector de manga, enamorado de la tinta y de la tragedia de Sui Ishida. Firme defensor de la industria como arte y la abolición de estúpidas etiquetas.