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DOCTOR SUEÑO

LOS ANTECEDENTES

Después de casi cuarenta años sin recibir visita alguna, el Hotel Overlook vuelve a brillar. O mejor dicho: vuelve a resplandecer. Y es que parece que este año está siendo el predilecto en cuanto a adaptaciones cinematográficas de novelas de Stephen KingCementerio de AnimalesIt Capítulo 2En la Hierba Alta son algunos ejemplos de este fenómeno en el que el escritor de terror se agencia de la forma de una especie de Dios al que todo el mundo necesita adorar mediante unos rezos llamados «recreación». Pese al miedo a profanar la obra maestra de Stanley Kubrick, era cuestión de tiempo que alguien decidiera hacer una película sobre Doctor Sueño, la controvertida ¿secuela? de El Resplandor. Finalmente ese «alguien» ha adquirido la forma de Mike Flanagan, a quien ya vimos manejarse por terrenos fantásticos en la alabada serie La Maldición de Hill House y que, de perdidos al río, ha tomado las riendas de esta adaptación del maestro literario. Doctor Sueño se estrena hoy en múltiples salas de cine y promete, dentro de lo que cabe, remover los secretos enterrados en el viejo Hotel Overlook, por lo que aquí os dejamos nuestra crítica sobre la nueva cinta de terror sobrenatural.

LA PELÍCULA

Considerar Doctor Sueño como una verdadera secuela de El Resplandor, más allá de las superficiales connotaciones que tenga dicha categorización y eludiendo su definición al uso, es un acto que deberíamos señalar todos como pecado capital. ¿Hasta qué punto es legítimo considerar una obra como la continuación de otra cuando, en realidad, es tan independiente en su esencia que casi nos chirría todo lo que tenga que ver con referencias a lo ya ocurrido en un pasado? ¿Cómo debemos calificar algo que se sustenta en sí misma y que no requiere de su «precuela» para generar sentido sobre lo que ocurre? ¿Acaso Doctor Sueño no hubiese funcionado muchísimo mejor como trama alejada de todo lo que fue El Resplandor en vez de empeñarse en volver la vista atrás hacia algo completamente fútil para su propia construcción? La sombra de aquella cinta que en 1980 revolucionó el panorama fantástico juega un papel que casi podríamos considerar tóxico para el filme de Flanagan: como si de un ente eterno y etéreo se tratara, la película de Kubrick imposibilita en cierta forma que Doctor Sueño pueda exponer su verdadero potencial y crea unos muros a su alrededor que obstaculizan el ascenso de una energía positiva más que obvia.

Con todo esto resulta imposible no poner sobre la mesa el mayor dilema de este producto audiovisual: ¿es Doctor Sueño una buena y firme película de género fantástico o, por el contrario, es una mala secuela de El Resplandor? ¿Debemos separar la obra de su elogiado antecedente? ¿O quizás se sitúa en un limbo entre ambos opuestos? Objetivamente hablando, Doctor Sueño opone nula resistencia a la hora de distanciarse de su predecesora, cosa que complica la acción de reconocerla como algo individual y no ligado a lo lejano. Sin embargo, también nos es difícil no vislumbrar los mecanismos que hacen de esta cinta una muy disfrutable experiencia que parece sacada de Stranger Things mezclada con antagonistas que se alimentan a base de una especie de narcisismo caníbal mágico. La originalidad se encuentra ahí, de la misma forma que lo hacen unos buenos cimientos sobre los que sostener su propio peso como filme fantástico por encima de la media. ¿Debemos pasar por alto, entonces, los frívolos murmullos de una historia anterior materializados en puro fanservice?

Doctor sueño El PalomitrónELLOS Y ELLAS

Son muchos los aspectos a revindicar de Doctor Sueño. No obstante, las interpretaciones no son uno de ellos. Ewan McGregor se encarga en esta ocasión de dar vida a Danny Torrance años después de los sucesos acontecidos en el Hotel Overlook, y es esta actuación la única que, posiblemente, destaque un poco por encima del resto. Más allá de McGregor, y situadas ambas en un espacio carente de personalidad y con nada de riesgo en su naturaleza interna, Kyliegh Curran Rebecca Ferguson son víctimas de unos arcos de personaje insalvables que, pese a generar momentos destacables, acaban por quedarse en lo que podríamos llamar «la habitación de la mediocridad». Una verdadera pena que hubiese encontrado su remedio en un guion mejor construido.

LA SORPRESA

Lo bien que funciona la película cuando se aleja de El Resplandor. Es algo que da para hablar largo y tendido pero que podemos resumir en una sola afirmación: si Doctor Sueño (en tanto que película y no como novela) hubiese ignorado todos los ecos de su predecesora, podría haberse posicionado como uno de los mejores filmes de género fantástico del año.

Doctor sueño El PalomitrónLA SECUENCIA / EL MOMENTO

Nos permitiremos hacer un poco de trampas en este apartado y destacar, no solo uno, sino todos los encuentros metafísicos entre Abra Stone y Rose the Hat: un ejercicio de cómo ha de ser lo fantástico en el séptimo arte que eleva a Flanagan hasta el Olimpo del género.

TE GUSTARÁ SI…

Evitas en todo momento compararla con su predecesora de 1980. De hecho, recomendamos visionarla como una película independiente porque funciona y se sustenta perfectamente sobre sí misma pese a la obstinación de querer relacionarla en todo momento con El Resplandor.

LO MEJOR

  • Una trama que opta por una variante más mágica que la que vimos originalmente en El Replandor.
  • Mike Flanagan: un director que conoce los mecanismos del género fantástico como si fueran la palma de su mano y que sabe qué hacer en cada momento.
  • El nostálgico (aunque para nada necesario) reencuentro con el universo creado por Kubrick.

LO PEOR

  • El cambio de actores y actrices para interpretar a personajes ya conocidos. Hemos visto a Robert Downey Jr o Will  Smith ser rejuvenecidos gracias al CGI. ¿Por qué no hacerlo también con Jack Nicholson?
  • La sobreexplicación de aspectos de El Resplandor cuyo encanto residía precisamente en la confusión.
  • Un final demasiado forzado que no se puede describir de otra forma que no sea puro fanservice.

Martí Farrés


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Estudiante de Comunicación Audiovisual. Tengo una ligera obsesión con los musicales y a veces fantaseo con vivir en algunos de mis favoritos. De pequeño me daba pánico Chucky y, sorpresas de la vida, ahora es uno de mis mayores referentes cinematográficos.