El pasado mes de octubre la segunda temporada de Boku no Hero Academia llegó a su fin ofreciendo un cierre que aventuraba algo mayor, algo mucho más grande. El campamento de verano estaba a la vuelta de la esquina y, tal vez, podría suponer un período de relativa paz y tranquilidad. Sin embargo, la convicción y firmeza de Tomura Shigaraki en pos de erradicar al símbolo de la paz avivó la llama de la tensión.
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La tercera temporada de Boku no Hero Academia está contando con una labor de dirección envidiable en cuanto a ritmo y manejo de los tiempos se refiere. A pesar de unos primeros capítulos casi de presentación, la mediática serie de héroes y villanos pisó el acelerador con tacto y estrategia, ofreciendo cada semana una nueva entrega sobresaliente tanto a nivel técnico como de ejecución. La acción pareció llegar al clímax en el enfrentamiento de Deku contra Muscular, pero los miembros restantes del Escuadrón de Vanguardia de la Liga de Villanos siguen azotando a los jóvenes aspirantes a héroe desde distintos focos del escenario, aunque cada vez el terreno es menor. ¿Cumplirán con su objetivo tras la última batalla que se postuló en el episodio anterior?
Situación de emergencia crítica
Lanzados como si se tratara de una bala de cañón, Deku, Todoroki y Shoji alcanzan la posición de sus enemigos y aterrizan en suelo firme. Un descenso que significa el comienzo de un nuevo asalto, una nueva ronda contra el grupo de los villanos al encontrarse con parte de ellos. Seguimos bajo los mismos compases que marcó el final del capítulo de la semana pasada, y para incrementar todavía más la tensión la dirección apuesta por contarnos qué sucede con algunos de los héroes restantes que todavía quedan en pie. Héroes que permanecen en las clases «a salvo» de todo. Una situación que se diluye bastante rápido tras la victoria de Erased Head contra un nuevo clon de Dabi. Una victoria que otorga, en cierto modo, un mayor grado de convicción por parte de todos los héroes restantes hacia la situación, y a su vez nos dirige de nuevo al foco principal de la acción: la salvación de Bakugo y Tokoyami.
Se abre de nuevo el telón para la batalla. En esta ocasión el enfrentamiento corre a cargo de Deku, Todoroki y Shoji VS Mr. Compress, Toga y Dabi —entre otros—. Un enfrentamiento donde se acompasan nuevos golpes, unos golpes cuyo poder reside en la convicción de una posible salvación. Los villanos no dudan en hacerse con la victoria, mientras que los héroes no solo deberán vencerles a ellos sino a su propia resistencia física y mental. El fino hilo que separa la victoria de la derrota parece haberse roto, y tras una coreografía de golpes donde BONES vuelve a destacar, parece que ya hay un claro vencedor. La suerte se tinta de oscuro y la magia juega a favor de la mano equivocada. Gracias al poder de Mr. Compress y la distracción que suponen Toga y Dabi, los héroes pierden su verdadero objetivo. Logran rescatar a Tokoyami, pero Bakugo parece ser la moneda de cambio que da por concluido el campamento de verano. Una moneda cuyo valor marca una gran pérdida para la U.A. y suma un éxito en el marcador de los villanos.
Derrota
El portal de Kurogiri ejerce como punto de salida del Escuadrón de Vanguardia del campamento. Objetivo conseguido. Los villanos han vencido y la U.A. ha quedado desprovista de uno de sus alumnos más destacados: Katsuki Bakugo. ¿Por qué le querrán a él? ¿Quieren a un miembro nuevo en su escuadrón? Todavía quedan muchas dudas que despejar, pero lo que está totalmente claro es la derrota de los héroes, una derrota que puede detonar una nueva guerra. El campamento de verano que tanto esperaban había concluido de la peor forma posible, pero tal y como se recoge en la historia de los héroes una derrota siempre marca un nuevo paso, una nueva meta.
Es hora de contraatacar
La segunda parte del episodio de esta semana se centra en mostrar al espectador los efectos de la derrota. Los lamentos por parte de los alumnos de la U.A. —especialmente Deku— por no haber logrado salvar a su compañero ponen de manifiesto el lado más humano de los aspirantes a héroe. Esto también se puede extrapolar a los héroes profesionales y profesores de la prestigiosa academia de héroes. La incertidumbre y la frustración impregnan el ambiente haciendo mella en la convicción y confianza del gremio. Acusaciones y dudas que deben cesar para dar el siguiente paso, para recomponerse y asestar el siguiente golpe. Un contraataque liderado por el mismísimo símbolo de la paz, All Might.
El secuestro de Katsuki Bakugo no solo supone un duro golpe dentro de las filas del bando de los héroes. El Escuadrón de Vanguardia de la Liga de Villanos ha actuado de forma estratégica e inteligente para lograr su auténtico objetivo: mermar el simbolismo de All Might dentro de la sociedad. Una sociedad que comienza a tener miedo, a dudar del auténtico poder de los héroes e incluso a sentirse insegura. Los movimientos de Shigaraki poco tienen que ver con aquellos de la primera temporada. En pocos meses, aquel grupo clandestino compuesto por escasos integrantes se ha convertido en toda una fuerza de ataque capaz de copar toda la atención de los medios y permear en el día a día de los ciudadanos. Una progresión coherente desde que su líder, Shigaraki, dejara de ser un joven sin ambición alguna y se convirtiera en un estandarte. Un individuo con un firme propósito, un villano que poco a poco comienza a ser un auténtico líder. Boku no Hero Academia ofrece una tregua temporal, un periodo de preparación hasta el próximo movimiento. El contraataque de los héroes.
Marisol Navarro
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