CRÍTICA DE BOKU NO HERO ACADEMIA 3X13
Boku no Hero Academia ha llegado al ecuador de la temporada. Un ecuador marcado por un cambio de dirección, incluso de registro. Los héroes han perdido el que para ellos y para toda la sociedad era el Símbolo de la Paz, un hecho que no solo ha afectado moralmente sino que ha calado por completo en todas y cada una de las personas. Aquella figura que antaño podía lidiar con cualquier mal ha desaparecido, se ha convertido en un saco de huesos. Pero no por ello la U.A. va a retirarse de la batalla.
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Dicen que cuando te caes debes levantarte de nuevo, debes volver a alzar el vuelo. Y ese objetivo es el que van a intentar —y posiblemente— conseguir los héroes con mucho más esfuerzo y tesón que nunca. No pueden dejarse vencer y menos con un símbolo del mal cada vez más consolidado y con unos ideales más firmes. Toca demostrar de nuevo a la sociedad que no está sola, All Might no les ha abandonado y serán los héroes —profesionales y estudiantes— quienes demostrarán que el Símbolo de la Paz todavía permanece entre ellos. Su llama todavía no se ha apagado.
Un nuevo hogar
Tras reunirse los profesores con los padres de todos los alumnos de la U.A. y pedir permiso para su traslado de forma interna a la institución se abre un nuevo camino. El principal está marcado por el joven Midoriya, quien ilusionado y emocionado a partes iguales tiene la aprobación final de su madre para poder ir junto a su compañeros y profesores. Una decisión que vivimos en cuerpo y alma en el anterior episodio y supuso uno de los momentos más emotivos de la temporada e incluso de la obra en general. Una postura donde el héroe pedía al alumno ir junto a él y no del revés, una postura donde el papel de una madre y la preocupación por la vida de su hijo pendían de un hilo sostenido por la propia justicia de la sociedad.
El director de la U.A. tiene claro el objetivo pero por el momento no puede correr un tupido velo ante la posibilidad de traición. Una traición que podría residir en el interior de la academia. Con las cosas claras y la aprobación final de los padres es hora de la reunión final. Es hora de regresar a la U.A. y empezar una nueva aventura.
Con Eraser Head en cabeza los alumnos se preparan para entrar al que será su nuevo hogar. Una residencia preparada al 100% por y para ellos. Pero antes de esa entrada a una nueva vida el profesor les deja claro la tesitura ante la que están, cuáles son los nuevos objetivos de la U.A. y les advierte que si hubiera sido por él tan solo tres alumnos —entre los cuales se encontraba Bakugo— habrían continuado en la academia, dejando al resto sin una plaza de héroe en la U.A. Palabras que calan totalmente en los alumnos y se dan cuenta de lo mucho que deben esforzarse para volver a «conquistar» a esas figuras a las que, parece, han desilusionado con sus actos. Ha llegado el momento del cambio.
Habitaciones temáticas
Dejando la dureza de la situación y la realidad ante la que se encuentran un poco de lado, BONES aprovecha para mostrarnos de nuevo un lado mucho más humano y cercano de todos y cada uno de los alumnos. Nos acerca a sus habitaciones. Parece que la ilusión impera en todos y cada uno de ellos —menos en el joven Bakugo—. Saben que deben cambiar pero para ello primero deben adaptarse a su nuevo hogar. Al contrario que lo primero esta tarea les resulta mucho más llevadera, incluso divertida. Y esa diversión es la que consigue transmitir BONES en las secuencias que prácticamente completan el episodio.
Siempre está bien jugar con las peleas, la tensión e incluso el llanto, pero a veces toca amenizar un poco el ambiente; y qué mejor que hacerlo que con un concurso para ver quién tiene mejor gusto decorando su habitación. Un concurso que nos permite conocer más a todos los alumnos y comprobar los gustos y aficiones de todos y cada uno de ellos. Un pequeño paréntesis que nos hará pasar un agradable rato y que sin duda alguna se necesitaba tras salir de una de las batallas más oscuras vividas hasta el momento en Boku no Hero Academia.
Las bromas, las risas y la comida copan todos y cada uno de los planos finales del episodio. Unos planos donde el estudio vuelve a lucir en todo su esplendor y nos demuestra que al igual que sabe compaginar una batalla sabe componer un momento de paz. Y para cerrar esta pequeña pausa —totalmente necesaria— nos encontramos ante la declaración de la pequeña Asui. Unas palabras que golpean el corazón de todos sus compañeros y les unen de nuevo todavía más. Y así, unidos, es como darán el paso a la siguiente fase. A la siguiente etapa de héroe. Toca descansar —nosotros y ellos— una semana, pero tras este «stop» no habrá tiempo para el sosiego. Como decíamos antes deben levantarse de nuevo, alzar las alas, deben demostrar que en la sociedad todavía existe el Símbolo de la Paz.
Marisol Navarro
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