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Reseña de La música de Marie, de Usamaru Furuya destacada - el palomitron
ANIME / MANGA REDACTORES RESEÑAS

BIBLIOTECA: LA MÚSICA DE MARIE

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La música de Marie es una de esas obras que dejan huella, de esas cuya lectura resulta ser casi imprescindible por el poso que deja en el lector. Su autor, Usamaru Furuya, conjuga la historia que busca narrar y su particular estilo artístico para confeccionar el equivalente al bisturí de un cirujano, una herramienta capaz de diseccionar al propio ser humano, su conducta dentro de una sociedad y otros estamentos de la misma. Una obra que profesa un profundo mensaje crítico hacia la condición humana, sirviéndose de un contexto de fantasía como atavío del ensayo existencialista que resulta ser en concepción. Un viaje en forma de utopía que busca la reflexión de los lectores y que, sin duda, convierte en indispensable una posterior lectura.

Usamaru Furuya es un reconocido mangaka del que, por fortuna, podemos disfrutar de su característico estilo en nuestro país. Gracias a la labor de editoriales como Milky Way Ediciones, ECC Ediciones o Ponent Mon, el lector no goza solamente de la presencia de La música de Marie dentro del catálogo de manga patrio. Una amplia variedad conformada por obras como Happiness, El Club del Suicidio, La Cruzada de los Inocentes, 51 Maneras de proteger a tu novia o Autasasinofilia engrosan un listado de creaciones tan heterogéneas entre sí como especiales. Son, ni más ni menos, que el resultado de la máxima expresión de su autor, una que sobrepasa cualquier tipo de censura y no se somete a la políticamente correcto, ilustrando a la perfección muchas de las taras y tabúes de la sociedad. Una vez introducidos de forma breve tanto la obra como el autor, comenzamos la reseña de La música de Marie. Un análisis donde no destriparemos detalles sustanciales de su argumento e intentaremos ir más allá de lo que vemos a primera vista.

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Reseña de La música de Marie, de Usamaru Furuya cartel reseña - el palomitron

La música de Marie nos traslada a un universo ficticio futurista donde la sociedad y sus pilares tal y como los conocíamos han terminado por derrumbarse. Lejos quedan los tiempos de avances tecnológicos y las sociedades cimentadas en el más puro capitalismo. Furuya aboga por volver atrás y aprender de los «errores» del ser humano, de las equívocas decisiones que han terminado destruyéndolo todo. Así, narra un relato existencialista a través de la profunda mirada de los dos protagonistas de la ficción, Kai y Pippi. Dos jóvenes a los que el caprichoso destino decide juntar en las tierras insulares de Pirito; el centro neurálgico de un universo compuesto por el conjunto de islas independientes. El lector se adentra en un nuevo mundo repleto de matices y aderezado con ciertos tintes de fantasía. La paz y armonía reinan en él, mientras se rinde culto a Marie, una diosa autómata que surca el cielo al compás de una hermosa melodía. Una pieza musical capaz de calmar los instintos más primarios y depravados del ser humano.

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Usamaru Furuya explora el complicado ámbito de la religión a través de la propia existencia de Marie y el vínculo entre la deidad y Kai. El joven protagonista es alguien bendecido, alguien con facultades que denotan cierto grado de divinidad. Su peculiar habilidad le permite escuchar el sonido de cualquier elemento del entorno, sea tangible o intangible, convirtiéndole en alguien con un destino fijado y un propósito mucho mayor que el del resto de las personas. Kai es el único ser humano al que se le ha otorgado la capacidad de ver a Marie, de escuchar su música, de llegar a sentirla. Furuya alterna costumbrismo y crítica a placer, enfatizando esta última parte en lo relativo a la condición humana y la religión. El papel de Kai es el del peregrino, el del hombre cuya fe parece ser inquebrantable hasta que la semilla de la duda comienza a germinar en su interior. Se trata de un personaje muy bien escrito, con un papel y una evolución claves para el buen desarrollo del que hace gala la obra. Un desarrollo intenso en cuanto a fábrica de ideas y planteamientos. ¿Es Marie una creación de Dios o un constructo del propio ser humano? ¿Los dogmas y deidades son fruto de la inventiva del hombre? ¿El progreso tecnológico está firmando nuestra sentencia? ¿Es realmente libre el ser humano?

Estas y otras tantas cuestiones abordan una lectura que se nutre del día a día de sus personajes y su relación e impacto dentro de su universo. Porque La música de Marie es un ejemplo literario perfecto sobre cómo llevar a cabo un sobresaliente worldbuildingDesde sus primeros compases, el autor no titubea en el manejo de los tiempos; el detallismo y la concienzuda explicación de todos los engranajes que componen su mundo imperan sobre la acción y la aventura más usual. Furuya ejerce de perfecto anfitrión para el lector, poco a poco desmenuza la riqueza de su mundo para conseguir una travesía de inmersión total. Desde los primeros compases el lector conoce los pilares que sustentan esta sociedad del futuro. El culto a Marie, los distintos dogmas o religiones que comparten deidad pero difieren en las formas de adoración o las costumbres intrínsecas de cada región insular son claros ejemplos de ello.

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El capitalismo y la sociedad del consumo actual —con la consiguiente actitud y comportamiento humanos— son otros de los principales temas que el mangaka emplea para elaborar su profundo mensaje crítico. Por ello, en La música de Marie plantea un universo compuesto por un compendio de islas regidas por el sistema económico más antiguo del mundo, el trueque. Cada región insular está especializada en la producción de un determinado bien para su posterior consumo e intercambio con los de los países vecinos. Así, Furuya cimenta la historia en un mundo en completa equidad, sin fisuras ni resquicios para el egoísmo, la envidia, el egocentrismo u otras características tan instauradas en el comportamiento social humano actual. Todo ello acompasado bajo la cálida y apaciguadora melodía de Marie. Un estado total de pacifismo impera por doquier pero, como contraprestación, la sociedad humana debe prescindir del avance tecnológico, debe prescindir de la oportunidad de tener una pura y absoluta libertad. El desafío del hombre a Dios fue el germen que llevó a la humanidad al cataclismo, por lo que este tipo de vida condicionada es la única vía plausible. Pero, ¿es esto justo? ¿Sobre quién recae la decisión de dictaminar?

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La música de Marie conjuga a la perfección una ficción de corte fantástico con multitud de temas actuales cuya discusión da para incontables debates. El arte de Furuya es la herramienta que conduce una narrativa y un argumento dignos de elogio, con un inicio pausado que asienta las bases de su mundo y permite al lector conocer poco a poco cada detalle del mismo, llegando incluso a echar en falta una mayor extensión de la obra para dedicar más tiempo a profundizar y expandir muchos de los temas y aspectos planteados. Los inicios de La música de Marie son de corte sosegado, tranquilo, como si estuvieran dedicados a aquel que busca disfrutar del camino mientras se dispone a alcanzar el destino deseado. El autor nipón entremezcla costumbrismo y relato religioso como hilo conductor de los hechos, como pólvora amontonándose esperando ser detonada. Y, esa detonación tiene lugar en los últimos compases de la ficción. Llegar al final de La música de Marie es una recompensa para el lector, un perfecto cierre que brilla por su ejecución y que tiene la virtuosa capacidad de no dejar indiferente a nadie. Un bailén de giros de guion y destinos prescritos que dan pie a una ramificación de interpretaciones posibles. Un mensaje que, por encima de todo, aboga por la reflexión humana y la oportunidad de creer —o no— en dogmas e ideales impuestos por generaciones anteriores.

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A nivel artístico La música de Marie no rebaja el listón, Usamaru Furuya consigue con su peculiar estilo impregnar de personalidad todas y cada una de las páginas de su obra. El detallismo que se puede atisbar tanto en el diseño de los personajes como en los fondos y elementos que componen los escenarios es excelso. El mangaka consigue confeccionar a la perfección un universo de corte visual steampunk a través de un característico y fino trazo, un dibujo muy limpio y artesanal que prioriza la expresividad de sus personajes —a pesar de la más que notable rigidez en sus movimientos— y que destaca en la ilustración de los engranajes y fracciones que componen las diversas formas de vida mecánicas. Con una clara tendencia hacia el surrealismo, Furuya aúna de forma magnífica el poder de un mensaje sumamente crítico con un mundo de fantasía y magia cuya habilidad para atrapar, seducir y sorprender al público fascina por una increíble facilidad. Reseña de La música de Marie, de Usamaru Furuya cartel edición - el palomitron

Reseña de La música de Marie, de Usamaru Furuya portada - el palomitron

La obra de Usamaru Furuya fue publicada originalmente en 2001 en la revista nipona Comic Birz, propiedad de la editorial Gentosha, con un total de dos volúmenes. La música de Marie llega a nuestro país quince años después de la mano de Milky Way Ediciones, y lo hace mediante una más que exquisita edición que recoge los dos tomos originales en uno individual. La música de Marie está compuesta por un total de 536 páginas en blanco y negro, con la inclusión de varias páginas a color. Estamos ante una edición que presenta un formato B6, rústica con sobrecubierta y cuya dimensión es de 13 x 18 cms.

La calidad de los materiales que conforman este tomo es indiscutible, en la línea de otro tipo de obras de la editorial. La portada logra un gran impacto visual tanto por su diseño como por sus tonalidades áureas brillantes y grisáceas que aportan sosiego y ternura a partes iguales. En esta ocasión, al igual que ocurre en la totalidad de su catálogo, la editorial ha apostado por una edición realmente exquisita que guarda total consonancia con todo lo publicado hasta el momento. Como ocurre en muchas de sus obras, el diseño de la portada respeta al máximo el japonés, aunque en esta ocurre algo especial. La edición japonesa realmente estaba compuesta por dos tomos, algo que Milky Way Ediciones ha suprimido y ha apostado por hacer uno único. Por ello, el diseño de las portadas japonesas se incluye tanto en la portada como en la contraportada del diseño hispano, respetando el diseño original lo máximo posible. El diseño se centra principalmente en la presentación del dúo protagonista conformando su unión envueltos en todo momento por elementos característicos de la obra. Elementos que implican detalles cruciales que cobrarán significado junto al desarrollo de la misma. En definitiva, un diseño conjunto que la editorial ha sabido conjugar perfectamente y lograr un resultado realmente exquisito.

La música de Marie salió a la venta en diciembre de 2016 a un precio de 15,00€. Este tomo consta de 16 capítulos además de un prólogo y un epílogo en los que reside la totalidad de la historia protagonizada por Kai y Pippi. En cuanto a errores de impresión o diseño no hemos encontrado ninguno. Tanto el entintado, como el sangrado y las viñetas gozan de una perfecta armonía en el tomo y además está perfectamente traducido a nuestro idioma, cortesía de Marc Bernabé (DARUMA Serveis Lingüístics).

Edu Allepuz

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Intento de muchas cosas y una de las piezas que hacen funcionar la sección manganime. Ávido lector de manga, enamorado de la tinta y de la tragedia de Sui Ishida. Firme defensor de la industria como arte y la abolición de estúpidas etiquetas.