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EL CINE EXPERIENCIA: 10 PERTURBADORAS PELÍCULAS QUE NO PODRÁS OLVIDAR

Las personas somos seres fascinados por lo macabro y lo grotesco. Nos encanta lo que transgrede los límites que nosotros mismos hemos establecido, pues sirve como reafirmación de una moralidad que no podemos (o debemos) abandonar. El séptimo arte, y como no podía ser de otra forma, ha bebido desde sus inicios de esta tendencia a ignorar lo prohibido en una escuela que podríamos llamar «el cine experiencia». Obras vomitivas, psicodélicas, alucinógenas, sangrientas, explícitas y perturbadoras encuentran en este tipo de cine su motivo de ser y la única forma de retratar el lado oscuro de nuestra vena artística. Hoy mismo llega a nuestros cines Bliss, una cinta que muchos han calificado como el doppelgänger malvado de Climax y que promete no dejar indiferente a nadie. Por ello, y para homenajear a este grupo de películas designadas como puras experiencias audiovisuales, os traemos una lista de diez filmes que, ya sea por un motivo o por otro, no podrás sacarte de la cabeza en varios días. ¿Seguro que quieres adentrarte en el extraño mundo del cine experiencia?

El Viaje (Roger Corman, 1967)

El viaje El Palomitrón

Escrita por el mítico Jack Nicholson, fue la primera película que habló sobre el consumo de LSD en el cine. El aura de psicodelia que rodea el filme nos invita a formar parte de un viaje caleidoscópico por las profundidades del subconsciente. Subconsciente que, como ya ocurre en nuestras fantasías más hondas, se encuentra repleto de imágenes surrealistas sobre la naturaleza primitiva de la mente. Ancestralidad, religión y creencia hacen de El Viaje toda una experiencia cinematográfica que indaga, de forma un tanto extrema, en la caja de música que es la psique humana.

Salò o los 120 de Sodoma (Pier Paolo Pasolini, 1975)

Salò o los 120 días de sodoma El Palomitrón

Transgrediendo los límites políticos de la moralidad se encuentra Salò o los 120 Días de Sodoma, la última obra de Pier Paolo Pasolini que tuvo su estreno prohibido en considerables países. La poética de lo explícito y el arte de lo escatológico funcionan en este «particular» filme como vómito sobre el fascismo y sus prácticas burguesas. La estrecha línea entre lo sexual y lo monstruoso se difumina a lo largo del metraje para dar paso a una experiencia que poco se aleja de las películas snuff. Y por si no quedaba claro el tono sobre el que se desenvuelve esta cinta, el director fue asesinado días después de su estreno.

Cabeza Borradora (David Lynch, 1977)

Cabeza Borradora El Palomitrón

La mente como refugio y desamparo. La imaginación como abrazo pero también asesinato de nuestro propio ser. Cabeza Borradora es de esas obras que no se pueden explicar con palabras lógicas, pues su esencia reside precisamente en su irracionalidad. El veneno de lo onírico es el verdadero protagonista de este relato en el que la incomodidad acaba por convertirse en una especie de motor vital de sus personajes. ¿Dar a luz a un bebé es lo mismo que dar a luz a un monstruo? ¿Y si siempre hemos sido monstruos disfrazados de humanidad? Quizás (y sólo quizás) Cabeza Borradora sea la fórmula para descifrar nuestro propio funcionamiento como personas.

Begotten (E. Elias Merhige, 1989)

Begotten El Palomitrón

Probablemente nunca nadie pueda llegar a entender todo lo que se oculta detrás del perturbador apartado visual de Begotten. Bien se dice que la cinta experimental relata el génesis en un mundo que aparenta ser similar a la Tierra. No obstante, su mayor acierto es el de sugerir imágenes lúgubres y casi podríamos añadir inhumanas como única forma de representar nuestro imaginario mortal y finito. De hecho, el propio director menciona que la inspiración fundamental de la obra fue una experiencia cercana a la muerte, producto de un accidente de coche. ¿Es Begotten lo más cerca que estamos de entender lo que hay después de la muerte? Nunca lo sabremos.

Nowhere (Gregg Araki, 1997)

Nowhere El Palomitrón

Su director la definió como «sensación de vivir después de tomar ácido» y el público general la sigue aplaudiendo dos décadas después por arriesgarse a dar la vuelta al tópico de jóvenes incomprendidos. Nowhere, desde su posición excéntrica y extrema, eleva al cuadrado el sentimiento adolescente para llevar a cabo una reivindicación queer que nada tiene que envidiar a las actuales. Todo esto, y como no podía ser de otra forma tratándose de una película experiencia, a través de un guion que parece haber sido escrito precisamente para simular el efecto de sustancias psicotrópicas. Al fin y al cabo, ¿existe alguna otra forma de justificar este coming of age en el que las drogas, el sexo extremo y los aliens son sus protagonistas?

Irreversible (Gaspar Noé, 2002)

La filosofía del mareo tanto visual como narrativo, que encuentra en la pululante cámara su expresión última, queda subordinada a una trama que, al contrario de lo que nos intenta inducir el título de la propia película, demuestra que sí se puede dar marcha atrás. La sexualidad como pecado y las calles de París como infierno de Dante funcionan en Irreversible como evidencia de la depravación moral de la sociedad occidental, alimentada esencialmente a partir del masoquismo y la autodestrucción. Y es que la asfixiante cinta de Gaspar Noé nos deja una de las mejores/peores escenas de toda la historia del cine, convirtiéndonos a su vez en la mayor verdad del séptimo arte: somos voyeurs en su máximo esplendor.

Mártires (Pascal Laugier, 2008)

Martires El Palomitrón

Una celebración del mal cuerpo, de las imágenes grabadas en nuestra retina más grotesca. Una experiencia extrema sobre la venganza y los fantasmas del pasado. Un poema sobre el arte de la tortura. No apta para todos los estómagos, Mártires probablemente se encuentre censurada en muchos lugares, pues es tal la crueldad visual a la que asistimos que resulta casi inevitable no apartar la vista en algún momento. El efecto Funny Games vuelve a aparecer en esta cinta sobre la trascendencia de la humanidad y el misterio de la muerte: no hay nada que podamos hacer para pararlo; simplemente mirar.

Anticristo (Lars Von Trier, 2009)

Anticristo El Palomitrón

«La naturaleza es la Iglesia de Satán», comenta uno de los personajes de Anticristo. Y es que, de hecho, Lars Von Trier utiliza el bosque para cavar en la psique del duelo, la muerte de lo cándido y las raíces de una naturaleza humana condenada a la demencia. Todo esto, y como es de esperar, desde una perspectiva psicopática y misógina que ya forma parte del imaginario artístico del director danés. Al fin y al cabo, ¿qué hay más perturbador y desagradable que una mirada cinéfila que sitúa la esencia femenina en lo más alto de la decadencia occidental? Lars Von Trier, eres un genio a la hora de generar odio hacia tu persona.

The Neon Demon (Nicolas Winding Refn, 2016)

The Neon Demon El Palomitrón

Plantando la semilla de lo que más tarde sería la epiléptica Lux Æterna y siguiendo la estela de logros y caídas de Cisne NegroThe Neon Demon indaga en la pérdida de la inocencia, la hipersexualización y la pedofilia de la industria de la moda, equiparable a un infierno de neones del que es imposible huir de forma íntegra. El despertar y la decadencia del instinto sexual cobra vida en este cuento sobre esfuerzos imposibles y sueños demenciales. ¿Listos para adentraros en este viaje estroboscópico por los lugares más turbios y oscuros del maquillaje y las vestimentas?

Madre! (Darren Aronofsky, 2017)

Madre! El Palomitrón

Algunos dicen que se trata de una alegoría sobre el Génesis bíblico y la Madre Naturaleza, mientras que otros aseguran que la película retrata los efectos en la mente humana de la ansiedad. Son muchas las interpretaciones que pueden nacer de Madre!, pero lo que sí se puede afirmar con firmeza es que transitar por su trama es peor que cualquier situación de agobio. De hecho, cuando se proyectó en el Festival de Cannes provocó la huida de buena parte de los asistentes, que posteriormente la llegaron a calificar de «vomitiva», «vergonzosa» o «una película que nunca se tuvo que hacer». ¿Acaso no es esto motivo suficiente para visionarla, en caso de no haberlo hecho? Desde la redacción creemos que sí.

Y hasta aquí nuestra pequeña aportación al cine experiencia y a las películas que, para bien o para mal, se quedan grabadas a fuego en nuestra mente. Son muchas las piezas audiovisuales que transitan por el limbo de lo perturbador, lo desagradable y lo tabú, por lo que os animamos a indagar en este inquietante microcosmos y así descubrir el lado (aún) más oscuro del imaginario humano. ¿Qué filmes echáis en falta en esta lista?

Martí Farrés


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Estudiante de Comunicación Audiovisual. Tengo una ligera obsesión con los musicales y a veces fantaseo con vivir en algunos de mis favoritos. De pequeño me daba pánico Chucky y, sorpresas de la vida, ahora es uno de mis mayores referentes cinematográficos.