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BIG LITTLE LIES 2: ¿CÍRCULO CERRADO?

Decíamos hace siete semanas que tras ver el primer capítulo de su segunda temporada, el regreso de Big Little Lies estaba justificado, que nos encontrábamos ante una secuela necesaria. Parece justo volver a reflexionar respecto a esto llegado el final. Un final que se supone el definitivo (aunque también se suponía que lo iba a ser el de la primera), pero que podría no serlo si las protagonistas cuadrasen agendas.

¿Sería viable una tercera temporada? ¿Nos ha convencido la segunda? ¿Cambiaría la sensación de decepción de algunos espectadores de no haber sido editado en postproducción el trabajo de la directora Andrea Arnold? Pasamos a valorar el arco argumental de las cinco de Monterrey durante estos siete capítulos.

MADELINE

Fue la principal damnificada en la primera temporada con la traslación del libro a la serie. Se le añadió una infidelidad a su matrimonio para agregar drama extra al personaje, y entorno a ello ha girado también su trama esta segunda etapa. El 2×01 nos trajo de vuelta a la Madeline (Reese Witherspoon) pizpireta de siempre, sus interminables problemas con su hija mayor y el maravilloso añadido de su guerra contra Mary Louise (no perdonamos que no hayan incluido la escena en la que le arrojaba un helado a la cabeza). Sin embargo, todo el alivio cómico que representaba la rubia para Big Little Lies, se va al traste una vez Ed se entera de su aventura (oh, calamity!). La actitud (comprensible) de su marido nos ha hecho sufrir toda la temporada aunque la reconciliación entre ellos se preveía. De todo ello nos quedamos con que la adversidad ha propiciado el acercamiento entre ella y Abigail, y nos preguntamos si era realmente necesario sacar de vez en cuando a Tori como “tentación” para no acabar aportando nada aparte de reafirmar lo que ya sabíamos: que Ed sigue queriendo a Madeline a pesar de todo.

JANE

Si hacemos balance podría parecer que Jane (Shailene Woodley) ha tenido una trama bastante discreta esta temporada, aunque a nuestro juicio es una de las mejor llevadas. El arco del personaje se ha basado en ver a través de su relación con Corey las dificultades que tiene para seguir adelante en su vida sentimental y sexual después del trauma de la violación. Una trama que se ha ido cocinando a fuego lento favoreciendo al realismo. Por otro lado, Jane ha protagonizado momentos muy relevantes en esta temporada que Woodley ha defendido de forma brillante. Destacamos su dinámica con Celeste, el papelón de contarle toda la verdad a Ziggy cuando se descubre que los niños saben que es hijo de Perry (lo confesamos, esto no nos lo vimos venir), y cada vez que se ha tenido que defender de Mary Louise. Por último no podemos cerrar este epígrafe sin agradecer que al final no se haya cumplido ninguna de las locas teorías-fan sobre Corey.

BONNIE

La meta final de Bonnie (Zoe Kravitz) esta temporada se puede resumir en: redención. Ahora bien, los caminos para llegar a ella no nos han dejado del todo conformes. Empezó estando literalmente consumida por la culpa, para más adelante volver a una relativa normalidad sin explicación aparente, y de nuevo hundirse. Esta segunda tanda de capítulos era el momento de sacar a relucir su pasado, aquello que diese respuesta a su arrebato de empujar al marido de Celeste escaleras abajo. A diferencia de la novela, en la que en su infancia había visto como su padre maltrataba a su madre, aquí es su madre la que no la trató demasiado bien a ella siendo pequeña. Abundantes y brevísimos flashbacks nos han hecho intuirlo durante toda la temporada sin terminar de ahondar del todo en ello en ningún momento. ¿Era realmente necesario añadir tanta incógnita si al final no iba a ir más allá de lo que nos han dado? Añadir a toda su liberación de mentiras y secretos que nunca ha estado enamorada de Nathan también nos parece rizar el rizo, y en esencia, prescindible. A pesar de ello su final, cerrando las cicatrices y pesadillas de su vida, es el más lógico y satisfactorio.

RENATA

Es una verdadera pena que con el talentazo de Laura Dern, su presencia en Big Little Lies y su trama queden relegadas un lugar secundario. Teniendo al caradura más grande habido y por haber como marido y viéndose en bancarrota, sus estallidos han sido lo más hilarante de esta temporada. Su hartazgo ha ido escalando hasta regalarnos una de las escenas más memorables de la serie, y también el meme por excelencia en el día de hoy. Dadle un bate y un trenecito de juguete a Renata Klein y habrá hecho que toda la temporada haya merecido la pena. Reiteramos: echamos en falta más, más y más de Renata.

CELESTE Y EL DRAMA WRIGHT

Una vez más Celeste (Nicole Kidman) es la que ha sostenido toda la trama principal esta temporada con el añadido de su suegra Mary Louise (Meryl Streep). Temíamos por los primeros capítulos que estancasen al personaje de Celeste en la auto-culpabilidad y la dependencia hacia su agresor, pero eso lo arregló Mary Louise poniendo en tela de juicio su capacidad como madre. Streep ha estado abrumadora cada vez que ha entrado en escena, siendo el personaje que encarna una verdadera arpía que no obstante representa las actitudes más lamentables del ser humano: poner en duda la veracidad del testimonio de una víctima o rebajar la culpa del agresor insinuando que la víctima lo provocó. Pero como cabía sospechar, no es tan recta quien exige rectitud a los demás. Mary Louise llevaba a sus espaldas su propia historia de crianza cuestionable, que ha sido destapada ante un tribunal en el final de temporada. Bien es verdad que el vistazo a su pasado nos ha sabido a poco, pero ha cumplido con su función de cimentar (pero por supuesto no justificar) la conducta violenta de Perry.

Por su parte, ha sido una maravilla ver el cara a cara de estas dos mujeres en juicio (tanto en este capítulo como en el durísimo y sorprendente anterior), con Celeste ejerciendo como la gran abogada que es. La victoria por la custodia de sus hijos la ha ganado en los juzgados, pero la lección de maternidad la daba antes de salir de casa cuando ante la pregunta de si deberían testificar a su favor, les dice a los gemelos que sí, solo si es eso lo que creen. Tanto Celeste como Mary Louise han sido esta temporada el perfecto reflejo de que todos somos ambivalentes, que nadie es tan bueno ni tan malo, y por encima de todo, que para una madre no hay nada más importante que un hijo.

“LA VERDADERA MENTIRA ES LA AMISTAD”

La mentira las unió, y la mentira vuelve a hacer a las cinco de Monterrey juntarse y arropar a Bonnie cuando en la última escena va a entregarse a la policía. Las historias de cada una de ellas esta temporada han sido debidamente cerradas, y el final podría parecer redondo. Pero, ¿qué hay de las consecuencias?

No podemos olvidar que la autoría y complicidad de una muerte se pagan con prisión, y no deja de resultar peculiar que en una serie que trata sobre madres e hijos no se esté pensando en última instancia en qué va a ser de ellos si confiesan. El final de la segunda temporada tiene de cliffhanger lo mismo que el final de la primera. Tal vez provenga de ahí la insatisfacción de parte de los fans. ¿Qué tenemos que imaginar que ocurre en comisaría? ¿Tenemos que imaginar algo en absoluto, o por el contrario asumirlo como final “abierto”? ¿La duda es suficiente para que tenga sentido hacer una tercera temporada? La única conclusión a la que hemos llegado es que Big Little Lies cuenta con un reparto tan sobresaliente que no nos importaría volver a Monterrey una y otra vez. Aunque si nos quitamos la mano del corazón, tal vez el cariño que le tenemos a la primera temporada de esta serie es tan grande que nos ciega, y deberíamos dejarla marchar de una vez por todas.

 

Aitziber Polo

 

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Criminóloga con sueños de directora. Pisé el cine por primera vez a los dos años. Con siete vi cómo un cocodrilo gigante se zampaba una vaca entera de un bocado en Mandíbulas, y empecé a leer a Stephen King (y así me he quedado). Mi película perfecta tendría guión de los Coen, banda sonora de Zimmer + Horner y plotwist made in Shyamalan.