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101 PELÍCULAS ESPAÑOLAS PARA ENTENDER NUESTRO PRESENTE- EL PALOMITRÓN
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101 PELÍCULAS ESPAÑOLAS PARA ENTENDER NUESTRO PRESENTE

El cine español, en líneas generales, siempre ha mostrado cierto interés en hablar de nosotros mismos, en retratar nuestra sociedad, forma de ser o el pensamiento de distintas personas o generaciones y eso se puede evidenciar si analizáramos todo el cine que se ha ido realizando a lo largo de las décadas. Dejando de lado los años 40 donde la censura imperaba y no se podían realizar nada más que comedias simplonas de cartón piedra, filmes folclóricos o películas históricas con cierto aire casposo, a partir de los años 50 surgen una serie de cineastas con ánimo de hacer un cine social que reflejara, dentro de la medida de lo posible, la situación que se estaba viviendo: directores como Luis García Berlanga, Fernando Fernán Gómez o Juan Antonio Bardem iniciaron un camino, burlando a la censura, que más tarde continuaron Carlos Saura, Mario Camus, Pedro Olea, Basilio Martín Patino, Victor Erice, Manuel Summers e incluso Mariano Ozores o Pedro Lazaga, todos ellos (dentro de la corriente del Nuevo Cine Español o dentro de la comedia española más comercial y popular) trazaron con líneas, más gruesas o más finas, el retrato de la España de aquel entonces, las costumbres y comportamientos de sus gentes. En los años 70 ocurrió más o menos lo mismo pero sí es cierto que se tendió a la comedia menos social pero la gente también se vería reflejada en aquellos filmes, pese a sus notables defectos; luego vendría el cine quinqui, de José Antonio de la Loma y Eloy de la Iglesia principalmente, como reflejo de un desencanto generacional plasmado a través de unos personajes que vivían la delincuencia en sus propias carnes o la sentían cercana.

Esta introducción, antes de comentar 101 películas españolas para entender nuestro presente, sirve para reflejar que nuestro presente cinematográfico emana, o puede hacerlo, de nuestro pasado y en cualquier momento nos podemos ver reflejados dependiendo de cada generación. 

Un análisis actual

En 101 películas españolas para  entender nuestro presente (Ediciones Héroes de papel S.L), el escritor Alejandro López Menacho opta por iniciar su análisis a partir de las películas del año 2000, para así poder extenderse más y analizar mayor cantidad de títulos recientes, hasta nuestros días; se centra, por lo general, en películas con tendencia a hacer un cine más social por lo que nos encontramos con títulos más independientes, y por ende más difíciles de encontrar, pero sin olvidar los títulos más comerciales que han llenado las salas comerciales en los últimos años. Ese es quizá el principal defecto que puede aparecer tras la lectura de este necesario e interesante libro: resulta curioso ver títulos que no parecen evidenciar, a grandes rasgos, una crítica social latente (es el ejemplo de Ocho apellidos vascos) pero que, al mismo tiempo, fueron un gran éxito de taquilla y ello parece validar, de inmediato, su entrada dentro de este análisis. 

La comedia comercial también puede reflejarnos a nosotros mismos y se echa en falta dentro de este libro al igual que filmes de directores reconocidos que igualmente supieron dar su visión social del país: películas de Fernando Colomo (El próximo Oriente (2006) o Isla Bonita, 2015), Daniel Sánchez Arévalo (Azuloscurocasinegro (2006), su retrato más social, o Primos, 2011), Carlos Iglesias (su díptico sobre la emigración en Un franco, 14 pesetas (2006) y Dos francos, 40 pesetas, 2012), Mario Camus y su retrato de las huellas que dejó ETA en La playa de los galgos (2002) o la estimable El prado de las estrellas (2007), la importantísima Grupo 7 (2011) de Alberto Rodríguez como reflejo del mundo policiaco sin escrúpulos, Mónica del Raval (2009) de Francesc Betriu como muestra de una España llena de prostitución callejera, la valiosísima Stockholm (2013) del debutante Rodrigo Sorogoyen, el maltrato doméstico en No tengas miedo (Montxo Armendáriz, 2011) o las últimas de Pedro Almodóvar. Son solo algunos ejemplos de directores reconocidos que se echan en falta en este análisis porque su labor también es importantísima para entender de dónde venimos o, simplemente, lo que somos, pero ello no implica que todos los directores que se citan en el libro no ejercieran esa función social y su figura sea igual de notable. 

Películas para entender nuestro presente

Hermosa juventud - El Palomitrón

Es el aspecto que más hay que reconocerle al libro, la labor de documentación del escritor por descubrir al lector multitud de películas recientes que igual no se conocen o que simplemente son fundamentales para hacer el análisis que se plantea. Desde las primeras películas de Daniel Calparsoro, Asfalto (2000); Achero Mañas, El Bola (2000); Alberto Rodríguez, El traje (2002); Fernando León de Aranoa, Los lunes al sol (2001); Iciar Bollaín, Te doy mis ojos (2003); Miguel Albaladejo, Cachorro (2004); Isaki Lacuesta, Murieron por encima de sus posibilidades (2012); Mikel Rueda, A escondidas (2012); Jaime Rosales, Hermosa juventud (2014); Jonás Trueba, Los exiliados románticos (2015) o Juan Miguel del Castillo, Techo y comida (2015). 

La lectura del libro es muy ligera gracias a la estructura marcada: una especie de introducción al filme, algo de sinopsis y un análisis formal de las interpretaciones de los actores y de la forma escogida de rodar junto a declaraciones de los propios cineastas, algo que siempre da un plus a la lectura. También se añade alguna anécdota de cada película y una ficha técnica. Como guía para iniciarse dentro del cine español sirve totalmente y además también cumple su función social ya que analiza muchos factores que están presentes en nuestro día: la pobreza, la inseguridad generacional, la política y el odio, el impacto del feminismo o el progreso en tantos niveles individuales o grupales. 

En la introducción de 101 películas españolas para entender nuestro presente se habla de que “dejar al espectador indiferente es una oportunidad perdida” y esa frase no va a surgir después de leer este libro, con tendencia casi pedagógica y de entretener, ya que supone una gran oportunidad por conocer títulos nuevos que despierten cierto interés tras su visionado y por ese motivo recomendamos totalmente la lectura de este libro. 

Javier Valera


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