LOS ANTECEDENTES
La televisiva actriz americano irlandesa Olivia Wilde (House) se cambia a la silla de dirección para presentarnos Súper empollonas, su opera prima en cine. Hasta la fecha, solo conocíamos su trabajo tras las cámaras en un par de vídeos musicales, destacando el de Black necessities para Red Hot Chili Peppers en el año 2016. Dándole un vistazo al videoclip, nos hemos dado cuenta de dos cosas: el estilo de dirección es muy similar al de la película y la perfecta integración de música e imagen es uno de los puntos fuertes de esta joven directora.
Nos parece importante destacar que bajo la producción de Súper empollonas tenemos a los experimentados Will Ferrell (Elf) y Adam McKay (El vicio del poder). La propia directora señaló que colaboraron activamente para sacar adelante la película, dando soporte desde el punto de vista narrativo (aquí McKay es lo más) y cómico (Ferrell’s world).
LA PELÍCULA
En la víspera de su graduación en el instituto, dos excelentes estudiantes e inseparables amigas se dan cuenta de que podrían haberse esforzado algo menos en clase y haberse divertido más. Para compensarlo, deciden salir de su zona de confort y dar rienda a sus fantasías en una noche de fiesta.
El desafortunado título escogido en España no le hace justicia a la película, cuya traducción literal sería algo así como Ratones de biblioteca. De hecho, creemos que esta intencionada asociación con éxitos anteriores de la factoría de Judd Apatow (véase Supersalidos) puede llevar a error. Sin dejar de ser una película muy divertida, no estamos ante la típica comedia descerebrada claramente orientada al público adolescente. Aquí hay más sustancia y un público objetivo más amplio de lo que cabría esperar.
El pulido guion y la brillante actuación de la pareja protagonista permiten que nos sumerjamos en la historia desde el principio. Con sutileza y entre risas, la directora es capaz de tocar temas tan complejos como la amistad, el proceso de madurez o la normalización del colectivo LGTBI. Otro punto a favor de la realización (llamémoslo el toque millenial) es la lograda integración entre música e imagen que comentábamos en la sección anterior. En la parte negativa solo comentar que hay un par de escenas un poco fuera de tono que, aunque desternillantes, no terminan de encajar.
En definitiva, un estupendo debut de la directora Olivia Wilde, recomendadísima para pasar un buen rato y disfrutar de las aventuras de estas amigas adolescentes sin caer en la nostalgia, que de eso ya tenemos suficiente últimamente.
ELLOS Y ELLAS
Las jóvenes actrices Kaitlyn Dever (Beautiful boy: Siempre serás mi hijo) y Beanie Feldstein (Lady Bird) bordan sus papeles en perfecto equilibrio. La primera tiene un personaje más dramático y complejo, algo que es compensado por la fuerza y el despliegue cómico de la segunda. Hay que felicitar a la directora de casting Allison Jones porque lo ha hecho realmente bien.
Con respecto a los secundarios, destaca la aparición de un contenido Jason Sudeikis (marido de la directora, por cierto) y las tronchantes apariciones de Billie Lourd (Star Wars: Los últimos Jedi) como incongruente constante de las fiestas.
LA SORPRESA
Que una joven actriz nos haya planteado una película tan madura, divertida y solvente en su primer trabajo como directora. Aunque ha anunciado que seguirá actuando, estaremos atentos al próximo proyecto de Olivia Wilde tras las cámaras.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
Todas las escenas en las que las protagonistas solo interaccionan la una con la otra. Hay tANta química y complicidAd entre ellas que cada FOtograma que comparten es oro puro.
TE GUSTARÁ SI…
Disfrutas de la comedia (o dramedy) teen con toque independiente que profundiza más en los problemas y relaciones de los personajes que las propuestas más comerciales.
LO MEJOR
- Las protagonistas Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein.
- La capacidad de síntesis y empatía que demuestra la directora Olivia Wilde en su primera película.
- Es divertida, fresca y, en ocasiones, sorprendente (véase la escena de las muñecas).
LO PEOR
- Hay un par de escenas fuera de tono que no terminan de encajar.
Pedro Figueiras
