Con una exacerbada dosis de acción y adrenalina, marzo llega derrapando a nuestras pantallas. Si el mes pasado caíamos en la historia de amor San Valentinesca, este, nos promete sangre y puñetazos. Concebida por los ya habituales Alex Pina y Esther Martínez Lobato, Netflix estrena Sky rojo.

Tomando por bandera el lenguaje universal más antiguo del mundo, la serie es un experimento entre lo pulp y el humor más negro. Con un filtro naranja y unos neones deslumbrantes, nos embarca en una road movie plagada de plot twists y vueltas de campana.

HISTORIA Y PLANTEAMIENTO

Para entrar más en detalle, es importante conocer a Wendy, Gina y Coral, tres prostitutas que, tras herir de muerte a su proxeneta deciden huir apresuradamente. Así pues, con lentejuelas, tacones y la muerte en los talones, nuestras protagonistas comienzan su andadura por una costa tinerfeña, que lejos del oasis que les prometieron, parece más bien un coto de caza.

 Dividida en 8 pequeñas dosis de 25 minutos, Sky rojo apuesta por una duración diversa a la que Pina nos tiene acostumbrados.  Aunque de primeras sorprenda, sobre todo teniendo en cuenta la duración de los episodios de La casa de papel, es una decisión acertada. Sin tiempo que perder, se zambulle en una cuenta atrás donde Tenerife se convierte en una ratonera tarantinesca. Aun así, ello no quita que la serie tenga una relación abusiva con los cliffhangers, una estructura un tanto manida en el universo de los creadores. De todas formas, su continua acción tiene algo que engancha.

CARISMA Y PULP

A pesar de contar con una buena historia, Sky rojo no sería lo mismo sin el carisma que desprenden sus personajes. Más allá de que en algunos episodios la violencia parezca eclipsar a la trama, tanto ellas como ellos tienen su momento para brillar. Dejando a un lado los «inesperados» monólogos interiores, la temporada se permite el lujo de tocar variedad de cuestiones sociales, que de un modo u otro, son mal vistos por el grueso general. La sexualidad, la ansiedad o la xenofobia son algunos de los palos que se tocan en sus primeros cuatro capítulos.

Entre sus logros destaca su clara estética comic. Heredada del género pulp, Sky rojo es un buffet de acción donde el recurso spicy and saucy (picante), muy habitual en el género, está también muy presente. Sumado a su fotografía y sus frases a la americana, el cóctel que conforma su primera temporada promete como maratón de fin de semana.

ELLAS Y ELLOS

Con un reparto muy variado, Sky rojo cuenta con los engranajes necesarios para funcionar. Con talentos nacionales como Verónica Sánchez, Miguel Ángel Silvestre, Asier Exteandía o Enric Auquer, el reparto también cuenta con las novedosas actuaciones de Yany Prado y Lali Espósito. Y es que a pesar de encontrarse entre estrellas ibéricas, Prado y Espósito se llevan la palma. Su desparpajo y su carácter convierten sus historias en algunas de las más interesantes (al igual que la de Auquer, probablemente una de las más profundas).

A grosso modo, Sky rojo plantea una idea que puedes amar u odiar. Todo es cuestión de dejarse arrastrar por sus bajos fondos. Prestando atención al personaje de Romeo, sí que se puede intuir cierta violencia gratuita, pero a nivel general es un recurso que sorprende, sobre todo en una serie original de Netflix. Esa agresividad latente en cada personaje también sirve para plantear ese dicho de que ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos, algo a lo que las series no nos tienen tan acostumbrados.

En general, la nueva apuesta de Pina y Martínez Lobato es una segura y cargada de potencial. Frenética en su forma, cuenta con los ingredientes necesarios para convertirse en el nuevo éxito del gigante rojo. Además, y para deleite de sus fans, la serie ya ha sido confirmada para una segunda temporada. Así que con el depósito lleno y la pistola cargada, preparaos, porque Sky rojo llega como dicen sus publicidades, con altura.

Alonso Muñoz

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