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CRÍTICA: VISIÓN NOCTURNA

LOS ANTECEDENTES

Hace cinco años, antes de que arreciara el movimiento Me Too, Carolina Moscoso comenzó a construir su primer largometraje a partir de la deconstrucción de un evento traumático de horizontes desdibujados: su propia violación. Presentada en la sección Horizontes Latinos del 68 SSIFF, y premiada en el Festival chileno de Cine de Valdivia 2019 y en el Festival de Marsella 2020, no es baladí que Visión nocturna se estrene precisamente en marzo. La aportación que el documental hace al relato colectivo feminista, convierte este mes en el idóneo para que llegue a salas.

LA PELÍCULA

“Esta historia tiene tres tipos de luces. Una que encandila, una oscura que no deja ver, y otra en penumbra”,  indican los rótulos, negro sobre blanco, nada más comenzar la película. Ellos serán los narradores de una historia a la que más adelante se le unirá la voz testimonial de la autora y protagonista, Carolina Moscoso. La cineasta chilena se abre, como ella dice, para “investigarse por dentro” en su ópera prima. Era estudiante de cine y tenía 21 años cuando en un viaje con unos amigos, sufrió una violación. Visión nocturna no se centra en el hecho en sí, sino en lo que aconteció después. En el proceso emocional, en el paso a los cauces policiales y judiciales, y la victimización secundaria que estos desgraciadamente acarrean en no pocos casos.

Sin embargo, y pese a lo que pudiera deducirse en un primer momento, esta cinta no se erige con ánimo de ser una crítica al sistema de instituciones. Es un estudio, la forma que Moscoso ha elegido para volcar sus sentimientos y establecer a partir de ellos un diálogo con el espectador. Su fin es hacer reflexionar más que sanar una herida de complicado pronóstico.

Pero hay que hablar de esas tres luces entorno a las cuales se construye la narración. De un lado están los hechos, apoyados gráficamente con extractos de informes médicos y policiales. Todas las demás imágenes que imperan en el documental están directamente extraídas del archivo personal de Carolina. Se trata de grabaciones que no guardan relación ni se corresponden cronológicamente con lo que se cuenta, algunas de ellas son incluso anteriores a la violación. La calidad de imagen dista de ser la mejor, y su contenido salta efectivamente del negro a la luz, de recuerdos de aquella noche a un parto, a pasajes en su casa, o a salidas con sus amigos. El valor de todo este material visual reside en su faceta sentimental, de algún modo se intuye como la representación simbólica y vívida de la vida de la directora, que sigue adelante y se expande mucho más allá del acto del que fue víctima.  

Visión nocturna enfurece y golpea con cada “podría haber sido peor”, cada “no podemos arriesgarnos a acusar a alguien si no tienes un grado más alto de seguridad”. Pero por encima de eso, Visión nocturna es una película pertinente y de una generosidad inmensa.

Visión Nocturna de Carolina Moscoso

LA SECUENCIA / EL MOMENTO

Hay un punto, bien avanzado el documental, en el que Carolina solicita reabrir su caso pues siente que de otro modo no podrá cerrar capítulo. La respuesta que obtiene de su asesor no por real es menos devastadora, y acaba amortiguándose, dando paso a una secuencia del fondo marino. Esta transición es una de las más poéticas y potentes de la cinta.

LA SORPRESA

A nivel formal sorprende la desconexión existente entre imagen y relato, pero sorprende aún más lo subyacente, el complejo lugar desde el que Carolina Moscoso está contando la historia. El hecho de que como víctima haya querido realizar esta película es verdaderamente encomiable e inspirador.

Visión Nocturna Carolina Moscoso

TE GUSTARÁ SI…

Si quieres ver una película radicalmente distinta y personal, que aborda la violencia de género desde un punto de vista nada escabroso.

LO MEJOR

  • La generosidad como cineasta de Carolina Moscoso.
  • El valor emocional de la conjunción imágenes + relato.

LO PEOR

  • La falta de relación entre la imagen y lo que se nos cuenta, unido a la calidad y resolución del material grabado, puede llegar a descolocar o incluso por momentos, resultar incómodo de ver.
  • Es una cinta muy interesante que se moverá en circuitos reducidos.

 

Aitziber Polo

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Criminóloga con sueños de directora. Pisé el cine por primera vez a los dos años. Con siete vi cómo un cocodrilo gigante se zampaba una vaca entera de un bocado en Mandíbulas, y empecé a leer a Stephen King (y así me he quedado). Mi película perfecta tendría guión de los Coen, banda sonora de Zimmer + Horner y plotwist made in Shyamalan.