Thus Spoke Kishibe Rohan (Así habló Kishibe Rohan) llegó recientemente al catálogo de Netflix como uno de los tantos frutos que se esperan de los últimos acuerdos comerciales entre la compañía californiana y productoras y estudios de animación japoneses. Tras la emisión del último episodio de JoJo’s Bizarre Adventure: Golden Wind, allá por 2019, la popular adaptación de la aún más popular franquicia de Hirohiko Araki entraría en una etapa de sequía y silencio acerca de su futuro. Y es que aunque nadie pondría en duda la continuidad de David Production en la traslación al audiovisual de las partes restantes del manga original, sí es cierto que el anuncio del drama presidiario de Stone Ocean quizá está demorándose más de la cuenta. Para saciar el voraz apetito de la cotidiana extravagancia y el surrealismo tan idiosincráticos del trabajo de Araki, Así habló Kishibe Rohan se postula como un goloso dulce con mucho sabor a Diamond is Unbreakable; la que, quien escribe estas líneas, considera que es la mejor saga argumental de las que hay publicadas hasta el momento en España. 

Pero su relación con la saga de marras no recae únicamente en que en esta ocasión el absoluto protagonismo recaiga en la voz y pluma de Kishibe Rohan; es el tono de la narrativa y su forma los que abrazan parte del espíritu inherente a las historias de Morioh y sus habitantes. Así habló Kishibe Rohan es una antología de relatos de terror, una recopilación de hilarantes y rocambolescas historias cuyo narrador no es otro que el tajante y carismático dibujante de manga: Kishibe Rohan. El alter ego ficcional del propio Hirohiko Araki se convierte, pues, en el cronista de cuatro pasajes altamente disfrutables e independientes del grueso argumental de la franquicia. Cuatro capítulos con los que David Production vuelve a demostrar por qué son ellos los que están a cargo de la adaptación de JoJo’s Bizarre Adventure y con los que se busca cierta experimentación, salirse de la tónica para, al fin y al cabo, abrazar la auténtica esencia de la obra original: el terror costumbrista.   

Así habló Kishibe Rohan adapta una serie de one-shots publicados por Araki a lo largo de, aproximadamente, dos décadas, y que fueron recopilados posteriormente en un total de dos volúmenes. En conjunto, la adaptación emplea eficazmente los recursos narrativos originales para alejarse del tono y género de la serie principal, virando en el proceso hacia una narrativa cimentada en el suspense y el terror. ¿El resultado? Una genuina bocanada de aire fresco que se encarga de radiografiar con increíble tino JoJo’s Bizarre Adventure y todas sus aristas. Así habló Kishibe Rohan entiende a la perfección la longeva obra de Araki, la entiende a tantos niveles que es capaz de trastear con sus juguetes, de quitar y poner a placer; y lo hace porque sabe que, en su esencia, tras toda la épica de unos enfrentamientos y un desarrollo normalmente encorsetados bajo la estructura del shônen de acción, JoJo’s Bizarre Adventure se destapa como una muy, muy singular serie de terror costumbrista.

El nuevo trabajo de David Production abraza cierto componente de metaficción al tratarse de una sucesión de historias dentro de historias contadas por el propio Rohan. Experiencias que, como no podría ser de otra forma, aúnan lo macabro y lo absurdo en un cóctel aderezado por trazas de horror sobrenatural que se distancia de la serie principal al centrarse en personajes mundanos —a excepción de Rohan— muy alejados de los Stand y el lore de la franquicia. Se trata de personalidades a completa merced de demonios y maldiciones, espíritus cegados por el rencor o deidades de la naturaleza, a los que les viene demasiado grande la situación. Así habló Kishibe Rohan se apoya en el ambiente de lo cotidiano y la fragilidad de la naturaleza humana para enfatizar en una serie de mensajes que, en ocasiones, guardan alguna que otra lectura de más. En La carrera, por ejemplo, se explora la enfermiza obsesión por el deporte y por lograr un «cuerpo perfecto», teniendo que lidiar el reputado mangaka con un veinteañero convertido en la mismísima personificación de Hermes. Nunca antes una cinta de correr había sido tan peligrosa.

La ambición y el egoísmo inherentes a la naturaleza humana también quedan reflejados en historias como El confesionario o El pueblo de los millonarios. La primera de ellas, una demostración de lo perdurable que es el rencor y el odio, de la congoja existencial de saber que en cualquier momento los horrores del más allá pueden volver para cobrarse cualquier deuda y de lo ineludible que es el destino. Todo ello endulzado por una de esas situaciones que solo podrían darse en una serie como JoJo’s Bizarre Adventure: que tu vida dependa del lanzamiento de unas palomitas al aire. De excéntricas pruebas también trata, en gran parte, El pueblo de los millonarios, una entrega que oscila alrededor de la siguiente cuestión: ¿qué sacrificarías con tal de amasar una fortuna y formar parte de un selecto vecindario de millonarios? Pruebas —mortales— de protocolo y etiqueta al servicio de un humor bizarro perfectamente integrado que funciona a las mil maravillas en esta antología.  

Así habló Kishibe Rohan es una amalgama de historias con un tono y un imaginario común con, como decía, un tratamiento del terror muy cotidiano y dosis de absurdo y extravangancia por doquier. Su humor y rareza no aminora el impacto de truculentas imágenes como las del capítulo La colina Mutsu-kabe, donde el cadáver del joven amante de una mujer no cesa de expulsar sangre de su cabeza. Un inquietante relato que entronca directamente con la carga del sentimiento de culpa y pecado. 

Toshiyuki Kato, director de la adaptación de Diamond is Unbreakable, es quien lleva la batuta de la dirección de este proyecto, por lo que su semejanza e influencias son más que claras. Así habló Kishibe Rohan mantiene máxima fidelidad estética y literaria respecto a los trabajos previos del estudio, alzándose como una breve e independiente extensión de los mismos perfectamente disfrutable para quienes no conozcan el universo de los JoJo’s. Con un estilo moderadamente distinto, la serie no demanda ningún tipo de conocimiento previo y podría ser un eficiente punto de entrada al imaginario del autor. Para todo aquel que ya esté dentro, Así habló Kishibe Rohan es un aperitivo ideal para volver a respirar brevemente la magia de la ciudad de Morioh y sus personajes, así como de disfrutar de una narrativa moderadamente distinta, pero que, en sustancia, enarbola como la que más el auténtico espíritu de la franquicia.  

Edu Allepuz