Hablar de JoJo’s Bizarre Adventure no es fácil. Nunca lo es. El mangnum opus de Hirohiko Araki es un universo en sí mismo. Adaptaciones animadas, live-action, spin-off y derivados, videojuegos, y un sinfín de productos de merchandising complementan el vasto compendio de más de un centenar de volúmenes que abarcan un total de ocho sagas o arcos argumentales independientes entre sí en cuanto a trama y ambientación. Un auténtico fenómeno de masas que ha convertido a Araki en uno de los autores nipones más exitosos y, a su vez, más extravagantes. El término bizarro no figura en el título de la franquicia por mera coincidencia, JoJo’s Bizarre Adventure es con total seguridad una de las obras más singulares y excéntricas que pueden encontrarse en el amplio mercado del manga. Pero lo cortés no quita lo valiente y, precisamente, lo excéntrico de su propuesta lo convierten en algo genuinamente único e irrepetible. Porque si hay algo que puedo afirmar categóricamente es que no existe otra obra como JoJo’s Bizarre Adventure, ni siquiera similar.

Por este mismo motivo no es de extrañar que la afamada franquicia no contase con una adaptación televisiva a la altura hasta pasados, nada más y nada menos, que 25 años desde su estreno. En 2012, David Production se aventuró a plasmar el carisma, estilo y esencia de la narrativa de Araki con un resultado más que sobresaliente. Tanto que, a día de hoy, ya figura en su portfolio la adaptación de los cuatro primeros arcos argumentales. Tras un espacio de dos años tras el fin de Diamond is Unbreakable, el estudio nipón vuelve a la carga con una nueva historia que contar. Una nueva localización y un plantel de personajes —casi— desconocido. Un nuevo JoJo copa el protagonismo. Giorno Giovanna. Aquí comienza JoJo’s Bizarre Adventure: Golden Wind.

Golden experience

Siguiendo la tónica del trabajo de Hirohiko Araki, Golden Wind supone un nuevo inicio. Atrás queda ya la peculiar vuelta al mundo del grupo de Jotaro y los sucesos sobrenaturales de la pequeña localidad nipona de Morioh. En esta ocasión la excentricidad transcurrirá de nuevo en suelo europeo. Concretamente en Nápoles, Italia. El nexo de unión, una vez más, vuelve a ser el linaje. Y, por qué no, el destino. Han pasado dos años desde el final de Diamond is Unbreakable y Jotaro Kujoh va tras la pista del hijo ilegítimo del que antaño fuera su archienemigo, Dio Brando. Sin embargo, será el pequeño Koichi Hirose quien lleve a cabo su voluntad, quien cumpla sus órdenes. Con tan solo un nombre y una foto sería complicado encontrar a alguien, pero los usuarios de Stand tienen esa conexión, esa química que termina por juntarles como si el destino dictaminase sentencia. Y así es como —casi sin saberlo— el nipón se encuentra cara a cara con su objetivo. Con un hombre —o mejor dicho, adolescente— de mil caras. Con alguien capaz de alterar el orden de las cosas. De hacer magia.

David Production lleva a cabo un trabajo de presentación de personajes altamente satisfactorio. Un par de capítulos son suficientes para introducir a Giorno a una amplia variedad de niveles. Conocemos sus extraños poderes, su personalidad, su propósito y su pasado. Y lo hace de forma muy natural, sin caer en el infodumping y manejando los tempos como pocos saben hacer, buscando siempre mantener el equilibrio. Se nos presenta a un joven de quince años con un gran carisma y un peculiar sentido de la justicia; ya que, por otro lado, es todo un experto en el arte del robo. Gracias al poder de su Stand (Gold Experience) Giorno tiene la capacidad de crear y manipular vida a través de los objetos inanimados. Un poder que no duda en utilizar para alterar los objetos de su entorno para que todo juegue a su favor. Sin duda, una de las habilidades más versátiles de la serie y que puede ser gustosamente explotada gracias a la imaginación de Araki.    

Un respiro para el linaje Joestar    

Pero Gold Experience no es solo una herramienta empleada para que el bueno de Araki y el equipo de David Production hagan volar la imaginación —más si cabe— . Tiene mucho que ver con el propio Giorno y con lo que se quiere contar. El propio nombre y el cromatismo que luce la representación del Stand están directamente relacionados con el propósito del joven, con el sueño que pretende alcanzar. Ser un “Gang-Star”. El dorado brillo del dinero es sinónimo de poder, de clasismo. Convertirse en un reconocido gangster lleva consigo esas y otras tantas consecuencias, virtudes para algunos. Quizá puede parecer un objetivo algo simple, banal, pero se trata de jugar con las apariencias. Y todo parece indicar que Golden Wind va de eso. No sería de extrañar que el mismísimo hijo del malvado Dio Brando, el heredero de su propia sangre, buscase escalar dentro de una organización criminal como la mafia para sembrar el caos. Para ostentar el poder. Empero, Giorno es completamente antagónico a su padre. El joven de cabello rubio tiene un objetivo muy distante. Busca infiltrarse dentro de la organización para derrumbar sus pilares, para sabotearla desde su propio vientre.

La dirección de la serie opta por desvelar los deseos más íntimos de su protagonista en los primeros compases, sin dejar prácticamente nada en el tintero. Aprovecha el enfrentamiento contra Bruno Bucciarati para narrar el pasado de Giorno, la irrupción de su característico “don” y su peculiar relación con la mafia de Nápoles. De alguna forma es fácil empatizar con el personaje y notar que algo ha cambiado. Que ya no es una cuestión de linaje o herencia, sino de voluntad propia. La misma voluntad que le lleva a confiar en Bucciarati, deuteragonista y miembro de la banda mafiosa Passione. El duelo entre ambos vuelve a estar protagonizado por diálogos que se suceden entre una muy tangible tensión. De sorpresas y movimientos inesperados perpetrados desde el ingenio. Como decía antes, Golden Wind juega con las apariencias —aunque, a decir verdad, también lo hacían sus antecesoras— y termina desvelando los auténticos sentimientos de las personas, sus caras ocultas. Puede que el malo no sea tan malo como puede parecer en primera instancia. Y puede que con el líder adecuado actúe en concordancia con sus verdaderos sentimientos. La mecha de la revolución se acaba de prender.

Un estilo renovado e inconfundible

Los tres primeros capítulos de la producción representan un claro ejemplo de cómo hacer las cosas realmente bien tanto a nivel técnico como de dirección y guion. Se consigue cierta sensación de equilibrio entre los momentos de acción y los más apaciguados o de transición. Es fácil notar cierto cambio de registro que impregnó el autor tras finalizar Stardust Crusaders, donde las batallas eran el centro neurálgico de la narrativa. Con 36 episodios más en la guantera, Golden Wind ya se postula como el arco más distintivo hasta la fecha. Con un protagonista que, por primera vez, se distancia del linaje Joestar para aportar algo de frescura, de novedad. Todo bajo una construcción muy sólida para ser el comienzo y que, además, ofrece riqueza en cuanto a posibilidades. Porque tal vez estamos ante una bomba de relojería que puede terminar por explotar y mostrar el poder que tienen los lazos de sangre. Pero, ¿quién sabe? Bendita espontaneidad la de Hirohiko Ataki.  

El equipo de David Production coge el testigo que dejó en 2016 al finalizar Diamond is Unbreakable para marcarse un regreso triunfal. La adaptación animada de Vento Aureo lleva la esencia JoJo’s en todos y cada uno de sus fotogramas. A pesar de los cambios de personal en la dirección del proyecto, Naokatsu Tsuda repite una vez más. Vuelve a ser el conductor de una máquina que funciona a la perfección gracias al empeño y la calidad de cada uno de sus engranajes. El mimo en los planos, una dinámica paleta cromática que ya es marca de la casa con sus habituales cambios de tonalidad y una composición musical que no solo sabe acompasar, sino que eleva el ritmo y los tiempos a placer.

Como decía, Golden Wind mantiene la singular identidad de la serie pero sí es cierto que es el primer arco donde más cambios se pueden percibir en cuanto a diseño de personajes. A lo largo de las partes, el estilo artístico de Hirohiko Araki fue mutando, cambiando según sus nuevos intereses. Tras Stardust Crusaders el estilo del autor nipón ya cambia a favor de unos personajes más definidos y estilizados. Pero, es en Vento Aureo donde esa transformación termina por culminar. Ni mucho menos se abandonan las situaciones o gestos hiperbólicos, pero los personajes lucen un diseño más real, más estilizado. Se deja atrás la testosterona más musculada. Y, también, hay un mayor énfasis en la moda, en ilustrar estrafalarias vestimentas dignas de elogio. Se nota que Araki es un aficionado a la moda y que, no en vano, Italia es la cuna de dicha industria.  

JoJo’s Bizarre Adventure: Golden Wind vuelve a dignificar la obra original, una identidad que, 31 años después, no tiene una sola arruga. De Oriente a Occidente. De Japón a Italia. Entramos en el siglo XXI sumergiéndonos en la cuna del Renacimiento. Espectadores de los pasos de Giorno Giovanna en su afán por infiltrarse en la misma mafia y corromperla desde dentro. Destruir el crimen organizado a su manera. 39 semanas de disfrute y elocuencia. Tres temporadas para averiguar si la nobleza es incorruptible o, por el contrario, es el precio a pagar.

Edu Allepuz

¿Te gusta nuestro contenido? Apóyanos de la forma que prefieras y ayúdanos a seguir creciendo.