LOS ANTECEDENTES
El cine del exceso es muy difícil de ejecutar adecuadamente. Muchos directores han intentando llevar su narración a un estado de éxtasis pero por el camino han perdido a sus personajes o la esencia de lo querían contar. Paolo Sorrentino, quien tiene solamente 48 años pese a que sus inquietudes parecen indicar que es 20 años mayor, ha conseguido encontrar una fórmula para que sus últimas obras (La gran belleza y El joven papa) alcancen un equilibrio entre instantes desmesurados y una historia principal (y un protagonista) interesante. ¿Conserva Silvio (y los otros), su estreno más reciente, esta alquimia o el hechizo de Sorrentino empieza a desvanecerse? Pese a que el director se reafirma en su estilo, en nuestra opinión, nos inclinamos por lo segundo.
LA PELÍCULA
No nos fascina el estilo de la película pero tampoco tenemos un tono alternativo en mente. Es evidente que la vida de Berlusconi no podía ser narrada de una forma convencional dado que la imagen que tiene la gente de él (y la que él vendía) era muy caricaturesca y exagerada. Sorrentino y Servillo parecían el dúo ideal pero a la cinta le falta algo: cohesión. No es que esperásemos un guion de hierro de un filme como éste, pero la narración tiene unos altibajos insalvables. Sorrentino concibió la historia en dos películas (Loro 1 y Loro 2) pero internacionalmente se apostó por unirlas en una sola y quitar mucho metraje. Y se nota. A falta de media hora para el final de Silvio (y los otros) hay un gran bache y la película parece que vuelva a empezar. El final no es, en nuestra opinión, nada satisfactorio.
Una pregunta nos iba rondando la mente a lo largo del visionado de Silvio (y los otros). Era la siguiente: ¿le gustará este filme a Berlusconi? Al final, no supimos decantarnos. Puede que se sienta insultado por la secuencias que lo ridiculizan o puede que las ignore y se quede con las escenas que le retratan como el hombre más listo de la habitación. Al fin y al cabo, si hizo lo que hizo (y hace lo que hace) es porque no le importan las críticas a su imagen pública.
ELLOS Y ELLAS
Pese a las reservas de gran parte de la crítica hacia la película, todo el mundo ha estado de acuerdo en algo: Toni Servillo está brillante. La caracterización física (el maquillaje) es un poco extrema pero su trabajo debajo es extraordinario.
A parte de él, el reparto de la película es muy coral, todo el mundo cumple. Destacamos las interpretaciones de: Elena Sofia Ricci, Kasia Smutniak, Riccardo Scamarcio, Yann Gael (su escena con Servillo es muy reveladora de la mentalidad de Berlusconi) y Alice Pagani.
LA SORPRESA
Nos gustó el hecho que no viéramos a Berlusconi en la primera media hora pero no paramos de oir cosas sobre él. Es como el coronel Kurtz.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
Elegimos dos. La primera es la secuencia en la que sale el sol mientras la gente invitada a una de las fiestas está en la piscina, por su belleza plástica y por como conecta a personas que, en aquel preciso instante y solo entonces, sienten lo mismo. La segunda, es una en la que Berlusconi intenta venderle por teléfono un piso muy caro a una señora de clase trabajadora, ya que destila la esencia del personaje.
TE GUSTARÁ SI…
Te ha apasionado lo que ha hecho Sorrentino hasta ahora, quieres reafirmarte en que Berlusconi era un ser despreciable o si aprecias los planos cinematográficos audaces y transgresores (algunos de lo mejor del 2018) y tienes casi tres horas libres.
LO MEJOR
- La entrega de Toni Servillo. ¡Este hombre es un prodigio!
- La exquisita selección de canciones (Sorrentino destaca en especial en este ámbito)
- Las excelsas imágenes que el director consigue captar con su cámara
LO PEOR
- El nuevo montaje no le ha sentado nada bien a la historia
- El lamentable tratamiento de los personajes femeninos (marca de la casa)
Pau Jané
