El ser humano, de normal, busca alcanzar una mejor versión de sí mismo. Supongo que es algo instintivo, algo ligado a nuestra naturaleza; el hecho de lidiar con nuestro inconformismo y con esa delicada búsqueda de la «perfección» nos empuja a sobrepasar límites propios, a mirar atrás en el tiempo para reaprender y afrontar el futuro con ese valioso bagaje. No es algo fácil, por supuesto, y es probable que el esfuerzo necesario para lograrlo sea tal que muchos prefieran no salirse de las lindes de la zona de confort. Esto es algo muy apreciable sobre todo en aquellos trabajos que tienen un elevado componente de imaginación y creatividad, como la literatura. En cierto modo, Un mundo maravilloso es la prueba fehaciente de lo que un autor puede llegar a crecer pese a no desligarse de un estilo y unas temáticas que son indivisibles. Analizado en retrospectiva, se trata de un ejercicio creativo en el que ya podían observarse los mimbres con los que se fraguaría una trayectoria profesional tan idiosincrática como sobresaliente.
La recopilación de los dos volúmenes que componían Un mundo maravilloso (2002-2004) en una nueva edición que incluye, además, varios extras, supone para el público la oportunidad idónea de sumergirse en los primeros trabajos de un joven y precoz autor. Pero también brinda una oportunidad al propio Inio Asano: la de revisitar, observar con la vista de quien ha madurado, tanto laboral como emocionalmente, unos primerizos trazos e historias que ahora, con el imborrable paso del tiempo, parecen causar más vergüenza que orgullo. Una respuesta natural, pero no por ello hay que olvidar que algunos de esos torpes relatos serían el germen de futuros y exitosos trabajos. Un mundo maravilloso se antoja más como un pequeño baúl de recuerdos que como una eficiente puerta de entrada al imaginario del autor. Un producto que deja un mejor sabor si se conocen previamente los recursos, manías y obsesiones del mangaka; pero, aun con todo, no deja de ser un funcional vehículo narrativo para entender mejor los procedimientos del reputado autor japonés.
Un mundo maravilloso es una recopilación de breves relatos independientes, sin una aparente conexión entre ellos, excepto la de ser concebidos bajo la característica visión de un autor que toma el existencialismo y el papel del individuo dentro de la sociedad como armas con las que esgrimir un estilo que ya es intrínseco. Se trata de un díptico de historias efímeras, con mensajes muy claros y reiterativos dentro de toda la producción creativa de Inio Asano. Sin embargo, esta sucesión de historias, debido a las características de su construcción, no terminan de profundizar demasiado o dejar cierto poso en el lector tras su lectura. El principal motivo de ello es la patente irregularidad entre unas historias y otras, fruto de una concepción creativa delimitada a un número de páginas siempre variable según la disponibilidad en ese momento en la revista donde se publicaban; la Sunday GX, perteneciente al grupo editorial Shôgakukan.
Pese a ello, Un mundo maravilloso logra postularse como una singular e interesante antología donde el autor nipón vierte muchas de sus inquietudes, pensamientos y miedos; un punto de encuentro entre individuos y temáticas que han orbitado alrededor de la trayectoria del propio Asano. Bajo ese halo de intimismo tan característico que impregna un ritmo y estructura narrativos propios del slife of life, el autor aprovecha las peculiaridades del formato de publicación para saltar de un asunto a otro con la osadía de quien no le debe nada a nadie. Capaz de abrir con un relato como Huidiza, una exposición sobre el paso a la edad adulta y una reflexión acerca de la persecución de los sueños, como de hilvanar con Una ciudad con muchas cuestas, una historia que abraza el realismo mágico para tratar algo tan peliagudo como el bullying infantil y la muerte, aunque con un mensaje final de esperanza que ensalza la dicotomía y fortaleza del alma humana.
El primer relato, Huidiza, no solamente es la idea sobre la que a posteriori florecería una de sus obras más aclamadas, Solanin, también sirve como perfecto ejemplo de una serie de planteamientos ampliamente exprimidos por el autor. La profundidad psicológica con la que acostumbra a retratar a gran parte de su elenco «joven» se tangibiliza también en relatos como Wonderful Girl que, muy en la línea de Huidiza, incide en la presión con la que el yugo de los engranajes societarios asfixia cualquier atisbo de aspiración o sueño proveniente de la inocente lozanía o Jarabe, narración que deambula por metáforas e ideas similares, incidiendo sobre todo en la aceptación de la realidad y en los pequeños resquicios de esperanza con los que poder afrontar la siempre plomiza incertidumbre del futuro. La incursión al mundo laboral y el hecho de lidiar con las expectativas que otros depositan en nosotros son otro de los puntos clave dentro de la producción de Asano. Mensajes que permean en relatos como Un mundo maravilloso o Bad Week, siendo éste último un perfecto retrato de la imagen de la educación familiar en la sociedad nipona; una que suele pecar de excesiva a la hora de presionar y buscar en la descendencia una «excelencia» a través de acciones con unas más que posibles consecuencias psicológicas.
El tratamiento del amor y los distintos tipos de relaciones interpersonales es otra de las constantes en la trayectoria de Asano, y por supuesto que iba a ocupar pequeños espacios narrativos como Mini Grammer o Untitled, breves historias que orbitan alrededor de las diferencias, la ruptura y el lidiar con la rutina de la vida en pareja, con la enseñanza de valorar incluso la aparente liviandad, pues jamás podremos llegar a saber cuando exhalará su último aliento. Del mismo modo, Inio vierte sobre el papel toda esa angustia, incertidumbre y desasosiego que protagonizan uno de sus últimos trabajos, Reiraku, a mucha menor escala en Sunday People, un breve y muy condensado ejercicio de tintes autobiográficos acerca de las implicaciones de una profesión como la suya.
Como decía, Un mundo maravilloso no deja de ser una procesión de muy diversos pequeños fragmentos de vida de gente anónima, gente corriente tratando de lidiar con las asperezas y obstáculos que surgen a lo largo de cualquier vida humana. Se trata de una obra coral donde múltiples rostros cumplen con su respectivo rol, representando un papel dentro de la función de Asano, personificando mensajes y, en ocasiones, moralejas. Y pese a que no exista una continuidad propiamente dicha, —al margen de ciertos personajes que aparecen en más de una ocasión— el autor logra otorgar cierto grado de conexión y secuencialidad entre los diferentes relatos gracias a los elementos que conforman las pequeñas viñetas incluidas al final y al principio de cada historia. Un recurso simple, sutil, pero muy eficaz a la hora de otorgar cierta cohesión a algo de naturaleza fragmentada.
Del mismo modo que en términos de guion Un mundo maravilloso se antoja como un trabajo mucho menos refinado comparándolo con su producción posterior, a nivel artístico ocurre algo similar. El trazo y el característico estilo del autor se pueden entrever, pero en términos generales la obra de marras ofrece un resultado mucho más simplista y recatado en cuanto a nivel de detalle. Aun con todo, dejando claro que en lo artístico sigue cumpliendo con creces y perfilando una personalidad única, Un mundo maravilloso es un interesante trabajo de iniciación y revisión. Lo es porque entre sus páginas se pueden encontrar diversas anotaciones, apuntes del propio Inio Asano que permiten conocer más a fondo obra y autor. Entendemos el porqué de su fijación por los personajes jóvenes, la primera ilustración a doble página de la que sintió cierto orgullo, cómo el increíble trabajo de Takehiko Inoue en Vagabond serviría como influencia a la hora de intentar lograr un estilo más realista o cómo a partir de esa época comenzaría a utilizar las fotografías tomadas como base para construir los fondos hiperrealistas que tanto definen su arte actual.
Creo que existen mejores puertas de entrada a la producción de Inio Asano que Un mundo maravilloso. Sin embargo, y pese a sus irregularidades, es un título que se torna más disfrutable conforme más se conozca al autor y más se quiera profundizar en los inicios de su carrera. Porque a pesar de la inexperiencia propia de la juventud, es un ejercicio artístico del que es fácil ver qué temas y recursos formales emplearía el joven mangaka a lo largo de los siguientes años. Un mundo maravilloso es el germen de otros y mejores trabajos, pero también representa a la perfección uno de los mensajes clave de la obra: el de seguir hacia delante por muchos obstáculos que la vida te ponga por delante. Poder sentir la calidez de los primeros rayos de luz primaveral que disipan las sombras; acudir cada año a ese majestuoso árbol de cerezo…
Cómo es la edición de Un mundo maravilloso
Desde que el nombre de Inio Asano comenzara a sonar con mayor fuerza en nuestro mercado, Norma Editorial no dudó en, prácticamente, monopolizar gran parte de la producción del reputado mangaka. Tras la publicación de series como Buenas noches, Punpun o Solanin, entre otras, la editorial publica ahora uno de los primeros trabajos de Asano; una obra inicialmente recopilada en dos volúmenes y que ahora llega a nuestro territorio bajo una nueva edición con extras y recogida en un único tomo. Un mundo maravilloso está compuesto por un total de 428 páginas, siendo ocho de ellas a color. Presenta un formato A5, rústica con sobrecubierta y una dimensión de 14,8 x 21 cm. La portada de la edición realizada por Norma Editorial es idéntica a la empleada en Japón, destacando un estilo y diseño minimalista donde el protagonismo recae en uno de los personajes más representativos y estrambóticos de la obra.
Un mundo maravilloso se puso a la venta el pasado mes de julio a un precio de 12,95€. La obra cuenta con un total de 18 capítulos y dos historias extra con motivo de la nueva edición. Una que también cuenta con anotaciones del propio Inio Asano tras la conclusión de cada uno de ellos. A nivel de diseño e impresión del volumen no hemos encontrado ningún inconveniente o errata. Tanto el entintado, como el sangrado y las viñetas gozan de una perfecta armonía en el tomo. Por último, mencionar que la localización a nuestro idioma está perfectamente lograda gracias a la labor de Marc Bernabé (DARUMA Serveis Lingüístics, SL).
Edu Allepuz
