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TÓCALA OTRA VEZ, SAM: PIANOS DE CINE

Aprovechamos el estreno de la francesa La clase de piano para hablar de música, componente indispensable en el audiovisual. Ya sea diegética (los personajes la escuchan) o extradiegética (solo la oyen los espectadores), la música se utiliza para acompañar, mejorar y en ocasiones subrayar las imágenes. Pero en ocasiones también se hacen películas que le dan a la música un protagonismo directo, ya sea convirtiéndolas en musicales o, sencillamente, situando a los personajes cerca de instrumentos. Hemos visto baterías comprometidos en Whiplash, guitarristas fumados en Tenacious D y hasta mendigos chelistas en El solista, pero hoy nos vamos a quedar con el instrumento clásico por excelencia. Hablamos de pianos de cine.

Charlot domina el piano

Vayamos, como debe ser, al inicio. En 1914 Charles Chaplin creó a Charlot, el mítico vagabundo que poco a poco le convirtió en la persona más famosa de la Tierra. Ese año hizo muchos cortos con el queridísimo personaje, y en uno de ellos le dio una gran importancia a nuestro instrumento del día. En Charlot domina el piano pEodemos ver los primeros gags sobre el instrumento de teclas que hoy en día se siguen haciendo. Partiendo de la base “el piano pesa”, Chaplin explora en apenas 10’ todos los gags posibles, desde el instrumento cayendo sobre alguien hasta deslizándose por una cuesta. Un corto sencillo pero importante gracias a sus muchos recursos para hacer reír a través de un piano que, lógicamente, nunca escuchamos.

El piano

La parte evidente de la lista. El piano es una de las películas más sutiles, elegantes y hermosas de los años 90. Contaba la historia de una joven muda que reemplazó su voz por la música. Y gran parte de la culpa de que esta película se haya convertido en un clásico la tiene la maravillosa banda sonora que creó Michael Nyman, que se convirtió al instante en un éxito de ventas. Como curiosidad decir que Holly Hunter tocó todas las canciones en sus escenas, incluso dio clases a Anna Paquin.

Grand Piano

Improvisamos un giro de guión en el artículo para cambiar completamente de género. Mucho antes del éxito en sundance de Damien Chazelle, el joven cineasta escribió un thriller con tintes de Hitchcock. Se llamaba Grand Piano y lo dirigió Eugenio Mira con Elijah Wood a la cabeza del reparto. La película, al más puro estilo Última Llamada, retaba a un famoso pianista a mantenerse ante las teclas pese a la presencia de un francotirador en el teatro. Y no solo eso, le obligaba a no fallar ni una sola nota de una partitura extremadamente difícil. Una obra de lo más tensa producida por un Rodrigo Cortés recién salido de Buried.

El pianista

El único Oscar que tiene Roman Polanski. Mejor director por la encumbrada película protagonizada por un inmenso Adrien Brody. La historia de un brillante pianista judío durante el holocausto nos emocionó a todos, y contiene una de las mejores secuencias del cine dramático de los últimos tiempos. Ese momento en que Wladyslaw Szpilman toca el piano ante la mirada del oficial nazi, estremecedora escena que elevó la película al nivel de obra maestra. Como curiosidad, Brody se convirtió en el más joven actor hasta la fecha en ganar un Oscar. Tenía 29 años cuando subió a recogerlo.

La pianista

Es muy importante que no confundáis estas dos películas. Lejos de ser la versión femenina de la historia de Polanski, La Pianista es una de las más duras películas de Michael Haneke, lo que ya es decir. Isabelle Huppert interpreta a una elegante profesora de piano en el conservatorio, pero oculta una doble vida donde frecuenta cines porno y mantiene una sexualidad activa y peligrosa. Tiene secuencias brillantes, pero sobre todo es dolorosa de ver. Si quieres una película que te de ganas de aprender a tocar el piano, esta no es la que buscas.

Once

El debut del irlandés John Carney no solo emocionó al mundo entero, si no que también conmovió los corazones de sus protagonistas, que se enamoraron durante el rodaje. Cómo no caer en el amor cuando cantas canciones como Falling Slowly a piano y guitarra. Once es una de las mejores películas independientes del siglo, y en gran parte gracias a la sensibilidad que tiene el director hacia la música. La respeta, la mima, y nos hace sentirla. Una maravilla, vaya. Es tan buena que incluso tiene una parodia en Los Simpsons, cuando la familia viaja a Irlanda y presencia un piano caer de una ventana. «Deje de regalarle pianos a mi mujer», le chillan a un Glen Hansard animado.

Y hasta aquí nuestro pequeño repaso a algunas de las mejores películas que contienen pianos. Por supuesto, el título del artículo es honor del pianista a quien más canciones se le han pedido. Sam, de Casablanca, es el amigo que todos querríamos. Un whisky sobre el piano y la emoción en las manos. Así da gusta escuchar música en el cine.

Ignasi Muñoz

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