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LA QUIETUD EN LA TORMENTA: HABLAMOS CON SU DIRECTOR Y SU PROTAGONISTA

En la última edición del D’A Festival de Barcelona pudimos ver la primera película del director Alberto Gastesi, un preciosista trabajo de orfebrería emocional cuya crítica podemos leer aquí. A su paso por la capital catalana tuvimos la ocasión de charlar con el director y su principal protagonista, Loreto Mauleón (La chica de nieve, Patria), con quienes tuvimos ocasión de hablar de la película, pero también de cómo se refleja la vida en esta y de la situación del cine en la actualidad, entre muchos otros temas.

P: Buenos días a los dos.

A: Buenos días.

P: ¿Qué tal?

L: Pues muy bien. Muy contentos de estar en el D’A, la verdad.

P: Supongo que lleváis todo el fin de semana aquí.

L: Llegamos ayer y para aprovechar también un poquito.

P: Respecto a cómo se presenta la película, a nivel de público, a nivel de crítica… A mí me ha encantado. Yo he sacado mi propia conclusión, pero, igualmente, ¿qué pretendíais contar, esto va dirigida a ti sobre todo, Alberto, con la película? ¿Qué pretendías explicar?

A: Yo creo que al final he entendido que hemos pretendido (risas), bueno, digamos que, a la misma vez, hablar de hacerse mayor y de cargar con las decisiones que has tomado y las que has dejado de tomar como si fueran una mochila de fantasmas con la que convives y, por otro lado, ha terminado siendo un retrato, pues, por un lado generacional porque es una cosa en la que coincide todo el mundo que la ha visto y que comparte generación con nosotros; ha terminado siendo un retrato de Donosti, de los dos idiomas y cómo se mezclan en la gente. Eso. Digamos que hay esas dos vertienes: una más temática y otra pues que ha terminado envolviendo la peli. No sé, incluso hay una mención a la propia guerra. La película y su proceso han bebido mucho del momento en que se iba haciendo.

P: Loreto, ¿qué es lo que más te llamaba la atención de la película y de participar en ella?

L: Pues que era la primera peli de Alberto. ¿Qué te voy a decir? Nos conocemos hace mucho tiempo y es como que tenía que ser así. O sea, de alguna manera teníamos que… No sé, yo sentía, cuando me enseñó el guion, que eso tenía que ser así, que tenía que hacerlo por encima de todo y no fue fácil, no te creas, no el proceso, sino el encajarlo y el poder hacerlo en las fechas que podíamos porque fue bastante loco. Esos meses fueron una locura.

A: Si llegas a ver si agenda del mes de abril del año pasado… Con todos los viajes en avión y traslados.

L: Fue, por suerte, porque es raro en la profesión y por eso digo que es por suerte, pero fue una primavera caótica. Y yo te prometo que no sabía dónde estaba. Yo decía: «No sé dónde estoy, pero tengo que hacer la película de Alberto sí o sí».

A: Tiene una personalidad múltiple muy bien llevada (risas). Manejaba muchos personajes a la vez.

L: Hubo un momento en que la personalidad de Loreto no estaba; estaban todas las demás. No sé, fue como que eso sentía que tenía que ser así porque ya sé cómo trabaja, ya sé el mundo que tiene en su cabeza… Además, no conocía cómo escribía Alex, pero al leer los diálogos había algo especial y luego había algo muy personal en contar esta historia porque a pesar de que no, de que yo, evidentemente, no soy Lara, pero hay muchas similitudes que yo puedo encontrar y con las que me puedo sentir identificada con ella en cuanto a recorrido. Y ahora mismo, viniendo en el autobús, que venía más o menos desde Sants, venía pensando en mi vida. O sea, no era… O sea, evidentemente era por la película, pero venía pensando en las decisiones que he ido tomando, que me han, como que he ido…

P: Que tiene que ver mucho con la película también, con los personajes.

L: Sí, y estaba pensando «Si yo hubiera…» O sea, estaba como en cosas que se ven en la peli; ¿no? «Si hubiera hecho esto otro en lugar de haber hecho…» Y de repente digo: «Es lo que has decidido, sin más». Es que no hay otra. Y es un poco lo que les pasa a los personajes y un poco lo que acaba contando la película: bueno, tomas una decisión en un momento concreto y esta te lleva a otra y ya está. Y no hay más. Eso es la vida.

A: Yo estoy muy contento de que… Porque, en realidad, esta no estaba prevista que fuera nuestra primera peli. Llevábamos trabajando en otro proyecto de otra dimensión mucho tiempo y por circunstancias, muchas, esta terminó siendo… Irrumpió ahí en medio y yo creo que teníamos que hacer nuestra primera peli juntos y ha sido así. Estoy muy contento de que haya sido así.

P: Muy bonito. Se pueden sacar muchas interpretaciones de la película. Para mí, también otra cosa que he sacado es un ejercicio para aprender a vivir con nuestros recuerdos. ¿Qué significado tiene para vosotros la memoria? ¿Creéis que puede condicionar nuestro presente desde el pasado?

L: Hombre, yo creo que sí que condiciona. O sea, por supuesto, es que por supuesto que sí, lo que pasa que tenemos que aprender a vivir con ello. O sea, no borrarlo ni nada, como convivir. Encontrar esa paz dentro de… Bueno, no sé si llamarlo paz, pero poder vivir a pesar de.

A: La memoria es quién somos. Y luego está la dimensión colectiva de la memoria, que es otro asunto.

L: Claro, yo me la llevo más en este caso a la propia, pero creo que, en este caso, si la memoria no te perturba, puedes seguir caminando. Pero ahí está el trabajo de cada día, ¿no?

A: Tienes que trabajar estar en paz contigo mismo, que es una cosa que…

L: Que es muy difícil. Y que no es algo que se solucione, sino que es continuar con ello todo el rato. Y era un poco eso lo que iba pensando en el autobús, en realidad.

A: Al menos, si no estás en paz, por lo menos a partir de ahora genera acciones que te hagan estar en paz en un futuro. Quiero decir, que lo que no tienes que hacer es traicionarte nunca. No sé, tomar las decisiones, ser valiente, que es lo único importante, en este eterno retorno que decíamos, ¿no?. Ten la valentía de que en un futuro no tengas que cargar con estas decisiones.

L: Claro, pero, si en un momento dado no puedes serlo por lo que sea, pues tampoco juzgarte y machacarte, ¿no? Bueno, entramos ahí en psicología ya, pero…

P: Bueno, es que la película tiene bastante de esto.

L: Sí, es muy guay la sensación de que alguien vea la peli y salga como con muchas preguntas como muy íntimas, ¿no? O sea, que, de repente, la peli te lleve a algo muy propio. Como que los personajes sean tu excusa para meterte dentro de ti.

P: Sí, sí, de hecho, claro, yo acabé la película un poco así. Viendo los personajes, se me generaron muchas preguntas. Luego otra cosa que también se me quedó fue una cierta melancolía cuando acabé la película que se acentúa por el blanco y negro. ¿Por qué el blanco y negro? ¿Por qué lo elegiste? ¿Era condicionado? ¿Sabías que iba a ser así? ¿Querías aumentar esa melancolía?

A: No, desde luego que no. O sea, para mí no es una herramienta para subrayar un estilo, subrayar un tono… Te puede llevar… Por lo menos, no funciona actuando así. Es más bien que el blanco y negro ha sido un a priori, un primer mandato para imaginar la película, es casi más eso, que el otro lado, que el otro camino, que el fuera «vamos a hacer una película de esta manera que cuente esto y entonces vamos a elegir qué estilo es el que más le conviene». Me parece aburridísimo.

P: Me parece fascinante el blanco y negro. Sobre todo, ese par de imágenes que se ven en color.

A: Qué bueno que hayas visto dos porque hay gente que sólo se da cuenta de una de las dos.

P: Sí, son esas dos imágenes que, de repente, irrumpen ahí. A mí me recuerda a películas más intimistas como A stormy night o Los ilusos, de Trueba. Son también en blanco y negro y son pelis muy intimistas también y esta le añade el plus ese de melancolía con la lluvia de Donosti. Me pareció genial y muy bonito.

L: Es que hay algo de que la ciudad se presta tanto al blanco y negro, a retratarse así…

P: Sí, y hay una frase, además, que recuerdo, que la llamaban «La pequeña París». Me pareció muy acertado.

L: Sí, «mudarnos a la pequeña Paris».

A: Sí, se dice mucho de Donosti.

P: Me he fijado también en las casualidades que pueblan toda la película: la ballena, el piso de la inmobiliaria, la tormenta que los retiene… ¿Creéis de alguna forma que las casualidades condicionan nuestra vida?

A: Que la condicionan seguro. Evidentemente que la condicionan.

L: Lo que no sé es si son casualidades (risas). O sea, hay veces que decimos: «es que qué casualidad». Bueno, igual no tanto. Pero, no sé, o sea, igual no es tanta casualidad. Igual… Esto tenía que ser así. No sé, no sé.

A: ¿Estaba esperando la casualidad para que me condicione de esta manera o necesito condicionarlo hacia allí y ya encuentro la casualidad?

L: Y dices: «Mira qué casualidad que me tenía que aparecer esto delante para que yo tome esta decisión». Bueno, a lo mejor la ibas a tomar de todas maneras.

P: Es que, por ejemplo, el momento de la ballena en que él la mira a ella, la casualidad del piso de la inmobiliaria… Son un montón de casualidades que me pareció bastante acertado. Y, luego, hablando también… Ha salido antes el tema. Se cruzan múltiples realidades: la sevillana, la parisina, la de Donosti, el castellano, el euskera (que también lo vivimos aquí en Barcelona con el catalán y el castellano), una juventud primaria, una juventud tardía… ¿Qué importancia creéis que tiene en nuestra vida la identidad y cómo esa identidad  se nutre de todas nuestras vivencias? Porque todo eso son identidades.

A: Sí, efectivamente, la película sí que habla de alguna forma de las identidades, pero más a través de dicotomías constantemente. Y, sí, yo creo que, no sé, es una manera de hablar de las identidades y, además, hay una que no has nombrado y que, según pasan los meses después de hacerla, creo que tiene más importancia en lo que hemos hecho y es el mundo progenitores y el mundo descendencia. Es una película que habla mucho sobre la descendencia porque ambas parejas están inmersas en un momento vital en donde eso es un tema que les atraviesa y está presente en sus espíritus. Cada una lo lleva de una forma diferente, lo verbalizan, no lo verbalizan. Eso por un lado y luego está el tema de dónde vienen y quiénes son sus progenitores y que, de alguna manera, el hecho de estar ambos un poco abandonados, él por su padre y ella por su madre, por circunstancias distintas, bueno, pues los junta aún más. Hace que sean personajes que se necesitaban todavía más de lo que parecía cuando son jóvenes.

L: No sé, no sé… No sé muy bien…Me parecen súper interesantes tus preguntas; necesitaría  un buen tiempo para pensar y responder todo.

A: La identidad. Podemos entrar en millones de jardines.

P: Claro, pero es que la película abre muchas puertas: abre la identidad, abre el recuerdo, abre las casualidades y la memoria. Abre un montón de cosas la película. Y luego la última pregunta. Hemos hablado de Los ilusos, de Trueba, hemos hablado de A stormy night… Es un proyecto muy intimista. ¿Crees que el cine español de los últimos años se está arriesgando y apostando por proyectos diferentes como este? Venimos de un año muy bueno de cine español, el año pasado. Una película, por ejemplo, no un poco más intimista, sino personal, como Sinjar, que trata sobre el Estado Islámico, es un ejemplo de cómo cada vez más podemos encontrar este tipo de proyectos. ¿Creéis que el cine español está abriéndose, está arriesgando, está apostando por más proyectos como estos?

A: A ver, yo creo que… Hombre, el hecho de la democratización del cine, lo digo por los medios porque ahora cuesta menos hacer una película así, esto no creo que hubiera sido posible hace quince años; abre la puerta a que haya más voces en los márgenes con proyectos como este. Yo no sé si luego la visibilidad que tiene en lo que es la industria, que al fin y al cabo es lo que llega a la gente común a través del telediario, ¿no?, que son los premios importantes y tal, está absorbiendo esta creación un poco desde los márgenes. Creo que estamos viendo unos años buenísimos de cine español. Me da un poco de…

L: ¿Respeto?

A: No respeto, pero me inquieta un poco el riesgo a que los proyectos de clase media, que no son estos, sino los proyectos de un par de millones de euros, los que luego copan los premios, puedan ser homogeneizados, de alguna forma, por el peso que los laboratorios están adquiriendo a la hora del momento de desarrollo y gestación de los proyectos. Eso me parece un poco peligroso. Puede que estemos haciendo películas parecidas, más de lo que deberíamos.

P: Sé que es un debate muy abierto, eh.

L: A ver, yo creo que… Yo sí que creo que es un momento en el que sí que se están haciendo cosas muy interesantes y muy diferentes y contando cosas como muy propias, pero el problema es luego llevarlo al cine; el problema es llegar al cine. Creo que se hacen cosas y que se junta mucha gente queriendo contar historias, pero es muy difícil luego mostrarlo y llegar al público si no hay detrás una institución o una productora muy grande, una distribuidora muy grande. Entonces, bueno, al final se queda en que una película como esta la verá gente, periodistas que os intereséis, gente que de repente…

A: Esta la va a ver un mogollón de gente en el cine el 12 de mayo.

L: Está la va a ver mucha gente porque la tienen que ver, pero, escúchame, en serio, el problema es ese y creo que siempre ha sido porque hay circuitos como muy cerrados, ¿no? O sea, que luego no tienen posibilidad de ser vistos.

A: No, por eso el D’A y festivales como este son tan importantes.

L: Claro, pero la gente que seguimos el D’A, pues muchos somos de la profesión. Es como lo complicado, ese pasito. Pero es que luego vemos que una película gigante también tiene sus dificultades para que haga taquilla. O sea, que el problema… No sé cómo vamos a…

A: Se hacen más pelis que nunca y menos gente en los cines.

P: Es una paradoja, eh.

L: Claro, es que eso es tremendo. Es tremendo. Pero, bueno, también es verdad que luego vas viendo los premios, como dices tú, que son los que ve la mayor parte del público y hay películas diferentes. Hay cosas distintas. Este año para mí ha sido, bueno, increíble, buenísimo. Me hubiera gustado estar en cualquiera de los proyectos, ¿no?

P: Y veníamos de años anteriores también en cuanto a series. Patria, por ejemplo, Antidisturbios, Veneno; es decir, series muy potentes…

L: Hay cosas muy potentes y se están haciendo cosas también muy interesantes. No sé en qué punto estamos. Tengo la sensación de que ha habido como un boom muy fuerte de proyectos y de apuestas, pero que no es fácil sostener. O sea, que no sé hasta dónde nos va a…

A: Son buenos jardines.

L: Son muchos jardines los que hay en la vida.

P: Muchas gracias por vuestro tiempo y por la entrevista. Espero que haya mucha suerte con la película. A mí, por lo menos, me ha encantado sobre todo porque te puedes hacer muchas preguntas a través de los personajes y lo que pasa.

A: Gracias a ti.

L: Gracias. Que nos veamos mucho, que eso significa que hay movimiento.

P: Ojalá.

Javier Alpáñez

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