INFILTRADO
Hijueputa… Yo no estoy en peligro, yo soy el peligro… Malparido… Tú conoces el negocio y yo la química… Todas estas expresiones os resultan familiares, ¿verdad? Y os preguntaréis a qué viene todo esto. Pues este es el «mix» del que ha partido Brad Furman (director de Runner, runner, El inocente), cuyas películas están llenas de acción y suspense. No podía ser menos en su última cinta, Infiltrado, un filme que cuenta la historia del agente de la DEA Robert Mazur. Este se hace pasar por un hombre de negocios corrupto para pillar a Pablo Escobar y a toda su organización, los cuales se encuentran envueltos en los negocios del narcotráfico.
Ellen Brown Furman, la madre del director, se basa al escribir el guion de Infiltrado en la autobiografía de Robert Mazur, y adapta a la gran pantalla la historia personal y profesional de este agente de la DEA, que se centra en 1980 (momento en el que Ronald Reagan era el presidente de los Estados Unidos). Un guion consistente, correcto, pero con una debilidad, su poca originalidad, puesto que mezcla dos de las mejores series de los últimos años: el boom de las ficciones de Breaking Bad, de AMC, y el de Narcos, de la reciente Netflix.
Él llama a la puerta y tú eres el que dice su nombre, pero ahora él no es el peligro, sino que está en peligro. El fantástico actor Bryan Cranston (Trumbo) ha demostrado de nuevo que puede ponerse frente a un largometraje como protagonista. El intérprete, con todas las papeletas para ser nominado a Mejor actor en los Oscar 2017, se introduce de nuevo en el lado de la droga (¡cuántas ganas teníamos!), pero ahora desde el bando opuesto (no como Heisenberg, sino como Robert Mazur). De forma brillante (el punto más fuerte del filme) y con su gran vozarrón, el actor se mete en la piel de un agente de la DEA, a pesar de estar en edad y derecho de jubilarse para poder vivir muy felizmente con su mujer, Evelyn Mazur, interpretada por Juliet Aubrey (Caído), y su hija. Como gran profesional del cuerpo policial antidrogas (aquí sería «coleguita» de Hank), Mazur tiene muy adentro el compromiso de la legalidad. Así, se hace pasar por un empresario llamado Bob Musella para acabar con la droga. Mazur se ve obligado a fingir lo que no es (un hombre de negocios corrupto, con su vestuario acorde para la ocasión) para poder conseguir encarcelar a todo este clan que se dedica a «lavar» todo el dinero de Pablo Escobar en Miami, y consigue llegar a las transacciones del cártel en los Estados Unidos.
Su mano derecha en el trabajo y en esta misión será Emir Abreu, al que interpreta John Leguizamo (Ice Age: El gran cataclismo). El colombo-estadounidense hace del compañero rebelde de los dos, pero que pase lo que pase no falla a su honor. La pareja dará los momentos más divertidos de la película.Por otro lado, la compañera de vida ficticia en la misión de Mazur será Diane Kruger (Sky) como Kathy Ertz, que se encargará de hacer de su mujer para hacer amistades entre los corruptos banqueros y mafiosos colombianos que hablan mezclando el inglés y el español de la tierra de Colombia. Benjamin Bratt (Un novato en apuros 2) será Roberto Alcaíno, uno de estos mafiosos que abrirá su cuenta bancaria, su casa y su corazón a quien cree que en principio es su gran (y recién) amigo Musella. Un propósito que hace junto a su esposa, la señora Alcaíno, que es encarnada por la sorpresa española de la cinta, la excelente Elena Anaya (Lejos del mar). Ver en una misma secuencia a Anaya y Cranston es una de las mejores experiencias que el público español podría disfrutar. Unos excelentes personajes que juegan al juego de la vida y la muerte en todo momento (incluso el espectador les cogerá cariño).
Un par de segundos es lo que aparece el personaje de Pablo Escobar, aunque nos hubiese gustado que hubiera sido interpretado por Wagner Moura (Narcos) e incluso que hubiese aparecido en más ocasiones.
La temática de la moralidad, del amor al trabajo por encima de todo, de la protección de la familia, de la venganza y el miedo de todo ese ambiente que rodea el mundo de la cocaína son los interesantes temas de los que pretende tirar Furman y que consigue más que de sobra transmitir al espectador a la perfección. Un thriller de dos horas que pondrá las emociones a flor de piel a aquellos seguidores de la temática, de la acción y del propio Cranston, con escenas trepidantes llenas de velocidad y un toque de humor. ¿Os atrevéis a infiltraros?
LO MEJOR:
- Volver a ver en el mundo de la droga a Bryan Cranston.
- El reparto.
- Disfrutar de un diálogo entre Elena Anaya y Bryan Cranston.
- Su veloz guion.
LO PEOR:
- La poca originalidad del guion.
María Páez