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LA BATALLA DE LAS SERIES: BREAKING BAD

Si no queremos caer en argumentos tan sumamente objetivos como «porque sí», «porque sus actores son los mejores» o «¡Mira qué diálogos!», lo cierto es que defender que tu serie favorita es «La Serie’» no parece una tarea fácil.

Sin embargo, cuando la ficción en sí es de tan extraordinarios atributos como la que nos ocupa, la cosa resulta realmente más sencilla de lo que pensábamos. Breaking bad, señoras y señores, habla por sí sola desde el minuto uno de su episodio piloto.

Aquí os dejamos las diez razones que hacen de la serie protagonizada por Bryan Cranston una de las mejores ficciones televisivas que se han rodado, probablemente, a lo largo de la historia de la televisión. Una cita obligatoria (esto es innegociable) para todos los seriéfilos que podéis descubrir o revisitar cuando el cuerpo os lo pida en Movistar+, que aún sigue teniendo en cartera todas las temporadas de este hito de la pequeña pantalla.

(¡SPOILERS!) *Este artículo ha sido escrito pensando en el público que ha visto la serie completa.

1. COMPLICADA Y GENUINA EVOLUCIÓN DE LOS PROTAGONISTAS

10 RAZONES PARA VER BREAKING BAD

Pocas series podríamos nombrar en la que sus personajes principales sufran una evolución tan notable como las que experimentan los protagonistas de Breaking Bad. De entre todas ellas, para no hacer de este artículo una especie de Quijote moderno  (en lo que a longitud se refiere, no nos alarmemos), destacaremos sobre todo dos, las de sus dos protagonistas Walter White (Bryan Cranston) y Jesse Pinkman (Aaron Paul):

No hace falta ser un experto en series para ver cómo el personaje de Walter White da un giro impresionante a lo largo de las cinco temporadas de Breaking bad. Desde los primeros minutos de la serie, en la que lo vemos como un pobre desgraciado en calzoncillos en medio de un desierto con cara de perrito degollado, hasta verlo convertido en todo un jefazo de la droga comido por su ego,  su personalidad ha sufrido toda una evolución de la que todos nosotros hemos sido partícipes. No ha sido de un día para otro, y es eso precisamente lo que hace que podamos percibir y saborear episodio tras episodio sus cambios en el carácter. El 1×06, donde podemos verle ya sin pelo, presentándose con su nuevo mote Heisenberg y haciendo temblar a uno de los grandes de la droga en Nuevo México es, quizá, el episodio detonante que nos hace entender que nos queda mucha maestría interpretativa por ver.

Pero Walter necesitaba alguien detrás que le ayudara a llegar adonde llegó y eso no habría sido posible sin Jesse Pinkman, el otro gran protagonista que también tiene varios cambios a lo largo de la serie. A lo mejor, incluso más complicados que los del propio Cranston: De camello pasota que juguetea con las drogas y el chili, a dios del tráfico en Albuquerque. De dios del tráfico de drogas y consumidor solo de marihuana, a chico deprimido que vuelve al cristal al mismo tiempo que se enamora. Finalmente, loco enamorado dispuesto a alejar a su novia en rehabilitación de él…pero que acaba enganchándose a la heroína con ésta y cayendo en un profundo abismo. Y de ahí, una vez el abismo se traga a su pareja, a inocente sufridor que acaba por no saber quién es, en quién confiar ni qué hacer. Madurar a la fuerza, le llaman. Todo ello siempre junto a Walter White, con quien construye una especie de relación fraternal en la que la evolución de ambos personajes es clave para el desarrollo de la misma.

Todo un entramado de enrevesadas personalidades que hacen de Breaking bad una de las ficciones con los personajes mejor construidos que se hayan hecho nunca.

2. REPARTO INMEJORABLE

10 RAZONES PARA VER BREAKING BAD

Fuera de las interpretaciones de los dos protagonistas, lo cierto es que Breaking bad cuenta con un completo elenco de actores arropando a Bryan Cranston y Aaron Paul para ayudar a que, episodio tras episodio, nos sumerjamos completamente en la ficción durante los cuarenta y cinco minutos de capítulo:

Desde Skyler (Anna Gunn) como madre sufridora, cómplice y finalmente merecedora de un odio un tanto irracional por parte de los fans o Gus Fring (Giancarlo Esposito) el criminal dueño de ‘Los Pollos Hermanos’ y también de una escabrosa tranquilidad e indiferencia incluso en los momentos más tensos; pasando por Hank (Dean Norris) el cuñado graciosillo de Walter, miembro de la DEA y al que se le acaban las gracias en el mismo momento en que se da cuenta de quién es ‘el otro W.W. favorito’, hasta llegar a Saul Goodman (Bob Odenkirk) el abogado excéntrico y tramposillo de enorme carisma, acompañado de Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks),  el misterioso ex policía sin escrúpulos que pronto se convirtió en uno de los favoritos de los espectadores.

Aunque no excesivamente conocidos hasta la fecha (salvo el propio Walter, que todos recordaremos como el excepcional padre de Malcom in the middle), estos y otros muchos más actores que no hemos podido nombrar, con su forma de dar vida a los personajes y de hacerlos tan creíbles, son los que han contribuido a que Breaking bad se considere la obra maestra que es y, sin los cuales, probablemente, no estaríamos haciendo este artículo.

3. RECONOCIMIENTO POR PARTE DEL GREMIO

El porqué de su reparto inmejorable lo hemos explicado en el anterior apartado, pero por si aún queda alguna duda, no sólo somos nosotros quienes lo opinamos. El reconocimiento obtenido en grandes premios como los Globos de Oro o los Emmy también avalan esta afirmación: tres premios Emmy para Bryan Cranston, dos para Aaron Paul y uno para Anna Gunn, así como también un Emmy a Mejor Serie Dramática; un Globo de Oro para Bryan Cranston y otro para la serie al completo, además de un buen número de premios en otros certámenes como los Satellite Awards o los Critics’ Choice.

Todo ello acompañado de una legión de fans incluidos también famosos y reconocidos actores como por ejemplo Anthony Hopkins, que llegó a declarar que la interpretación de Bryan Cranston era la mejor que había visto en su vida.

¿Hace falta decir algo más?

4. ASPECTOS TÉCNICOS: FOTOGRAFÍA PARA CREAR ESCUELA Y BANDA SONORA DE COSECHA PROPIA

Aunque antaño no sabíamos apreciarlo tanto, hoy en día uno de los ingredientes necesarios para que cualquier producto, televisivo o cinematográfico, pueda considerarse de alta gama, es su fotografía. Colores atractivos, paisajes bien captados y planos que hagan que esa ficción resalte por encima del resto, que la haga especial y atractiva a la vista. Esto es algo que sin duda Vince Gilligan y el resto de su equipo han tenido muy en cuenta a la hora de rodar las cinco temporadas de la serie haciendo de su fotografía uno de los distintivos de la casa.

Planos panorámicos rodados en cinemascope al más puro estilo western que muestran, con ligeros filtros de color, los inacabables desiertos de Albuquerque. Planos detalle para no perder de vista ni una gota de sudor. Planos subjetivos y contrapicados desde el fondo de una lavadora, desde una bañera o incluso desde una mesa. Planos cenitales para que podamos tener una visión general de la escena de una manera diferente a la que estamos acostumbrados, desde arriba. Muchos tipos de planos, pero siempre sin abusar, conscientes de cuándo se necesita un plano más realista y cuándo se puede dar rienda suelta a la imaginación para hacer de Breaking bad una de las series dignas de ser vistas no sólo argumental sino también artísticamente. Y colores, muchos colores. Colores a veces irreales, colores incluso asociados con los personajes que van cambiando conforme éstos también lo hacen (véase el morado asociado a Marie Schrader, por ejemplo).

Un conjunto de pequeños detalles visuales que hacen a la ficción de Gilligan especial, diferente, original y con una esencia propia fácilmente reconocible que de buena gana querrían disfrutar gran parte del resto de series del panorama mundial.

Y como no solo de aspectos visuales vive el hombre, el otro ingrediente indispensable en cualquier producto audiovisual es, como su propio nombre indica, el sonido. Concretamente, una buena banda sonora. Canciones que no sólo gusten, sino que realmente ayuden a acompañar a la escena y que incluso puedan servir para describirla.

Cada temporada incluye toda una serie de canciones cuidadosamente escogidas para representar exactamente un momento en concreto y no otro. Buenos ejemplos serían los rap que se utilizan en varias ocasiones con Pinkman que ayudan a explicar perfectamente su estilo de vida o la canción que los mariachis ‘Los Cuates de Sinaloa’ aparecen interpretando compuesta única y exclusivamente para narrar la vida de Heisenberg durante uno de los opening.

Pero sobre todo, la canción que recordarán todos los fans de la serie como la más icónica y explicativa de la escena será la ‘Baby blue’ del grupo Badfinger. ¿La recordáis? Es la que aparece al final de la serie, durante los últimos minutos, resumiendo a la perfección la situación que Walter White había atravesado durante las cinco temporadas. Quizá consiguió hasta arrancarnos alguna lagrimita, y eso sólo puede lograrlo una banda sonora que realmente se adecue a la escena y logre sumergirnos en ella desconectándonos de todo lo demás.

5. DEL DRAMA A LA ACCIÓN

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Cuando nos compramos un teléfono móvil, por poner un ejemplo, nos gusta que sea lo más completo posible. Buscamos que tenga muchas aplicaciones innovadoras, pero sin descuidar sus gráficos. Buscamos buen sonido, pero también una buena resolución fotográfica. En definitiva, lo queremos lo más completo posible, no nos gusta centrarnos sólo en una funcionalidad en concreto. La definición del buen móvil sería ésa.

Con las series ocurre lo mismo: cuanto más completa sea, mejor. Es obvio que Breaking bad es un drama, así le han categorizado y esa es la realidad. Pero también es una realidad que, aunque el drama sea el género principal, sabe mezclar ápices de otros géneros que le dotan de un dinamismo que pocas series han sabido alcanzar. Alejándonos del drama, Breaking bad cuenta con varios toques humorísticos, unas veces humor negro y otras veces humor que juega con aspectos absurdos y patéticos de la vida, pero humor a fin de cuentas. Cuenta también con toques de romance (siempre dentro del romance que una serie sobre un padre de familia que cocina metanfetamina puede albergar), ya sea el amor que Walter le profesa a su familia o el que Jesse le profesa a Jane o a Andrea. Amores diferentes, pero amores a fin de cuentas que, en gran medida, mueven a los personajes a cometer sus actos. Y sobre todo, también cuenta con grandes dosis de acción (véase el episodio final, por poner uno de muchos ejemplos) aunque siempre intentando no caer en lo fácil y justificando el porqué de esas escenas más duras.

En definitiva, si buscamos una serie completa y que sepa pasar por todos los géneros para no aburrir en ningún momento, esa es sin duda Breaking bad.

6. CLIFFHANGEANDO COMO NINGUNA

Otro de los motivos que han hecho que elijamos Breaking bad como una de las mejores ficciones jamás vistas es, sin duda, el uso de sus flashback y flashforward al principio de algunos de sus capítulos. A todos nos vendrán a la mente (aunque no son estos los únicos opening con cliffhangers, recordaremos también otros sobre Walter White en temporadas posteriores) las secuencias en blanco y negro del principio de varios episodios de la segunda temporada donde aparecían, entre otras cosas, bolsas de cadáveres detrás de la casa de Walter White y un osito de peluche rosa, lo único que tenía color, que lograron tenernos toda la temporada comiéndonos la cabeza para averiguar qué quería significar todo aquello: desde la posible muerte de Holly, la hija de Walter hasta una similitud con la muerte de Gus Fring si nos fijamos en que el osito ha perdido un ojo. Un sinfín de teorías, disparatadas o no, que denotan que Gilligan y los suyos consiguieron lo que querían con nosotros: tenernos enganchados a la serie para averiguar el significado de los extraños flashback o flashforward que se nos presentaban.

Además de estos fragmentos, también son notables los cliffhanger al uso con los que muchos de los capítulos acababan dejándonos con ganas de más. Por citar un ejemplo, podemos hablar de uno de los más recordados, que además coincidió con el parón de la quinta temporada por lo que la tensión por no saber cómo iba a reaccionar el personaje aún se acrecentó más, es el final del episodio octavo de la quinta temporada en el que Hank, en una visita al Señor Roca, descubre en un libro que su cuñado es Heisenberg.

Cliffhangers al uso o mediante flashbacks y flashforwards, pero a fin de cuentas, magistrales secuencias que han ayudado a Breaking bad a encumbrarse también por el uso de estas técnicas.

7. DIÁLOGOS INSUPERABLES Y FRASES PARA LA POSTERIDAD 

Y vosotros diréis: ‘¡Eh! ¡Pero no es la única serie de la que recordamos frases!’ No decimos que no, y de hecho nos alegramos de que frases como el ‘Nos estábamos tomando un descanso’ de Ross en Friends  hayan pasado a la historia de la televisión. Sin embargo, cuando hablamos de dramas (quizá apartando a la también genial Perdidos), solemos recordar los diálogos en lo que se refiere a su calidad y agilidad. Pero recordar frases enteras, es otra historia. Que haya frases que marquen y se conviertan en los lemas de toda una legión de fans, es otra historia. Es la historia que ha creado BREAKING BAD con frases como ‘No estoy en peligro, Skyler, soy el peligro’, ‘¡Yo soy el que llama!’ o ‘Di mi nombre’ que perdurarán en nuestra memoria eternamente. Sin olvidarnos, por supuesto, de la coletilla más famosa de la serie de la mano de Jesse Pinkman y su (y ahora sí que la diremos en versión original) ‘Yo, bitch!’ o simplemente ‘bitch’ que ha causado tal furor que el propio Aaron Paul ha tenido que dedicar a algún que otro fan uno de sus insultos tan bien dichos porque estos se lo han pedido desesperadamente. Todo ello acompañado, por supuesto, de unos diálogos bien construidos, inteligentes y ágiles que, en gran medida, son los culpables del éxito de esta serie estadounidense.

8. DE GENIOS VA LA COSA: REFERENCIAS

Un punto importante que hace a una serie aún más atractiva e interesante, sobre todo para el público verdaderamente serie-cinéfilo, es localizar en ella intertextualidades que le hagan acordarse de otras grandes del género. Pequeños guiños y similitudes que, quizá no detectemos a simple vista, pero que en cuanto nos lo dicen o nos damos cuenta, nos arrancan una enorme sonrisa y hacen que aún admiremos más a la serie en cuestión.

En el caso de Breaking bad, los guiños no solo a otros productos sino también a la misma serie, son constantes. Un ejemplo serían las costumbres que adquiere Walter (como poner una toalla para arrodillarse junto al váter cuando va a vomitar, tomar el whisky con hielo o quitar los bordes a los sándwich) a raíz de toparse con ciertos personajes a lo largo de la trama, que en ningún momento son indispensables para el desarrollo de la misma pero que a los verdaderos fans no nos pasan desapercibidas y sonreímos al darnos cuenta. También recordaremos cuando en uno de los mejores capítulos de toda la serie, Ozymandias (5×14), White pasa por el desierto donde en la primera temporada estuvo con Pinkman en la caravana y, aunque él no se percata, nosotros vemos claramente entre la arena los pantalones que dejó en aquel episodio.

En cuanto a las referencias a otros productos audiovisuales, podríamos destacar las que pueden percibirse hacia algunas obras del director Quentin Tarantino: densas conversaciones en típicos burger americanos, planos filmados desde el maletero de un coche, apellidos como White o Pinkman que nos transportan a los Sres. Pink y White de Reservoir dogs o incluso la misma Jane, ex novia de Jesse y con un estilo que se asemeja al de Uma Thurman en Pulp Fiction.

¿Casualidades o maestría? Por aquí no nos cabe duda.

9. DE SERIE MAGISTRAL, FINAL MAGISTRAL 

Si mal no recordamos, el final de Breaking bad se emitió precisamente una semana después de que acabara una de las series veteranas en la parrilla televisiva estadounidense, la historia del asesino en serie Dexter, cuyo episodio desenlace defraudó a la mayoría de los seguidores de la misma. Teniendo este detalle en cuenta y acordándonos de otros finales polémicos como el de Perdidos, que levantó tantos odios como pasiones, lo normal es que los fans de Breaking bad tembláramos como flanes y rezáramos a todos los dioses que conociésemos para que Gilligan y los suyos no nos defraudaran con el final que le deparaba la serie a Walter White. Y así fue.

Un final magistral, cerrando la gran mayoría de los cabos y con sorpresas incluidas. Desenlace agridulce para el químico, quizá…pero era lo que se esperaba y, probablemente, como rezaba la ya citada canción de Badfinger, lo que se merecía. La gran mayoría de las críticas recibidas fueron positivas e incluso el mismo creador de Perdidos, Damon Lindelof, declaró que el final de Breaking bad era mucho mejor de lo que había sido el de su ficción.

El episodio ‘FeLiNa’, con símbolos químicos incluidos, puso el broche de oro a cinco temporadas inmejorables que supieron mantener enganchado al espectador como pocas ficciones lo habían conseguido y sin defraudar en su desenlace. Serie fantástica con final no decepcionante, ¿acaso podemos pedir algo más?.

10. EL LEGADO DE BREAKING BAD: REMAKE Y PRECUELA

10 RAZONES PARA VER BREAKING BAD

El último motivo para justificar nuestra afirmación de que Breaking bad es ‘la serie entre las series’, es su repercusión posterior. Legiones de fans aparte, el éxito ha sido de un nivel tal que la productora colombiana Univisión adquirió sus derechos para el remake latino titulado Metástasis. Aquí vamos a dejar nuestra mención al remake porque, sintiéndolo mucho, no se merece que le dediquemos mucho más de nuestro tiempo.

Lo que sí merece nuestra mención y admiración es Better call Saul, la precuela que se anunció poco después del final de la serie que trataría los inicios de Saul Goodman, el abogado de Walter y Jesse. La expectación era enorme, así como también enormes eran las ganas de volver a empaparse de la atmósfera de Breaking bad. Ante tan altas expectativas, había muchas probabilidades de que la historia de Goodman decepcionara y quedara lejos de la calidad argumental y técnica de su ficción madre, como ha ocurrido con la gran mayoría de spin off. ¡Pero no! Lo cierto es que Better call Saul ha heredado todo lo mejor de la serie principal, incluyendo guiños a la misma, para hacer las delicias de los fans que teníamos morriña de Albuquerque. La primera temporada está a pocos capítulos de finalizar y la segunda ya está confirmada, por lo que parece que el futuro de las historias del excéntrico abogado, va para largo.

Un remake, aunque sea de dudosa calidad, denota el éxito que la ficción estadounidense ha cosechado. Un spin off que prospere, confirma su calidad.

Ha habido y podrá haber otras muchas series de buena calidad y que cosechen gran número de fans, pero con estos diez motivos podemos afirmar que el legado que Walter White ha dejado en el mundo de las series será muy difícil de igualar y aún más difícil de superar. Pero, sobre todo, será imposible de borrar. ‘Se acabó. Has ganado’. Gracias, Heisenberg.

Silvia Martínez

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3 COMENTARIOS

  1. Breaking bad . Otra obra maestra que acabo de comprar aunque la he visto varias veces en YONVI . Una serie original que pone de relieve lo difícil es cómo una persona que parece sentenciada a morir de un cáncer ha de dejar dinero suficiente para su familia cuando él falte . El espectador se muestra al principio algo identificado con el protagonista para luego más adelante llegar a odiarlo por convertirse en un ser malvado que no sabe poner freno a sus desmanes Y es su ego el que le convierte en un ser insaciable que se rodea de traficantes sin escrúpulos Pero Breaking bad cuenta con unas interpretaciones que rayan la perfección Engancha desde el primer episodio Muy recomendable

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Ally McBeal fue la primera serie que vi y el personaje de Robert Downey Jr. del primero que me enamoré. A partir de ahí, periodista, cinéfila, seriéfila y una mezcla entre Bridget Jones y la niña de El exorcista en mis ratos libres. Actualmente, en busca de un pacto con el diablo que me otorgue más años de vida para ver todo lo que me queda... ¡Y poniendo orden a este sarao como buenamente puedo!