PASSENGERS


Jon Spaihts (Doctor Strange) tenía una muy buena oportunidad con Passengers, que desaprovechó a medida que va avanzando la narración: el guion se va debilitando según pasa la hora y 56 minutos de la cinta debido al exceso de género romántico que va introduciendo el filme. A esta premisa se le suma su reparto principal: Jennifer Lawrence (X-Men Apocalipsis) hace de Aurora Lane, una periodista con el ansia de escribir una potente historia como hizo su padre para ser recordada por y para siempre. Junto a ella está Chris Pratt (Los siete magníficos) que interpreta a Jim Preston, un mecánico en busca de construir una nueva civilización.

Esta es la pareja que protagoniza este largometraje y que no llega a convencer. El director deja a ambos llevar el peso durante toda la película en pocos escenarios de gran calidad gracias al trabajo de Rodrigo Prieto (El lobo de Wall Street), que recrea una nave que parece ser un crucero de lujo en el espacio. La pareja de actores falla (a pesar del momento de desnudo trasero), ya no solo por su interpretación, sino por el perfil de estos: la chica es la víctima, y el hombre, todo lo contrario. Lawrence y Pratt no llegan a traspasar la química a través de la pantalla. Además, su relación es un punto que hace distraer y descentrar el tema de lo que parecía el principal de la película, que era el espacio y no la relación de amor de ambos. A esto debe unirse otra debilidad, y es que hay una escena bastante clara que recuerda, casi tal cual, a la película que citábamos de Cuarón, Gravity.Los primeros momentos en los que uno de los personajes está solo en la nave (con el personaje robótico de Michael Sheen), su adaptación… son partes del guion que divierten, amenizadas por la banda sonora de Thomas Newman. Al reparto se le une el trabajo de Laurence Fishburne (Batman v. Superman: El amanecer de la justicia), un recurso facilón para resolver la historia de manera rápida.
Una de las fortalezas que sí existen en Passengers es el tema de la soledad, el dilema ético en el que se centra (que por evitar spoilers no desvelaremos), pero que sí que hará al espectador ponerse en el lugar de los protagonistas de la película. A este tema se le añade en la trama la filosofía del carpe diem, una de las moralejas que se destaca a pesar de ser una cinta palomitera (que a veces no viene mal), ya que puede calar en el público a la par que interesarle, independientemente de que sea una ficción, invitando a este a la reflexión: No te obsesiones con dónde quieres estar y disfruta en donde estés.
LO MEJOR:
- La fotografía, ambientada en la nave espacial.
- Su moraleja final.
LO PEOR:
- El exceso de romanticismo que descentra el tema de la película: el espacio.
- Los recursos fáciles para resolver el filme.
- La poca química entre los protagonistas.
María Páez