FIGURAS OCULTAS

Las tres figuras ocultas son Katherine Johnson (Taraji P. Henson), Mary Jackson (Janelle Monáe) y Dorothy Vaughan (Octavia Spencer). Tres amigas que protagonizan silenciosas luchas individuales de trasfondo global. Al reparto también se suman otros grandes actores como Kevin Costner, Kirsten Dunst o Jim Parsons. Ciertamente, la actuación de las tres actrices protagonistas es admirable, y son ellas las que nos convencerán (o intentarán convencernos) de estar ante una historia que merece ser escuchada. El resto de actores ejecutan perfectamente su papel y nos dejan con buen sabor de boca.

El problema radica en que una historia real, que habla del empoderamiento social de la mujer y delata la desigualdad de las minorías étnicas, haya sido llevada al cine con una intención muy clara de conquistar al público pero enturbiando el mensaje final. Siguiendo patrones muy claros y estudiados, no podemos dejar de sentir en ningún momento la artificialidad de la película. Como si el boceto a lápiz previo al dibujo final no se hubiese borrado, sacando a la luz el esqueleto y toda su intencionalidad. Las protagonistas son mujeres, y son mujeres de color (Norteamérica todavía lucha por la igualdad, racial y de género, y no ha conseguido superar esas dos barreras). En plena Guerra Fría, Norteamérica no podrá ganar a su enemigo si antes no supera su guerra interna por la igualdad. No puedes enfrentarte al mundo si antes no te enfrentas a tus demonios. El mensaje es claro, pero parecen querer grabarlo a fuego en nuestra frente.
Además, el filme podría aprovechar una historia que data de la segunda mitad del siglo pasado para establecer paralelismos con la actualidad, con la desigualdad de género y racial que todavía se vive en Norteamérica (y mucho más allá de sus fronteras). No sería necesario hacerlo de forma explícita, pero la película parece transmitirnos una mirada a un hecho pasado (y que ya no nos concierne). Y eso nos incomoda, porque difícilmente fue la intención de director y guionistas.

Algunos teníamos expectativas de encontrarnos ante una película tan bien enfocada y llevada a cabo como Criadas y señoras, que, salvando las distancias, tiene muchos puntos en común. En cambio, aquí, el impacto de los hechos, la curiosidad por lo que se nos cuenta y todas las sensaciones que vivimos duran únicamente durante el visionado. Una vez fuera de la sala solo podremos sentirnos llenos, pero no será más que por las palomitas y no por el mensaje, que se habrá empezado ya a disipar de nuestra conciencia.
En conclusión, nos encontramos ante una película que nos distraerá con una historia interesante y bien llevada, pero que no dejará huella. Para quien busque entretenimiento, lo cual muchas veces es de agradecer para desconectar de nosotros mismos y de lo que nos rodea, esta es su película. Aunque quizá algunos prefieran esperar a un domingo por la tarde para verla en televisión, pues los aspectos técnicos, aunque de nuevo correctos, se disfrutarán igual tanto en la gran pantalla como en la pequeña.
LO MEJOR:
- Descubrir una historia que la mayoría desconocíamos.
- Que se hable de la discriminación racial y la desigualdad de género.
- Las actuaciones.
LO PEOR:
- Que el mensaje, pese a buscar ser claro, finalmente peque de ligero.
- La patente artificiosidad del conjunto.
- Que sea una apuesta poco arriesgada.
Eloy Rojano