ENTREVISTA A ROHENA GERA, DIRECTORA DE SEÑOR
Este viernes 27 de septiembre llega a nuestras pantallas Señor, la película que ha sido definida como «la historia de una Cenicienta moderna que habla de la independencia femenina, con un punto de vista que rara vez se trata en el cine indio». Para poder conocer mejor la preciosa historia de empoderamiento y amor entre Ratna y Ashwin, hicimos una interesante entrevista a Rohena Gera, su directora, en la que tratamos temas como la profesión de servicio doméstico en India, la representación LGTB, la necesidad de optimismo en un momento como el actual y las dificultades que se presentaron antes y durante el rodaje.
¿Cuál es el origen de Señor? ¿Qué te ha llevado a contarnos esta historia?
Diría que el origen está en mi infancia, probablemente. La manera en que vivimos en India es algo con lo que he tenido que lidiar toda mi vida. Crecí con servicio doméstico, como muchas otras personas en mi país. No es nada fuera de lo común porque en general les pagan muy poco, por lo que mucho gente puede permitirse contratar a alguien para que haga las tareas del hogar. Por lo tanto, he vivido con ello pero siempre sentí, desde una edad muy temprana, que había algo que no estaba bien en esa realidad, que había algo de injusticia en todo aquello, pero no sabía entonces qué era ni qué podía hacer al respecto. Era como un pequeño secreto de culpa.
Con los años aprendí y sentí la necesidad de contar esa forma de vida como una historia de amor, mostrando las dos caras de la historia, pero sin hacer que uno de los personajes fuera la víctima y el otro el opresor. Básicamente, quería explorar la razón de esa realidad y la razón de la dificultad de cambiarla, pero con el amor como hilo conductor.
¿Señor es un homenaje a las mujeres indias y, más específicamente, un homenaje a una profesión?
Sí, se podría decir que sí. También es un homenaje a las mujeres en general, a las personas que encuentran la forma de sobrevivir en circunstancias sumamente difíciles. Pero para mí la película también es un proceso por el que lograr entender cómo convertirse en una mejor persona en un mundo bastante injusto.
Al contrario que en Roma, la película de Alfonso Cuarón, en la que la criada es casi un miembro más de la familia, en tu película las posiciones están fijadas estrictamente. ¿Es esto culturalmente popular en India? Si es así, ¿por qué cree que no ha cambiado?
Sí, están muy bien fijadas. No sé muy bien por qué no ha cambiado, puede que estemos demasiado ligados a una idea de temor al cambio y la amenaza que esto puede suponer. Hay unas reglas y la gente tiene mucho miedo de que desaparezcan por la incertidumbre que supondría en el comportamiento de ciertas personas.
La realidad allí es que si tienes a una persona trabajando en tu casa, no puede sentarse contigo a tomar un café. Como mucho puede hacer eso en la cocina o se puede encontrar alguna otra manera de interactuar, pero siempre tiene que haber una separación de cualquier tipo. Creo que la gente se atiene mucho a esa idea y no entiendo muy bien la razón. No sé si es por un sistema en el que se cree profundamente que las personas no son realmente iguales. Puede que venga ahí, pero la gente en India verdaderamente cree esa distancia debe prevalecer.
Sobre el proceso de casting, ¿qué esperabas de los dos actores que interpretarían a tus dos protagonistas, Ratna y Ashwin, y qué recibiste finalmente por su parte?
Creo que fui realmente afortunada en ese sentido porque mis actores lo dieron todo y lucharon por convertirse en los personajes de la película. Le dieron a la historia justamente lo que esperaba de ellos, incluso más si se me permite decirlo, con pequeñas sorpresas y pequeños detalles. Fue muy interesante ver cómo ponían mucho de ellos mismos en los personajes, hasta el punto de querer cambiar el guion por su parte.
Tanto el guion como la cámara se ve que están completamente enamorados de Ratna. ¿Te ves de alguna forma en este personaje?
No, no lo creo. Puede que compartamos las ganas de luchar por un sueño, pero creo que me veo en más aspectos en el personaje de Ashwin. Tratar de ser buena y honrada, pero sin realmente estar al mando. Con respecto a Ratna, realmente respeto y admiro su personaje y todo lo que representa, pero no me veo en ella.
En la película vemos y oímos referencias a la comunidad LGTB y a causa ecologista. Supongo que, como cualquier otra decisión en el filme, estas referencias no están ahí por casualidad. ¿Por qué decidiste incluirlas?
Lo incluí porque es importante. Mientras hacíamos la película, en India se dio una situación muy compleja en la que se descriminalizó la homosexualidad para luego volverla a castigar. Las cosas fueron bastante marcha atrás y se trató de meter de nuevo a las personas en el armario. Yo no me lo podía creer. Aunque es sutil, realmente quería incluir esa referencia. Me alegro de que no pasara desapercibida.
Hay una frase en la película que le dice el padre de Ashwin a su hijo que resume muy bien uno de los mayores problemas actuales, si no el mayor: “Me gusta ser ecologista, pero no me gusta tirar el dinero”. ¿Con qué intención incluyó esa frase en la película?
Creo que vino de querer crear, de nuevo, la idea de dos personas en la que ninguna de las dos fuera “el malo”. No quería que el padre fuera una mala persona y peleara con su hijo. Simplemente, él no lo entiende. Es un hombre de negocios en India y es lo que piensa. Creo que hay una brecha generacional sobre la concienciación del cuidado del medio ambiente y de nuestro entorno. Mucha gente directamente no quiere creerse esas noticias alarmantes, especialmente la de una determinada generación. Por tanto, era una forma de tocar un tema que es importante y, al mismo tiempo, dibujar a los personajes de una forma realista, manteniéndolos en su generación. Y bueno, la frase exacta a la que te refieres creo que es la verdadera razón por la que estamos como estamos.
¿Cuáles fueron las mayores dificultades durante el proceso de rodaje?
Lo más difícil fue armar la película, porque es una cinta tremendamente independiente y soy una directora desconocida. Encontrar a todas las personas que necesitaba fue la peor parte. El productor ejecutivo, coproductores… Poco a poco todo fue cogiendo forma gracias al productor ejecutivo, pero fue difícil. En el corto plazo, en un país como India las mayores dificultades creo que fueron aspectos como grabar sin un permiso, líos con policías, trabajar en jornadas distintas a las que los sindicatos querían sin que nos pillaran… Cosas así.
¡CUIDADO! SPOILER DE LA PELÍCULA
¿Por qué decidiste que el final debía ser un final feliz?
¿Lo ves como un final feliz? Para mí también lo es, lo que no implica necesariamente que vuelvan a estar juntos, pero creo que es un final feliz porque ella se emancipa de un sentimiento de inferioridad. Decide que ella es importante y eso es lo que realmente quería. Para su relación también es una señal de esperanza porque por fin van a tratar como iguales. Eso para mí era importante porque me gusta creer en el cambio, aunque el cambio provenga de una sola palabra.
FIN DE SPOILERS
¿Qué le dirías a los lectores de El Palomitrón para que vayan a ver Señor?
Que van a ver una película llena de esperanza, que puede ayudar a creer en tus sueños, en el amor. Es una película optimista en muchos sentidos y más viviendo tiempos complicados. A veces necesitamos un poquito de optimismo.
¿Qué es lo siguiente que le depara a Rohena Gera en el cine o en otros campos?
Probablemente una película, pero aún está en una fase muy temprana del proceso.
Como nos estamos acercando al 2020, querríamos preguntarte cuáles son tus películas favoritas de esta década.
Oh dios mío, no lo sé. Es bastante difícil pensar en décadas. ¿Una historia de Brooklyn de qué año es? Creo que no cuenta. Me gustó mucho Detroit. Me gusta mucho Moulin Rouge, pero es antigua. Disfruto las películas que se quedan a vivir contigo. Tendría que pensarlo mucho.
Señor llega a los cines españoles este 27 de septiembre, de la mano de Surtney Films. Haznos caso y no te pierdas esta pequeña gran historia de amor.
Víctor Vargas
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